Encontrando un sentido

Tú no te vas

- ¿Haces pellas?
-No, huyo de mi vida, no por capricho- soltó Laura masticando palabra por palabra, como si le estuvieran atando del cuello y alguien tirase hacia atrás.
-¿Tan mala pinta tiene?- dijo Pablo.
Tenía pinta de irónico, pero Laura lo pasó por alto. Les miró a los ojos a ambos y se dio cuenta de que eran buenas personas, dispuestas a ayudar, aunque esa era la impresión externa...
-No es ni buena ni mala pinta, es lo que es- suspiró Laura- pero...vosotros, ¿hacéis pellas?
-No- exclamó Silvia con resignación- Estamos de turisteo, somos de Castellón y allí hoy es fiesta.
-Ah...- suspiró Laura. Le dolió que no fueran de allí, a Laura le faltaban amigos, y por un momento había creído que podría llegar a ser amiga de ellos.
-Pero, volviendo a ti... ¿Qué es lo que le lleva a un artista de tu talla, tan guapa, a creer que su vida no tiene salvación y hacer pellas por desesperación?- preguntó entonces Silvia.
Laura se quedó muda ante aquello. No lo sabía ni ella.
-Escuchad, no quiero amargaros vuestro turisteo con mis dramas de loca solitaria, disfrutad del día y sed muy felices- habló claro y seguido Laura. Hizo el amago de levantarse pero Silvia le agarró del brazo y la devolvió a su sitio.
- Escucha, tu vida puede ser mala, pero no nos va a amargar, solo queremos ayudarte, y si conseguimos sacarte una sonrisa antes del final del día será una alegría. No te preocupes. Además, qué coincidencia que estuvieses justo en el único banco que hemos visto y justo por el sitio donde hemos pasado. Y para rematar estabas dibujando con exagerada perfección mi árbol favorito. Creo mucho en el destino, y esto es el destino.- dijo Silvia, seguido de una risa a la que se sumó la sonrisa de Pablo.