Encontrando un sentido

Haciendo nuevos ''amigos''

Llegó a L'Hospitalet a las 9 de la mañana. Una buena hora, pensó Laura. Al salir del autobús vio a un chico sentado en un banco que escondía la cabeza entre los brazos. Laura sacó entonces su verdadera yo, su parte dulce. Se acercó al chico con suavidad y le dio un toquecito en el hombro. El chico levantó la cabeza y Laura vio sus ojos llorosos. Sintió lástima al principio. Después le analizó; era de pelo oscuro y no demasiado largo. Llevaba una chaqueta de cuero abierta que dejaba ver una camiseta granate que llevaba debajo. Tenia unos rasgos muy bonitos. Parecía algo mayor. Laura pensó que era guapo. Hubo un silencio un tanto incómodo. Laura lo rompió al decir:
-Hola, ¿puedo preguntarte qué te pasa?
El chico puso una cara entre asco y dolor y volvió a bajar la cabeza hasta meterla de nuevo entre sus brazos.
-Eo- insistió Laura- ¿Es que no te haría bien hablar? ¡Vamos! No te voy a ver más- exclamó Laura.
El chico levantó la cabeza de nuevo y miro a Laura con intensidad. Fue entonces cuando dijo con soberbia:
- ¿Y a mi qué? Ni te voy a ver más ni quiero, gracias. Ahora vuélvete a tu guardería, no quiero tu psicología de adolescente egoísta.
-Ja- fingió una risa Laura- ¿Me conoces acaso para llamarme egoísta? - dijo Laura con furia al tiempo que se levantaba del banco donde se había sentado al lado de él.
-Yo flipo macho- soltó ella de nuevo antes de coger e irse.
Anduvo con paso decidido y lleno de ira. Se había dispuesto irse hasta allí para alejarse un poco y cuando intenta actuar como ella misma, eso. De verdad que la gente...