SAGA LLAMA INMORTAL 1. CAMINO EN LLAMAS (COMPLETO) (REEDITADO)

Capítulo 6: Noche en la Ciudad de los Vampiros

La decisión de Mia de beber la sangre de Alistair fue un punto de no retorno. Con cada sorbo, la sangre ardía como fuego en su garganta, y podía sentir el cambio que se avecinaba. Su piel se tornó más pálida, sus sentidos se volvieron más agudos, y la sed por algo que ni siquiera podía nombrar la consumía. Pero, al mismo tiempo, Mia sentía una angustia inmensa. Había renunciado a su humanidad, se había convertido en algo que antes solo creía que existía en cuentos y pesadillas. El temor y la incertidumbre se mezclaban con su deseo de venganza.

Al escribir las cartas a sus padres y a Ian, Mia se sintió abrumada por la tristeza y la nostalgia. Se despidió de las personas que amaba, sabiendo que nunca podría volver a abrazarlas ni volver a ver sus rostros con los mismos ojos. Pero también sabía que este era el precio de su elección.

Al adentrarse en la noche como un vampiro, Mia vio la ciudad con una claridad sorprendente. Los colores de los edificios parecían más ricos, las luces de la ciudad más brillantes y los sonidos de la noche más intensos. Podía oler la vida que fluía a su alrededor: la sangre latente en las venas de los transeúntes, los aromas de la comida de la calle, el olor a tierra después de la lluvia. Todo era vívido y real, como si hubiera despertado en un mundo completamente nuevo.

La oscuridad la abrazó, y Mia se internó en las calles, sin saber lo que le deparaba. No sabía que Jeremías, el vampiro que la había ayudado, la observaba desde las sombras, tejiendo un plan en el que Mia era una pieza crucial. Su futuro estaba lleno de secretos y peligros, pero Mia estaba dispuesta a enfrentarlos. Esta nueva vida prometía revelaciones y desafíos que la cambiarían para siempre.

La noche se extendía ante Mia, y ella avanzaba por las calles de la ciudad con una sensación de poder recién descubierto. Cada paso resonaba en su mente, y podía sentir la energía de la ciudad latir a su alrededor. Las luces de neón destellaban con colores brillantes, los edificios se alzaban como gigantes que tocaban el cielo y las sombras que se extendían por las calles tomaban formas misteriosas.

Sus sentidos recién adquiridos la inundaban con una sobrecarga de información. El olor a comida callejera la hacía salivar, y podía identificar los aromas de cada puesto, desde los dulces y fritos hasta los exóticos y picantes. La ciudad se convertía en un banquete sensorial, y Mia se sentía embriagada por ello.

El sonido de la música en vivo proveniente de un bar cercano la atrajo, y se acercó para disfrutar de la melodía. Las notas de la guitarra y la voz del cantante llenaron el aire, y Mia se sintió transportada por la música, como si esta le hablara de una vida pasada que ya no podía recordar.

La ciudad nocturna tenía un flujo de energía constante. La gente caminaba por las calles, algunos riendo, otros sumidos en sus pensamientos. Mia podía percibir sus emociones: la alegría de los amigos que compartían momentos especiales, la soledad de aquellos que caminaban solos, el amor, la tristeza, la esperanza y el miedo. Era como si pudiera leer las almas de las personas que la rodeaban.

A medida que avanzaba, Mia se dio cuenta de que era invisible para la mayoría de la gente. Podía caminar entre ellos sin que nadie notara su presencia. La ciudad, con su bullicio constante, le brindaba un refugio en la multitud. Pero también sabía que estaba lejos de ser la única criatura de la noche. Otros vampiros acechaban en las sombras, y depredadores de diferentes tipos vagaban por la ciudad.

Sin embargo, Mia estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío. Había elegido esta nueva existencia, y aunque su humanidad se desvanecía cada vez más en el pasado, su determinación de vengarse y descubrir la verdad solo se fortalecía. El misterio que rodeaba a Jeremías y Alistair la impulsaba a seguir adelante, a pesar de las incertidumbres y el temor que acechaban en la oscuridad.

La ciudad era un laberinto de secretos y peligros, pero Mia estaba decidida a recorrerlo. Había entrado en un mundo de vampiros, de sombras y luces brillantes, y ya no había vuelta atrás. Su vida había cambiado de formas inimaginables, y solo el futuro le revelaría si su elección había sido un acto de liberación o una condena eterna.