SAGA LLAMA INMORTAL 1. CAMINO EN LLAMAS (COMPLETO) (REEDITADO)

Capítulo 7: Pasado Oscuro

Hace dos siglos, me encontraba en un lugar donde la esperanza era tan escasa como la luz del sol: una mina de carbón. El ruido ensordecedor de las picotas golpeando la roca se había convertido en la banda sonora de mi existencia, mientras el aire espeso y viciado por el polvo se adhería a mi piel. Nací en esclavitud, mi destino marcado por la dureza de la mina desde que era apenas un niño. Las cicatrices en mi cuerpo eran testimonio de innumerables accidentes, pero seguí adelante, cavando la tierra en busca del preciado carbón.

Un fatídico día, una roca se desplomó sobre mi pierna, hiriéndome de gravedad. La infección se extendió rápidamente, y mi vida pendía de un hilo. Yacía en la oscuridad, atrapado por la fiebre, la debilidad y la inminente muerte. Estaba a punto de rendirme cuando su figura misteriosa se recortó en la oscuridad.

Alistair, un antiguo vampiro, fue quien me encontró en ese momento de desesperación. En lugar de permitir que la muerte se apoderara de mí, Alistair decidió transformarme en un vampiro, ofreciéndome la inmortalidad. La metamorfosis fue dolorosa, pero pronto descubrí que había ganado habilidades sobrenaturales y la vida eterna que tanto anhelaba.

Durante casi ochenta años, Alistair y yo compartimos un amor apasionado y desenfrenado. Juntos, exploramos los rincones más oscuros de la inmortalidad, probando la sangre de víctimas humanas y disfrutando del éxtasis de la vida eterna. Pero nuestra felicidad estaba destinada a desvanecerse. Un día, Alistair se fue sin previo aviso, sin una explicación. La traición que sentí entonces fue un dolor tan profundo que me consumió y llenó mi corazón de odio y sed de venganza.

Cuando me convertí en vampiro, mis emociones se intensificaron, como si mi alma se hubiera sumergido en el fuego de la inmortalidad. El amor y la pasión que compartí con Alistair ardían intensamente. Cada caricia, cada beso, encendía mi alma y mi cuerpo. La vida eterna nos permitió explorar los misterios de la pasión y la lujuria a un nivel que los mortales jamás podrían comprender.

Pero la traición de Alistair lo cambió todo. Las mismas emociones que una vez nos unieron ahora se volvieron contra él. El amor se convirtió en un veneno ardiente que me corroía por dentro, y la pasión desenfrenada se transformó en un odio helado. Mi corazón se volvió oscuro y frío, y mi única razón de existir se centró en la venganza. La herida que Alistair me infligió no se había cerrado en dos siglos; en su lugar, se había convertido en una cicatriz que nunca dejaba de sangrar.

No conocía la piedad ni el perdón. Mi corazón era un bloque de hielo, y solo la venganza podía proporcionar algo de calor a mis venas. Mia se convirtió en mi herramienta, una ficha en el juego de mi venganza, y no dudaría en usarla con brutalidad. Cada paso que daba me acercaba más a la destrucción de Alistair, y con cada día que pasaba, el odio que me consumía me convertía en un enemigo aún más peligroso. Me había convertido en un depredador despiadado, ansioso por devorar a mi presa y saciar mi sed de venganza.

Dos siglos después, esa sed de venganza seguía ardiendo en mí, como un fuego insaciable que había consumido mi alma desde el día en que Alistair me abandonó sin explicación. Cada década que pasó solo intensificó mi odio y mi deseo de venganza, convirtiendo mi alma en un pozo de amargura. La traición de Alistair se convirtió en un oscuro núcleo en mi interior, una herida que nunca dejó de sangrar y que solo podría sanar con su completa destrucción.

Mia se había convertido en mi herramienta, una pieza en el juego maestro que había planeado durante siglos para poner fin a la existencia de Alistair. Mi pasado estaba lleno de traición, dolor y deseos de represalia, y ahora, finalmente, había llegado el momento de cobrar venganza. No tendría piedad, no habría misericordia. La deuda de sangre se saldaría a cualquier precio, incluso si eso significaba usar a Mia como un peón sacrificial en esta partida retorcida que se había convertido mi vida inmortal.