Capitulo 11: Propuesta

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El fuerte sonido de algo estrellándose contra el suelo y romperse en mil pedazos. Dentro de la cama Kibum se retorcía entre las sábanas soltando quejidos de molestia y frunciendo el ceño.

-mmm.... tengo que dejar... ese mal hábito de lanzar... los despertadores...-bostezo aun sin destaparse

Apartó las sábanas de golpe, sentándose en la cama aun con los ojos cerrados. Su cabello rubio estaba completamente enmarañado como si una familia de pájaros hubiera hecho su nudo en su cabeza. Sus mañanas nunca habían sido la mejor parte de su día, ese extraño hábito de aventar los relojes despertadores, su piel seca, su enredado cabello y las oscuras ojeras que aparecian debajo de sus ojos cada vez que despertaba. Tanto tiempo era que sucedía que ya no se acordaba en qué momento exacto de su vida comenzó.

Cansado, se levantó perezosamente. Corrió las sábanas junto el cubrecama hacia un lado de la cama, como si fuese un rollo de sushi. Sus pies tocaron el frio suelo, inmediatamente apartó sus pies, sentándose en el borde de la cama con las rodillas pegadas a su pecho. Buscó sus pantuflas con la mirada, encontrando cada una en distintos lados de la habitació.

Dejó escapar un suspiro bastante cargado. Se levantó en busca de sus pantuflas, ya puestas salió de la habitación.y cruzó el pasillo que lo separaba del baño. Caminó arrastrando los pies, haciendo sonar las pantuflas a cada paso que daba. Pasó su mano por su cabello, enredándose un poco entre sus dedos. Frunció el ceño, odiaba cuando eso sucede, por lo menos no llevaba ningún anillo que adornaba sus dedos. La ultima vez tuvo que cortar un mechón de cabello para poder quitarse lo.

Acercó su mano a la perilla de metal perteneciente a la puerta del baño y la hizo girar abriendo lentamente la puerta, provocando que un agudo chirrido saliera de las oxidadas bisagras que sostenían la puerta. .Dentro pareciera como si un huracán.hubiera arrasado con todo lo que había allí dentro. Las toallas estaban desparramadas entre el suelo, la ducha y encima del inodoro. El lavamanos estaba completamente desordenado, las cremas dentales estaban abiertas, el vaso de los cepillos de dientes estaba volteado, el jabón líquido estaba chorreando.

Key se detuvo un momento a pensar cómo es que había pasado. El siempre era ordenado con sus cosas. De lo más seguro que estuviera convertido en un zombi por el sueño y no se dio cuenta de que estaba volviendo todo un basural. Gruño molesto, no estaba de humor para ordenar todo en ese momento, decidió dejarlo para después.

Se paró frente al espejo y abrió el agua caliente, junto sus manos el tibio chorro de agua formando una pequeña fuente. Hundió su cara en el agua que sostenían sus manos y comenzó a lavarse. Después de tener la piel completamente limpia, de un cajón sacó unas cuantas cremas y comenzó a aplicarlas sobre su blanquea piel.

Ya listo, pero aun en pijama, salió del baño y regresó a su habitación. Con más ánimos rebusco en su closet que ropa ponerse. También tenía que considerar el factor del clima, por suerte aún estaban en verano y eso no ponía mayor problema. Al final escogió una camiseta blanca sin mangas, con un dibujo en líneas de color negro, unos pantalones ajustados de color azul medianoche y unas zapatilla negras con suela blanca.

Le dio los últimos toques a su cabello y cogió su mochila del suela para ponerla sobre su hombro izquierdo. Salió de su habitación entrando a la sala. Su vista se fijó en la cocina, no tenía ganas ni tiempo para preparar el desayuno, ya comería algo en la universidad. Tomo sus llaves del mesón y salió de su departamento.

Cuando estaba cerrando la a puerta desde afuera la puerta del departamento vecino se abrió y de ella salió Jonghyun con su uniforme escolar y un libro entre sus manos. Sus miradas se encontraron y se saludaron con un movimiento de cabeza.

-buenos días -saludo Jonghyun

-buenos días -respondió Kibum con una leve sonrisa en su rostro.

No soy perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora