Parte 2

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El sol se opuso, la noche cayó y el turno de los empleados terminó, pero aún se encontraban en el local GongChan con su inexplicable liderazgo. Ana le dictaba los pedidos que estaban hechos para entregarse mañana a primera hora, él solo sacudía su cabeza en señal de aprobación a cada cosa que decía, eran más de las 7:00 PM y en la puerta de la floristería reposaba un letrero que si alguien lo leía desde afuera alcanzaría a leer "cerrado" aun así un auto se estaciono justo al frente, causando la curiosidad de Harry quien aviso a los demás chicos. - ¡Es la jefa! -indicó a su vez en que temblaba un poco su voz. El pelinegro también sintió un leve escalofrío, ¿qué habría pasado para qué se apareciera después de turno? Se aproximó a la puerta, la abrió y con una sonrisa fingida la recibió, el resto quedaron inmóviles a la expectativa de su visita.

-Joven ChanShik, debo hablar con usted.


- ¿Ha pasado algo? -inquirió con extrañeza.


-Hablemos a solas. -su voz era grave, y el tono implacable. Lanzó antes de caminar hacia su oficina, una de esas miradas aniquiladoras por el nivel de seriedad que contenía. Los tres restantes se quedaron terminando de balancear las cuentas del día, pero le hicieron un par de gestos a GongChan dándole a entender que lo apoyaban y lo estarían esperando.

Al entrar la puerta se cerró automáticamente, como evitando un posible escape. La señora Cho se sentó y le pidió a él que hiciera lo mismo, a GongChan se le salió una pequeña sonrisa nerviosa de la cual ella no encontró ninguna gracia.

-Me ha comentado una clienta que usted la atendió de una forma no adecuada.


-Ehhh... Yo puedo explicarle eso.


-No necesito ninguna explicación. -sentenció mirándolo con frialdad.


-Mañana la clienta llegara...


- ¿A qué hora llegará?


-¡No me interrumpa joven Gong! Ella mañana llegará a la hora que ella así lo quiera, y usted la atenderá... su nombre es Jane, así que debe estar pendiente de eso.

-pero, nosotros no tenemos girasoles.


- ¡Consígalos! Es su deber como empleado mantener la imagen del lugar. -mencionó levantándose. -Ya dicho todo, espero no volver a recibir queja alguna de su desempeño y mucho menos de la misma clienta, ¿entendido joven Gong?


-Entendido. -Asintió, dando una reverencia de esas de casi 90 grados.



Jane recibió una llamada a medianoche. Ella ya se hallaba tendida en su cama, aun vestida sin descambiarse, era ese momento perfecto de pereza en el cual si te levantas podrías perder tus ganas de dormir. Su voz poco entendible dijo algo que su compañera de la universidad pidió que repitiera, por lo que un fuerte grito fue recibido en la oreja izquierda de la joven aun dormida. El pesado sueño se le fue quitando con el pasar de los segundos. Su amiga se expresaba con una tonalidad alta la cual a ella ya estaba comenzando a molestarle. - ¡No estoy sorda! Baja un poco la voz. -Le refutó Jane. La chica siguió hablando como ignorando lo dicho, pese a ya estar despierta la atención de Jane era nula hasta que la palabra "girasoles" oyó. Brevemente le explicó que mañana pasara por la floristería a la hora en que ella deseara, porque como fuera iban a complacerla con un hermoso arreglo. Esbozó una sonrisa, y respondió a todo lo que le decía con un "estaré ahí"

La mañana transcurrió rápido en medio del estrés. GongChan caminaba sin parar por el lugar en busca de ramos que debían entregarse antes de las 10:00 AM. Cada uno de los empleados contribuía para que el día saliera a la perfección, aunque antes del mediodía cuando GongChan y sus cuatro subordinados se disponían a almorzar una joven atravesó la puerta. Sus pasos eran seguros, el tacón de su bota colisionaba con el piso proporcionando un claro sonido, sus pantalones oscuros y ajustados le daban una sensación de rudeza sumado con el chaleco azul que tenía puesto. Sonrió a las cuatro personas de edad similar y ellos asintieron uno tras otro. Su blanca sonrisa brilló, para luego tornar todo a una expresión muy seria preguntando por un nombre "GongChan" más específicamente ¿quién es GongChan? Ese exagerado énfasis en el nombre del pelinegro, mientras él estaba paralizado con una gesticulación neutra sin decir absolutamente nada, los demás miraban hacia otras direcciones, como niños pequeños en medio en una guardería señalando indirectamente al "culpable" GongChan no tenía idea de quién podía ser ella, sabía perfectamente que esta era la primera vez en su vida que la veía.

El florista (GongChan - B1A4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora