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"Hola, Sarah:

Quizá fui demasiado directo expresándolo así, pero creo que de alguna manera te dije los inexistentes sentimientos amorosos que tengo hacía ti, ¿no?"

-Charlie.

Era la primera hora del martes y Charlie sabía perfectamente que había herido los sentimientos de Sarah con la nota de ayer. Ella no le habló luego de leer esa nota, es más, ni lo miró. Sin embargo, él había adivinado su dolor al ver sus ojos llorosos durante la última clase del día escolar.

Decidió que trataría de enmendar eso porque bueno, tampoco es como si fuera un rompecorazones desalmado. Era un rompecorazones con alma, o así lo creía él.

Así que decidió escribirle una segunda nota a Sarah en medio de la clase del profesor Quilla, quien, por el momento, estaba explicando algunas diapositivas. Cuando por fin terminó y revisó que su caligrafía era por lo menos entendible, porque ya sabía que escribía jeroglíficos, se estiró y lo puso delicadamente en la carpeta de Sarah.

Si lo pensaba bien, no es como si la segunda nota fuera más amable, pero por lo menos era ¿directa? ¿sincera? Bueno, tenía que admitir que seguía siendo cruel, pero no tanto como la anterior. 

Así que simplemente se relajó y miró de reojo a Sarah con la intención de saber cuando ella leería la nota. Y cuando finalmente se dio cuenta que la susodicha leyó la nota, se concentró completamente en la clase.


Enamorándome de ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora