[EDITANDO] Serás mía. Uta&(reader) [|Tokyo Ghoul|]

Capítulo 28.- De mi te ríes tu...

~(t/n)~

Tuve que correr para evitar regresar a donde Uta, sentía que mis piernas no querían obedecer, peleaban para regresar a Uta y lastimarlo, yo no podría hacer eso, no podría hacerlo.
¿Que si tiene una novia? ¿Que si ahí algo entre Juuzou y yo? Uta es feliz con esa chica... Yo soy feliz con Juuzou, ¿entonces por que duele así?... — ¿Uh?- me detengo al notar el lugar donde me encuentro, ¿el muelle? ¿Como llegue aquí? Miro a ambos lados para asegurarme de que no hay nadie y me dejó caer de cuclillas al suelo.

Reguló mi respiración en un intento desesperado de no llorar, estoy cansada de hacerlo, ¿por qué tengo llorar cada vez que algo sale mal? Mi vida salió mal desde un principio... Debería estar acostumbrada a esto... *-Eres débil... Ja... Me sorprende que no hayas muerto aún-*... Apreté mis puños en mis sienes para callar la voz, sólo empeoraba las cosas.

— ¡OYE!- grito alguien a mis espaldas dándome un ligero susto.

— ¿Uh?- trate de levantarme y correr. Pero estoy... harta de correr.

— ¿____ no es así?- me di vuelta para encontrarme con quien me llamaba. Era... uno de los tipos del CCG, ¿Amon? No... Ese cabello...

— Si...- musite mientras lo veía avanzar hacia mi con calma.

— No deberías estar aquí...- me tomo de la barbilla y me miro de pies a cabeza. — ¿Estas bien?- no parecía que de verdad le importará.

— Jum estoy bien... Sólo...- no quería contarle nada. — Que tenga un buen día.- pase junto a el rozando su hombro. Como... ¿cómo se llamaba ese tipo?

[***]

Regrese a casa dos horas más tarde, Mag estaba ahí, cocinando, y aunque me hablo fui directo a la ducha.
Mag golpeaba a la puerta, pero yo no prestaba atención, estaba hundida en mis pensamientos, con las rodillas junto las mejillas y el agua fría corriendo en mi espalda.
Cuando los golpes en la puerta dejaron de hacerse presentes decidí salir, mi ropa empapada pesaba así que la tire en una esquina y sali sólo en ropa interior, así de esa forma, me dormí con dos mantas encima. La voz por fin se había callado. Podría dormir en paz por un rato

-Kaneki-

— ¡Ken!- llamo alguien a mis espaldas, un cliente, pensé, pero reconocí la voz.

— ¿Eh?- acomode el trapo para secar los trastes sobre mi hombro al tiempo que volteaba.

— Ken, oye, ¿podrías venir?- dijo la amiga de ____ caminando hacia una mesa a grandes pasos.

— C-claro.- seque unas tazas más, las coloque en su lugar y después me diriji a la mesa. — ¿Que pasa?- le regale mi mejor sonrisa mientras ella sonaba con impaciencia sus uñas en la mesa.

— _____, esta rara. Llego como una zombi. Deberías verla...- ella tomo el menú y lo miro sin mirarlo. — Deberías...- comenzó a hablar pero se detuvo, bajo el menú para mirarme. — Es tu hermana Ken, te necesita.- dejó el menú y se fue sin más.

Tuve una extraña sensación, ¿por qué siempre tenia que enterarme por otros lo que le sucedía a mi hermana?
Al terminar mi hora de trabajo pedí permiso para salir, aunque no tenía que hacerlo, el Jefe asintió feliz pues dice que un poco de aire fresco y la compañía de mi hermana me harán bien.
Mientras camino a casa veo las tiendas que solía frecuentar para comprar comida... En otro tiempo me hubiera detenido a comprar unas hamburguesas o verduras para preparar algo juntos o sólo un pastel que tanto le encanta... que tanto le encantaban a ____. Ahora solo paso de largo y bajo la mirada, igual que ella cada vez que pasamos por aquí.