CAPITULO VIII: ¡salvame!

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Sarah no fue al colegio ese día. Peter sabía como la tenían en su casa y temió lo peor. Al salir de clases fue a su casa. No había nadie. Jacob y Jason estaban en el bar.

Gracias a la vecina fue que supo dónde estaba su novia: estaba en el Hospial General. En cuanto fue a verla estaba en coma. Tenía golpes al rededor del cuerpo y de la cara. La tomó de la mano y dijo:

- Despierta Sarah... No me hagas esto por favor... Te amo...- las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. Nada más llevaban un día siendo novios pero él la amaba en serio.

Unos policías entraron al cuarto y lo vieron junto a ella. De inmediato lo sacaron a la cafetería del hospital para hacerle unas preguntas. El detective empezó a hablar.

- ¿De dónde conoces a Sarah?-
- De la escuela y la psicóloga señor-
- ¿Cuál era su vínculo?-
- Ella es... mi novia...-
- Debo suponer que si algo le pasaba a ella, tú lo sabrías-
- Sí señor... Ella era golpeada y violada por su padre y su hermano-
- En cuanto despierte le pediremos que confirme la historia-

Los policías se fueron y Peter volvió con Sarah. Le dio un beso en la mano y le juró que las cosas serían diferentes para ambos. Él no quería perder a la única persona que lo hacía feliz. Jason y Jacob llegaron y miraron molestos al chico.

- ¿Quién mierda eres tú?- preguntó Jacob.
- Soy el novio de tu hermana- contestó.
- Ella sólo es mía... Tú me la quieres quitar...-
- ¿Quitartela? Tú no dejas de violarla... Hace poco ella se embarazó de ti y lo abortó-
- Es mí hermana y con ella hago lo que quiero...-

Dicho esto se fue. Peter no se separó de su lado. Le daba charla, le pintaba y despintaba las uñas, le leía libros y le ponía música. Así pasaron dos meses hasta que una mañana, ella abrió los ojos.

- ¿P...Peter?- susurró débil.
- Sarah mi amor, despertaste...-
- ¿Qué me sucedió?-
- Tu papá y tu hermano... Pero no te preocupes que unos agentes actuarán-

Más tarde llegaron unos agentes dispuestos a corroborar lo que dijo Peter. Sarah, decidida, dijo la verdad. Su novio también denunció a su familia, pues ya estaba cansado de vivir así.

La policía arrestó a todos los denunciados y les dio largas condenas. Después de eso, Peter y Sarah se mudaron con unos familiares y ya nunca más fueron golpeados. En lugar de morir de suicidio, murieron de amor el uno por el otro.

¡Sálvame!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora