CAPITULO 1

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Ahora es cuando comienza oficialmente mi vida profesional, para esto hemos estado estudiando todos estos últimos años. ¡Comienzan las practicas! Y con suerte cuando terminemos nos ofrecerán un contrato. 

- ¿Se puede saber que te tiene tan contenta?- pregunta Nikki frunciendo los ojos hacia mi-. No te estás quieta. Llevas dando botes desde que nos despertamos esta mañana. 

Paro inmediatamente de dar botes mientras caminamos por el césped del campus. 

- Así está mejor- dice Nikki satisfecha.- La gente nos estaba mirando de forma rara. 

Miro alrededor y compruebo si es cierto. Para mi desgracia compruebo que es verdad, no sé si es porque yo estaba dando botes o porque como siempre admiran las belleza de Nikki. Me inclino más por la segunda opción dado que Nikki siempre llama la atención allá por donde va. Rubia, ojos color miel, alta y tan delgada como una modelo. 

- No me miran a mí- me quejo.- Te miran a ti. 

- ¿A mí?- pregunta llevándose una mano al pecho con sorpresa. 

Ruedo los ojos y continuo caminando sin responder nada. 

- Yo creo que en realidad te miran a ti. No dejas de dar saltitos porque estas contenta...¿pero por qué?- creo que Nikki esta mareando la tortilla un poco. Se le va la olla de vez en cuando, eso lo sabemos todos los que la conocemos bien, pero aun así la amamos.- No puede ser por la asignación de practicas, ¿verdad?- pregunta cautelosamente. 

Sé que espera que responda que no es por eso... pero no puedo mentir. ¡Es por las practicas! ¡Sí, Nikki, es por eso! Tengo ganas de gritar que por fin vamos a vivir una experiencia real en el mundo real. Pero si lo digo en voz alta voy a quedar como la mayor empollona de la historia. ¡Me coronaran reina de las empollonas! 

- ¡Lo sabía! ¡Es por eso!- me acusa Nikki abriendo los ojos de par en par y señalándome. Ahora es ella la que está dando saltitos. 

Nikki y yo llegamos al tablón de anuncios donde la profesora ha colgado las listas con los nombre y las asignaciones, pero hay un cumulo de gente tan grande que apenas se cabe en el pasillo. 

- ¿En serio somos tanta gente en este curso?- pregunta Nikki mientras se alza sobre las puntas de sus zapatos para mirar por encima de las cabezas de los demás. 

- Al parecer es así- digo encogiéndome de hombros. 

Más gente continua llegando y cuantas más personas se acercan más agobiante es la situación. Recibo codazos, pisotones, empujones... a cada cual peor que el anterior. Ser la mejor de la clase no es de mucha ayuda en situaciones así. 

- ¡Vamos a ver, gente!- se queja Nikki gritando y alzando los brazos.- ¡Apartarse!- grita de nuevo. 

Algunas personas comienzan a alejarse de ella con miedo. Yo también lo haría si no la conociese desde el mismo día en que nacimos dado que, por muy extraño que parezca, Nikki y yo somos primas a demás de haber nacido el mismo día y estar estudiando la misma carrera. Las mejores coincidencias de mi vida. Mucho mejores que esa vez en la que encontramos entradas gratis para un concierto, después nos comunicaron que esas entradas tenían pases VIP y que a demás podíamos conocer al cantante. 

Comenzamos a avanzar lentamente entre las personas, gracias a los empujones, pisotones, codazos, gritos y palabrotas que suelta Nikki a su paso. Más que una muñequita rubia parece una apisonadora. 

- Vamos a buscar nuestros nombres- sugiere Nikki cuando nos encontramos frente a las inmensas listas. 

Las dos comenzamos a recorrer las listas con el dedo. No reconozco casi ninguno de los nombres de mis compañeros, lo que demuestra lo desapercibida que suelo pasar debido a que no me involucro socialmente casi nada. Aunque Nikki y yo si solemos salir, pero solo nosotras dos... sin ninguna compañera de clase, lo cual es una demostración de lo insanamente unidas que estamos. 

- ¡Tengo tu nombre!- chilla Nikki en mi oído. ¡Dios, Nikki! ¡Cualquier día me voy a quedar sorda! 

- Y yo el tuyo- declaro. 

- ¡Genial! Dímelo tú a mí primero- me pide con descaro. 

- Te ha tocado... el Hospital San James- digo mientras paso el dedo por encima de las palabras. Me quedo congelada unos segundos. 

A Nikki le ha tocado el Hospital San James... yo quería ir a ese hospital, yo sigo queriendo hacer las practicas en ese hospital... tal vez... 

- ¡Bien!- grita de alegria.- Ahora el tuyo. Te ha tocado...- hace una pausa.- ¡Oh. Dios. Mío! 


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¡GRACIAS! 



SOLO 1 RONDA (faltas de ortografía incluidas hasta corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora