29 de abril de 2012, la lluvia que caía del cielo sin parar parecía cebarse con los rockeros que acudieron al festival. Pero el mal tiempo que hacía por la mañana no era problema para el que habría a partir de media tarde hasta pasado el siguiente día.
Cuando el amigo con gafas fue tienda por tienda repartiendo el desayuno, ya que estaba lloviendo y la comida estaba en su tienda y era el único que llevaba paraguas. - ¿Queréis desayunar ya? -. Gritó el chico de gafas desde la tienda. -Sí, ve llevando hacia aquí la comida-. Contestó el de rizos. -¡De acuerdo! -. La lluvia cesó por un instante y los jóvenes rockeros aprovecharon para ir a comprar la comida para ese día. -Venga antes de que vuelva a empezar a llover. Tenemos que ir a por la comida para hoy-. Dijo el joven melenudo. -Bueno, míralo por el buen sentido, no tienes que pagar a ninguna casa para ducharte-. Dijo el de las gafas a carcajadas. -Si, lo malo es que no me he traído ni jabón, ni toalla-. -Tranquilo, yo he traído. Si quieres te lo dejo cuando lleguemos al camping-. Respondió el de las rastas también entre carcajadas. Una vez en el supermercado, aún en la puerta, vieron la inmensa cantidad de gente que había. -¿Estáis seguros que queréis entrar aquí?-. Preguntó sarcásticamente el de las rastas. -Si lo que quieres es mojarte y andar, sigue tu, nosotros nos quedamos aquí. Al menos yo-. Le respondió el de rizos. Finalmente entraron todos en aquel supermercado.Una vez cogieron todos lo que querían comer, volvieron a hacer la cola de treinta minutos, pero esta vez no vieron las vecinas. De hecho, el joven de rastas no las había visto en todo el día. A la hora de comer, comieron. Y he aquí las vecinas de nuevo con las que comerían juntos otra vez. Se fueron más tarde a comprar, y llegaron antes que el joven de rastas y sus amigos, dado que ellas fueron a otro supermercado que había menos gente. Después de haber comido todos, las vecinas empezaron a hacer planes de conciertos, planes a los que el joven de rastas se anexó. Este día pocos conciertos habían que valieran la pena, solo el tributo a Extremoduro y poco más. Antes de que los tres jóvenes emprendieran el camino hacía los conciertos, de nuevo el mal tiempo hacía de las suyas y empezó a caer un poco de granizo.
Esto, y a pesar de no haber conciertos que valieran la pena no paró a los tres jóvenes para ir de marcha. El joven aprovechó este momento para hacer amistad con las dos chicas. Al finalizar el concierto de las veinte horas, el joven junto a sus vecinas bajaron a cenar y tomar algo de alcohol para que el tiempo no lo fastidiase todo y animarse los tres un poco. Al terminar de cenar fueron a los conciertos que quedaban aquella noche. Una vez dentro del recinto fueron a un concierto. La chica que le gustaba a la cabeza del joven era la pelirroja. Pero, cuando esta chica le cogió de la mano para adentrarse dentro del público, el joven de rastas no sintió nada de nada. Como si otra chica cualquiera le hubiera cogido su mano. O eso es lo que él creía. El corazón tenía que contestar a la acción que le acababa de pasar, con el típico y jodido cosquilleo en el estómago de cuando realmente estás pillado por alguien.La siguiente batalla estaba a punto de empezar, y no tardaría mucho en llegar. Pasaron los conciertos, y llego el tercero desde que llegamos. Todos se lo estaban pasando bien. Al terminar el tercer concierto, la pelirroja estaba cansada y quería ir a dormir. -Chicos siento fastidiaros la noche, pero yo no creo que pueda más-. Dijo la cansada joven. Ya que al día siguiente tocaban muchos grupos que coincidían y quería ir a todos los posibles, decidió irse ya a dormir. La chica de tirabuzones le propuso algo al joven. - ¿Quieres que vayamos los dos al tributo de Extremoduro? -. La cabeza del joven iba tras la pelirroja, por lo que no vio impedimento alguno. - Si, me parece bien-. Después de acompañar a la durmiente pelirroja a dormir, se fueron los dos solos a este concierto. Pero antes había otro concierto en el que se adentraron dentro de la multitud de gente, y para que nadie se perdiera, volvieron a utilizar las manos. La chica de tirabuzones le dio la mano y... ¡¡Boom!!. Como el Columbia ante los ojos de millones y millones de espectadores, allí explotó lo que aquel chico nunca se hubiera imaginado. ¿Se había enamorado?. No lo sabía ni él. Cuando la chica le cogió de la mano sintió lo que debía haber sentido con la pelirroja. El cosquilleo en el estómago, que te hace sentir diferente al resto de las personas que tienes a tu alrededor. Hace que esta chica que tienes y que quieres, sea especial para ti, y le harás disfrutar su vida, tu vida y el amor que os atrae a ambos cónyuges.
Dado que el corazón respondió a esta acción sin ser esperada por el joven, el corazón ganó esta batalla como caballo de madera lleno de griegos entró infiltrado en Troya para finalizar su misión. El cosquilleo que tenía en el estómago era de un lado hacia el otro. La había tenido ante sí todo el rato y no sabía que a quien realmente quería era a ella, y no a la pelirroja. La belleza exterior de la pelirroja eclipsaba ésta. Al llegar al centro se soltaron las manos, pero el joven, sin saber por que ya no se la podía quitar de la cabeza. Esta vez, lo que había en la cabeza era correcto, dado que las órdenes llegaban directamente del corazón. Una batalla más ganada por el corazón. El concierto se fue animando, y los jóvenes con él. Nuestro amigo de rastas sabía lo que se jugaba, pero como cabía la posibilidad de ya no poder volverla a ver, se arriesgo. No quería arrepentirse toda la vida de no haber hecho.Se arriesgo a hacer lo que no, con la pelirroja. Le cogía de la mano, pero al poco rato se soltaban. El chico le ponía su brazo sobre el hombro de ella mientras saltaban y gritaban hasta dejarse la voz. Todo pasaba muy deprisa, y el joven no quería que esa noche se acabara. Fue tanto lo que sentía por ella que no quiso soltarla en todo el concierto. Al finalizar este concierto, fueron directamente al tributo de Extremoduro, pero antes debían salir de aquella manada de gente y llegar a tiempo al otro concierto. Para ello tenían que salir de la misma manera que entraron, cogidos de la mano. Se volvieron a coger de la mano para salir, entre tropezones del chico y la gente queriendo salir casi pierde a la hermosa muchacha de tirabuzones. Se aferró bien a ella y salieron de aquel caos. Pero esta vez no se soltaron la mano. El joven notó sus manos frías y que sufría mucho con aquel frío, y sin dudarlo metió las delicadas manos de la chica en los bolsillos de su sudadera de Megadeth. A la vez que, el joven muchacho puso su mano izquierda para darle más calor y no cogiera más frío. El joven, enlazado de aquél sentimiento sin querer le empzó a acariciar las manos. Y de esa manera resurgieron los cosquilleos del estómago. Que sin duda le hacían reír y sentirse feliz a su lado. Al fin llegaron al tributo de Extremoduro, y allí cogidos de la mano el joven se puso frente a ella y le metió también la otra mano. De esa forma mantenía las dos manos de la joven calientes y a la vez estaban arrimados.
El concierto empezó, los jóvenes se pusieron de frente al escenario, sin soltarse las manos. El concierto empezaba marchoso con "So pallaso". Canción con la que el joven le echaba indirectas entre letra y letra mientras le miraba a la cara. Puede que me deje llevar...- Le cantaba el joven a la chica de tirabuzones. -Me tiemblan los pies a su lao. Me dice que estoy descolorío. La empiezo a besar, a ver que me dice después-. Sin pensárselo dos veces continuó cantándole mientras miraba a esos ojazos que tenía. Y así empezaron los abrazos, besos en la frente descendiendo a la cara llegando finalmente al cuello. Ella se dejaba besar, por lo que al joven le debía importar. Pero aún así, él pensó en que se había precipitado. La gente bailaba a empujones, i éste para protegerla su puso delante de ella y empezó a devolver los empujones. Todo parecía confundir al joven. ¿A caso se estaba aprovechando ella del amor con la que la trataba?. O, ¿ella solo dejaba actuar al chico para que se sintiese mejor?. El concierto acabó y con él la fiesta en el recinto. -Parece ser que ya va siendo hora de ir acostándose, ¿no te parece?-. Le comentó la joven al chico con rastas. - Mujer, para mí aún es pronto, dado que este festival no es barato, pues haría fiesta toda la noche. Y más si es junto a ti. A tu lado todo lo que queda de festival-. Se respondió en su mente el joven de rastas. -Si, la verdad es que si. Mañana más-. Dijo esta vez en voz alta a la chica con una leve sonrisa. Los dos jóvenes empezaron a salir del recinto y bajaron al camping de la mano. El joven de rastas se había enamorado, lo que él no sabía era lo que ella sentía por él. La joven entró a su tienda y mirando al joven le dijo, -¡Buenas noches!-": Amarat se había quedado dormida. Su cabeza estaba apollada en su hombro. Gorka se dio cuenta y le acostó bien en la cama, la tapó y le dio un beso en la frente. Buenas noches, mi querida Amarat-. Dejó su historia encima de la mesilla de noche de la pequeña de siete años, y se fue a dormir a su habitación junto a su pareja.
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Guerra por amor (Versión Castellana)
Romance¿Alguna vez te han contado un un cuento, y después resultó ser real? Pues eso es lo que descubre Amarat, una pequeña de siete años donde intenta descubrir toda la verdad sobre su padre.