En una relación por Internet, no todo es flores y color rosa. Se sufre porque no sabes qué hace esa persona luego de escribirte un "Te amo".
No, no se sabe. Eso me pasó exactamente a mi.
Un mes después, con James las cosas se tornaron complicadas. Desde los celos que aparecieron en mí luego de que me hable seguido de sus amigas, hasta tener que lidiar con un idiota presumido en mi propia escuela, sin contar los coqueteos insignificantes que a veces sufro por parte de otras personas.
No rompimos, no lo haré, al menos yo no. Aunque tenga que ir en contra del mundo.
El punto al que quiero ir es que él está experimentando un "pequeño" crush con la chica de la que me habló hace tiempo, esa que estaba enamorada de él.
Increíble.
Vez tras vez me dejó en claro que sólo es una pequeña atracción, porque uh, ella es modelo. A mi qué cojones me importa eso. Pero blah blah, me ama sólo a mi.
«¡Entonces no te fijes en nadie más, idiota!»
Unas cien peleas después, la chica lo besa. Sí, lo besó.
¡LO BESÓ, PUTA MADRE! ¡NI SIQUIERA YO LO BESÉ AÚN! ¡ME DUELE COMO EL MALDITO INFIERNO! MIERDA, Y MÁS MIERDA.
No sólo eso, ya dejó la duda en mi de si ella lo besó, o él la besó.
De ambas formas me duele, porque James le siguió el beso. Y creo que perdí la cuenta de las veces que se disculpó, pero eso no arregla el daño,¿entienden?
«Fue sólo un beso, joder, James también puede equivocarse, es un humano» -Habló mi mente.
Ya, ya. Respira profundo, Mir.
-Hola -Saludé a la cámara. -¿Cómo estás? ¿Besandote de nuevo con esa chica?
-Miranda -Suspiró. -Fue un simple beso.
-Claro, claro. Un beso que yo tendría que habértelo dado.
-¿Y cómo lo harás? ¿Por medio de una pantalla? -Preguntó cínicamente.
-Eso dolió. -Dije entre dientes. -Eso dolió demasiado.
-¿Crees que a mi no me duele? ¿Que no quiero besarte? Quiero, y no puedo, y es estresante.
-Discúlpame por haber iniciado nuestra relación, entonces. -Solté.
-Técnicamente, yo la inicié.
-Yo acepté. -Aclaré.
-No entiendo de qué te disculpas.
-De haberte hablado en un inicio, si no fuese por mi enferma necesidad de ayudar a los demás, jamás te hubiese recomendado el maldito libro, y jamás hubiésemos hablado. ¡Y jamás te hubiese dolido no poder besarme y no poder hacerlo! -Antes de notarlo, ya había soltado lágrimas.
-No digas eso. -Pidió dulcemente, como un ángel. -Nunca me arrepentiría de conocerte.
-Yo Tampoco, no sé qué estoy diciéndote, cariño. -Sequé las lágrimas.
-¿Me dirías tu dirección? Buscaré tu casa en google maps.
-Claro. -Asentí divertida y le dije mi dirección.
-Iré a comer, regreso pronto. -Tiró un beso en el aire y noté que estaba en un cuarto color verde, diferente al suyo.
Relaja los celos, Miranda, tú puedes. Confía en tu novio.
Me levanté de mi cama y le di de comer a mi gata. Incluso estaba tan aburrida que me tomé selfies. Hasta que me entré a bañar.
Al salir del baño, vestida con un simple short y una remera blanca, y el cabello en una coleta alta, leí un mensaje.
De: Mamá:
Hubo un accidente doble, trabajaré hasta las 6am en la guardia. Come y llama a algún amigo a hacerte compañía. Te quiero.
Para: Mamá
Tranquila, todo bien.
Dejé el celular en la mesa y acomodé la casa, así cuando mamá regrese mañana cansada, no tendría que limpiar.
Tocaron el timbre de la casa y por poco me desmayo, no había pedido a nadie venir a acompañarme.
-¿Quién es? -Pregunté del otro lado de la puerta.
-Ronan. -Dijo una voz rara, conocida.
-Ronan no habla así.
-Tengo alergia, vamos Miranda, es culpa de tu gata en llenarme de pelos ayer.
Entre risas, abrí la puerta.
J O D E R.
ES JAMES, ES JAMES, ES JAMEEEEEEEEEEEEEEESSSSSSSSS.
Me abalancé sobre él. Era increíble tenerlo cerca, tocarlo, era mi novio, y estaba conmigo. Sin pensarlo, lo besé. Así como nadie jamás tiene el derecho de besarlo.
Lo necesitaba, se nota en la intensidad del beso.
Luego de unos segundos, nos apartamos.
-Linda forma de recibirme, me puedo acostumbrar. -Dijo con la voz ronca, sonriendome.
-¡Estás loco! ¡Te amo! ¡No te vayas nunca! -Lo abracé fuerte.
-Todo tuyo. -Dijo correspondiéndome el abrazo.
-Lo sé. -Chillé emocionada.
-Habrá sección de besos de tres horas o más. No es un pedido, es una orden. -Habló entre risas.
Tomé su cara entre mis manos: -Estaría -Besé su mejilla -Encantada -Besé su frente, -De -Besé su nariz -Cumplir la orden. -Terminé besando de nuevo sus labios.
-Creí que serías más tímida al verme. -Carcajeó planteándome un corto besó en los labios.
-No, cariño. Porque somos novios y no te veo todos los días. -Él era un poco más alto que yo, y era flaco pero fuerte. Estaba usando una camiseta blanca de algodón, y yo tiendo a abrazar mucho a las personas que usan esas remeras.
-Deja de mirar tanto mi camiseta, sé de tu obsesión por estas. -Señaló su remera.
-Tengo una obsesión por ti. Ahora vamos a mi habitación. -Demandé.
-Me gusta esto. -Dijo.
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Dejarlos ahí ha de ser delito.
