A mi tierna edad, de los ocho años, tuve que dejar a mi amado y encerrarme en calles de piedra
Un cambio de destino del trabajado de mi padre izo que,la familia se desplazaba, desde allí ya no oía las canciones de cuna
Parmenicio enjaulada en una ciudad de,barro y ladrillo, sin brillo, sin luz, inerte
Mi sol desapareció, mi manto de estrellas era inalcanzable
Permanecía inmóvil en el tejado de mi nueva casa, con la mirada puesta en el cielo, mis luceros eran inapreciables, no podía alcanzarlos desde allí
Las noches silenciosas en mi cuarto ya no cantaban mi canción de Cuna, era inapreciable, no se oía su canto desde allí. Se que el Gritaba, pero su voz era silenciada por el claxon de algún coche fugaz de la calle
Mis juegos de sirenas, limpios y puros, fueron rotos y cambiamos por grises atardeceres
El ya no me oía, yo ya no le sentía, mi amor, mi dulce olor a sal
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sueños
عشوائيcomo algo tan intenso, como un sentimiento se pueda convertir en algo tan real como el mar