Releo el final de Eleanor & Park una y otra vez en busca de respuestas. Tiene que haber alguna señal para descifrar ese final. La autora no puede dejar a sus lectores de esta forma. Tras buscar en cada pequeño rincón del libro, me doy por perdido y abandono mi búsqueda.
Decido probar suerte en Google, ese lugar en el que hay respuestas para todo. Encuentro toda clase de respuestas, pero tranquilos, no os haré spoiler. Después de leer varias respuestas sin sentido sobre el final que la autora le ha dado a su obra, doy con un portal en el que aparece una explicación de la autora. Esta explicación se encuentra en la edición original del libro, pero no en la española. ¡¿Tanto costaba traducir una página más?! Supongo que es más fácil dejar a los lectores con la duda existencial que añadir una página más al libro.
Creo que en los finales de los libros se ve realmente la esencia del autor. Hay autores que prefieren acabar con el final feliz de toda la vida. Sí, ese en el que los protagonistas acaban juntos, se casan y se reproducen como locos. Es un final algo tópico, pero entiendo que es ficción y la vida real ya es demasiado complicada como para complicar también la ficción. Por ello, aunque el final feliz sea lo que los lectores esperan, deciden dejar que la ficción sea perfecta, ya que en la vida real no existen del todo eso que llamamos finales felices.
Luego están esos autores diferentes, aquellos que escriben finales que no esperabas, como matar a la protagonista o que aquella pareja idílica acabe rompiendo. No os preocupéis, no estoy hablando de Eleanor & Park y tampoco os haré spoilers de otros libros. Sé lo que duelen. ¿He mencionado ya que debería existir un lugar en el infierno para aquellas personas tan maravillosas que te estropean el final de un libro o te cuentan quién muere?
Fear Of The Dark de Iron Maiden suena en mis auriculares. Su voz es una locura preciosa que retumba en mis tímpanos.
Decido entrar a elarmarionoesbuenlugar.com y leer los últimos mensajes publicados en el muro. No tengo nada mejor que hacer y el final de Eleanor & Park no me dejaría dormir tranquilo. Prefiero leer dramas ajenos que pasar lo que queda de noche dando vueltas en la cama.
Leo un par de mensajes por encima. Algunos son tonterías, como un chico que dice que su novio le ha puesto los cuernos, pero lo va a perdonar porque, según él, le quiere. Se supone que tienes que pedir consejo en esta página, no contar tu vida. Creo que ponerle los cuernos a tu novio se distancia mucho de quererle, pero hay gente para todo. Siendo sincero, no entiendo cómo alguien es capaz de engañar a su pareja y luego decir que le quiere. Es como matar a alguien y después llorar su pérdida. Un auténtico sinsentido.
Deslizo la página hasta que llego al mensaje más reciente. En él, un chico escribe que vive con miedo de que sus padres no le acepten por ser gay. Pero no es esto lo que más me sorprende. Lo que más me asombra son las palabras "curar" o "echar". ¿De verdad algún padre sería capaz de echar a su propio hijo a la calle por el simple hecho de que le gusten los hombres en vez de las mujeres? ¿Un padre o una madre intentarían curar a su hijo por ser cómo es? ¿Acaso la homosexualidad es una enfermedad? Creo que las únicas enfermedades que hay en esa familia son la ignorancia y la homofobia. Esas sí que tienen cura y muy económica: abrir los ojos y la mente.
Decido escribirle un mensaje. No creo que nadie le vaya a contestar a estas horas y parece que necesita ayuda. Sé por experiencia propia que todo duele mucho más de noche.
Su respuesta tarda más de dos horas en llegar. Justo cuando estoy a punto de acabar el segundo capítulo de American Horror Story: Hotel, la pestaña me notifica que tengo un mensaje nuevo.
Levanto la persiana y me alegra darme cuenta de que ya es de día. ¿Quién necesita dormir cuando puede leer y ver series? ¡Para algo existe el café, maldita sea! Los lectores somos animales nocturnos.
