Capítulo 5: Interrogatorio

341 32 4
                                    

POV Natsu
Estaba en el gimnasio de la casa de Gray Fullbuster. Tenía que agradecer con creces a él y a su primo que me hubiesen dejado quedarme en su casa. Eran mafiosos, estaba seguro de que me pedirían un favor así que no me preocupaba demasiado. Me tumbé en una esterilla y comencé a hacer abdominales, ya estaba en la parte final del mi entrenamiento.
Pensaba en cuál era el siguiente paso un debía de dar. La seguridad de Lucy ya no me preocupaba. Vastia y Fulllbuster se ocuparían de ella ya que pronto sería su familia y era la heredera de todo el imperio de Laxus. Lo siguiente que me preocupaba, y seriamente, era la vida de Laxus. ¿Le matarían? No creía. Se suponía que los policías actuaban a favor de la justicia y que por tanto debían usarla, así que todavía le quedaba vida. Si hubiese sido al revés y hubiésemos atrapado nosotros a uno de los suyos, hacía tiempo que estaría muerto.
El otro problema que rondaba mi cabeza era el de quién se ocuparía de la organización mientras su líder estaba entre rejas. Le correspondería a Lucy, pero no creía que ella quisiera y menos después de lo vivido hoy.
Terminé de hacer mis abdominales y me enrollé una toalla alrededor de mi pelo rosa.

En cuanto entré en el baño me acordé de la escena entre Lucy y Gray. No esperaba eso de la rubia. Por lo que me había dicho Laxus esos dos congeniarían en seguida, pero no sabía que lo harían tan pronto.
En la puerta de mi habitación vi a Lucy con el pijama puesto. Miraba hacia el otro lado y parecía nerviosa. ¿Qué se suponía que hacía en la puerta de mi habitación?
Me acerqué a ella e intenté ser amable, no me apetecía nada hablar con ella. Mañana tendría que ponerme en acción y quería irme cuando antes a la cama.
-¿Qué se te ofrece?-pregunté los más amable que pude aunque no fue suficiente.
Ella se sobresaltó y se giró para mirarme. Tenía el ceño fruncido. ¡Genial! Me iba a echar la bronca. No podía mandarla a la mierda teniendo en cuenta que cuando Laxus volviese y se enterase me cortaría los huevos.
-¿Qué?-volví a preguntar para que reaccionase.
-No me asustes-suspiró.-Quería disculparme por lo de antes. No era lo que parecía.
No me miraba a mí sino al suelo. Susurraba y parecía muy avergonzada. Sonreí, no era tan guarra como había pensado. "Al final si la criaste bien Laxus" pensé para mis adentros.
-¿Esa sonrisa significa que me perdonas?-me preguntó alegre. Parecía que estaba dando saltitos.
Aumenté mi sonrisa y ella me abrazó, parecía que se había quitado un peso de encima.
Al darse cuenta de lo cerca que estábamos reculó y me deseó las buenas noches mientras iba a su habitación. Una sonrisa de idiota apareció en mi cara sin que me diese cuenta.
Aquella noche dormí como un bebé.

POV Laxus
Me llevó a un pequeño cuartucho sin ventilación y con un gran cristal tintado en la parte izquierda. Seguramente allí habría unos cuantos investigadores y psicológos analizando mis respuestas y mis gestos.
El albino me sentó en la silla de metal que había en medio de la sala y me ató los brazos, la cintura y las piernas a ella mediante correas.
El suelo era de baldosas grises y pese a que las baldosas estaban limpias en sus yuntas se podía ver restos de sangre.
Miré al techo y no había ninguna cámara. Podían hacer conmigo lo que quisieran que nadie se enteraría.
Sonreí. El bando a favor de la justicia no era tan bueno como querían aparentar. Lo que más me gustaba de mi oficio es que todos iban de frente. O si iban a las espaldas por lo menos te lo esperabas.
La puerta se abrió y entró in hombre de pelo azul, ojos castaños y con un extraño tatuaje en el rostro. Era la mitad de ancho que el albino y dos cabezas más bajo, y aún así imponía más. No sabía porque, pero tenía la extraña sensación de que era un pez gordo.
-Laxus Dreyar-dijo sonriendo-es todo un honor.
-Te diría lo mismo pero no sé tu nombre-contesté con la misma sonrisa burlona que el tenía.
-No te hace falta-contestó.
El peliazul se dedicó a dar un par de vueltas alrededor de mí. Le seguía con la mirada pero me estaba empezando a poner nervioso. ¿A qué cojones esperaba para empezar el interrogatorio? Si hubiese sido al revés yo ya le habría hecho probar el sabor de mis puños.
Se paró en frente de mí, a medio metro y metió las manos en los bolsillos. Me miraba seriamente. Parecía que esto iba a empezar por fin, me esperaban unq horas infernales. Pero por mi honor las aguantaría. Le miré decidido y con odio.
-¿Sabes de lo que se te acusa?-me preguntó.
Esa pregunta me pilló por sospresa y se notó en mi rostro.
-No-contesté.
Era la verdad, sabía más o menos de lo que se me acusaba pero quería oírlo de su boca.
-Asesinato, tráfico de drogas e influencias, malversación de fondos de empresas sin ánimo de lucro, robo a particulares, extorsión y secuestro-dijo seriamente.
Su cara no reflejó nada de lo que se le pasaba por la cabeza según enumeraba todos los delitos.
-¿No se te olvida nada?-pregunté burlón.
-Tengo una buena memoria-contestó.
-¿Hay algo de lo que te arrepientas?-preguntó.
¿Pero que clase de interrogatorio era ese? Por un momento había pensado que esos inútiles no eran tan blandos como parecían,  estaba totalmente equivocado.
-¿A qué esperas para hacer el verdadero interrogatorio?-le contesté con otra pregunta.
Lo que estaba haciendo era perder el tiempo. Y mi tiempo valía oro.
-Contesta-ordenó sin prestar atención a mi pregunta.
¿Así que esperaba a que ocurriese algo? ¿Pero el que? Le miré a los ojos pero sólo transmitían impaciencia.

-Sí-contesté. Él se sorprendió, por un segundo se lo vi en la cara. Pero en seguida reaccionó y volvió a poner su máscara neutral.-Me arrepiento de haber perdido contra los niñatos de Eucliffe y Cheney.

-Justo lo que esperaba de ti, Laxus Dreyar-dijo sonriendo.-Creo que ya podemos empezar el verdadero interrogatorio-añadió.

¡Cada semana subiré un capítulo!

En el amor y en la guerra todo vale (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora