Carta 3#

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01 de Junio, otoño.

Amada mía:

Ya no voy a la escuela, y sé que está mal, porque prometimos que terminaríamos de estudiar y nos graduaríamos. Después iríamos a la universidad y de ahí haríamos nuestra vida y cumpliríamos todos nuestros sueños. ¡Pero es que no puedo! Todo me recuerda a ti. Veo tu pupitre vacío y la angustia se apodera de mi cuerpo.

No sé que hiciste conmigo, Sofía, pero me ha hecho mucho daño. El simple hecho de extrañarte acaba conmigo y con las ilusiones de algún día poder recuperarte.

Decidieron hacer un memorial en honor a ti, y yo creo que eso no es suficiente, tú mereces más, mereces más de lo que hacen por ti.

Me han dicho que me he vuelto loco, que estoy obsesionado contigo, y quizá sea verdad. Pero mi amor, es inevitable no pensarte cada minuto del día, es horrible caminar por afuera de tu casa y saber que tú ya no vives ahí, es odioso y aterrador pensar que nunca volverás.

No puedo y no soporto que estés lejos de mí, me gustaría que por un momento alguien se pusiera en mi lugar, que alguien sintiera todo lo que yo siento en este momento, pero no creo que exista alguien capaz de amar como yo te amo. Tampoco creo que alguien en esta miserable vida te haya amado más que yo.

Como te extraño Sofía, te extraño y me gustaría que volvieras, pero he perdido mi oportunidad y te has ido.

Últimamente me he estado cuestionando algunas cosas; el por qué de tu partida.

¿Por qué aún siendo tan joven tuviste que irte? ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué la vida es tan cruel? Pero no he recibido respuesta de nadie, nadie quiere responderme, quizá nadie tenga respuestas para preguntas tan absurdas. Lo único que sé es que sería capaz de cualquier cosa con tal de volver a tu lado, incluso de irme contigo donde sea que estés.

¡Maldición, no puedo con esto!

Perdóname por no ser tan fuerte, pero es que sin ti, mis fuerzas se han ido, tú eras la única persona que me entregaba todo lo que una persona necesita para vivir, tu amor me nutría y me hacía seguir con vida, ahora sin ti, ni siquiera sé quién soy.

Estoy seguro de que si yo hubiera sido el que se fue, tú hubieras podido con mi partida, porque tú eres de esas personas fuertes, de aquella que luchan aunque las posibilidades sean mínimas, tú siempre luchaste y me lo demostraste aún en tus últimos días de vida.

Te amo, Sofía, por eso y por todo.

Posdata:

Recuerdo que años atrás alguien me dijo que debía tomar precauciones con el amor, y lo hice. Tú eras fuerte y yo no lo era. Me ilusioné, me equivoqué. Me descuide, lo olvide. Lo hice. Y ahora que está hecho, no hay nada que decir. Te has ido y sin esfuerzo alguno, has ganado. Así que ve y diles: Diles todo lo que sé ahora. Grítalo desde los tejados. Escríbelo en la línea del cielo. Todo lo que teníamos se ha ido. Diles que era feliz y que mi corazón está roto. Todas mis cicatrices están abiertas. Diles que lo que yo esperaba sería imposible, imposible, imposible, imposible.

JamesArthur – Imposible.

Cartas de amor al cielo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora