La sangre que cura.

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Todos habían tenido una pelea encarnizada ese dia, Draco se había enfrentado a Hannover y Harry habia triunfado sobre la magia oscura de Bellatrix. Los demas chicos estaban exahustos debido a que habian utilizado todos los poderes con lo que contaban, brujas y marionetts ahora estaban tiradas en el piso mientras que Pansy miraba con profundo amor y gratitud a Neville misma que se dirigio a el para abrazarlo con demasiada fuerza. Cuando se vió aquella luz intensa que provenía del cielo pensaron que la pelea ya estaba terminada pues tanto los temblores como los rayos de fuego habían cesado.

De repente las magic marionetts comenzaban a tomar su cabeza desesperadamente frotandola contra sus dedos, las miradas de las chicas eran de miedo, de horror, comenzaban a reir como locas desquiciadas y soltaban por fin las varitas transparentes. Draco observó aquel comportamiento y solo pudo llegar a una conclusión, si las uniformadas habían dejado de pelear tendría que deberse a solo una cosa, Lilith había sido derrotada.

-Lo lograste mi amor- Draco intentaba llegar hacia el gran salon para reunirse pronto con Hermione pero antes de que diera un paso mas Murdock Hannover lo detenía con la varita de roble.

-Tu yo yo no hemos terminado maldito mocoso- Amenazaba el hombre cano.

-Hazte a un lado Hannover, no tengo tiempo para esto-

-No, ahora moriras Malfoy- Seguia insistiendo Hannover.

-Entonces que haras squibb de quinta, vamos, matame ahora mismo con una maldicion si te crees tan bueno- Indicaba desesperado el platinado quien por alguna razon no alzaba su varita, mientras tanto Hannover intentaba realizar por fin el hechizo para acabar con el muchacho.

-Avada Kedavra!- Hannover puso toda su concentración pero descubrio que ningun rayo salia de aquella varita.

-Que estupido eres, ¿acaso no te das cuenta que Lilith ya no tiene ningun poder?, mejor hazte a un lado- Draco en ese instante le lanzó un puñetazo a la cara y seguido a esto corrio para poder ir al lado de la castaña que seguramente se encontraría debil a causa de la pelea que había sostenido con aquella bruja.

Hannover se quedo en estado de shock al ver que no podía producir ninguna magia, miraba constantemente la varita de roble misma que Lilith le dio la ocasión que había despertado en el porton del colegio, pensaba entonces que ahora con magia podía ver consumados sus sueños de no ser simplemente un Squibb, ahora que intentaba realizar cualquier cosa , no le servía de nada, pues al final de cuentas el resulto ser algo que había creado. Hace dos años que había secuestrado a varias jovencitas para posteriormente privarlas de cualquier recuerdo feliz utilizando a los dementores, les inyectó sangre de Hermione Granger y pudo hacer que tuvieran magia siguiendo sus ordenes. Ahora el se consideraba uno de ellas, el titiritero siempre fue un titere de Lilith.

-Marionetts,, soy un marionett- Hannover comenzaba a reir y a retorcerse un poco en el piso, era tal la desesperación de aquel hombre por obtener un poco de magia que debía hacer cualquier cosa para obtenerla.

-Soy un mago, soy un mago autentico- El hombre se repetía a si mismo mientras se tocaba la cabeza de manera desesperada, ahora ya comenzaba a lucir como las marionetts que quedaban en el piso diciendo "error, fuente de poder perdida".

Ginny intentaba volver a atacar al squibb pero en ese momento tanto Pansy como Neville la detenian, la miraron furtivamente dandole a entender que aquel hombre ya no tenía cordura alguna, pues era evidente que estaba perdiendo la razon al saberse sin magia ahora. Luna tomó la varita que habia tirado aquel hombre por curiosidad, y en ese instante Hannover se arrastraba de nuevo para requerir su varita.

-Mi señora, porfavor demela, usted me prometio darme magia- Hannover estaba hincado a los pies de la rubia haciendo que ella se acercara a él y le diera aquel trozo de roble que tanto anhelaba. Era tanta la locura de Murdock que aún creía que la varita le daria magia o que aquella chica era Lilth.

Si me amas... No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora