Si me amas... No se lo digas a nadie

Una chica sin magia

Llego por fin la ultima semana de diciembre, todos los alumnos presentaron sus examenes parciales, y entregaron sus trabajos respectivos del semestre. Estaban a un paso de los TIMOS asi que los profesores como apoyo les daban guias de estudio para que se prepararan un poco mas estas vacaciones.

Las clases en la sala de los menesteres iban mejor que nunca, ya todos los alumnos dominaban las tecnicas defensivas mas utilizadas, incluso habian aprendido a conjurar patronus corporeos en caso de ser atacados por dementores.

Al finalizar las ultimas clases los alumnos ya preparaban sus equipajes para regresar a casa de sus respectivos padres. Los hermanos Weasley y Harry estaban emocionados de regresar a la madriguera, mientras que Hermione preparaba su maleta para regresar con sus padres. Cormac por su parte se despedia de su novia, prometiendo que la llamaria para desearle feliz navidad.

Afortunadamente no se cruzo con ningun Slytherin incluyendo al rubio, deseo no encontrarselo ya que debia desconectarse un poco del mundo magico.

El expresso de Hogwarts estaba adornado con esferas y motivos navideños, llego exactamente a las seis en punto, asi que Hermione aprovecho para ir primero y encerrarse en el primer vagon que viera desocupado, ya que no deseaba la compañia de nadie por el momento. El camino no era tan largo de regreso a Londres, comenzo a observar las montañas, los arboles y los caminos que conducian a los pequeños poblados incluido Hogsmade.

Llego por fin a la estacion nueve tres cuartos, donde sus padres se encontraban juntos, esperando la llegada de su hija. El expreso se detuvo por fin y varios alumnos salieron corriendo especialmente los de primero y segundo que eran los mas desordenados. Hermione no apetecia reprender a nadie ya que sabia que solo eran niños y estaban ansiando salir para ver a sus padres, ella lo comprendio pues deseaba lo mismo en ese momento.

-Hermione!- El señor Granger fue el primero en abrazarla, seguido por su esposa, quien con lagrimas en los ojos le expresaban lo mucho que la habian extrañado. Ya que tenia un año que no los veia.

-Papa, mama- Hermione no contuvo sus lagrimas y se aferro a ellos como una niña pequeña.

-Oh mi pequeña nutria, te extrañamos tanto, que bueno que decidiste venir a pasar las navidades con nosotros- Le mencionaba la señora Granger mientras la abrazaba con mucha fuerza.

-Y yo tambien a ustedes, no saben cuanto- Hermione se secaba las lagrimas mientras el señor Granger recogia el equipaje de su hija para ir a casa.

-Que tal la escuela mi nutria hermosa- Le preguntaba el señor Granger en lo que caminaban hacia el auto.

-Bien papa, los weasley les mandan saludos al igual que Harry- La castaña los abrazaba a los dos por la cintura ansiando llegar a su hogar.

El camino a la casa de los Granger no resulto largo ya que el padre de Hermione afortunadamente conocia atajos para no caer en el asfixiante trafico que ahi se encontraba. La madre de la castaña se encontraba hablando con su secretaria para que cancelara las citas que tenia para el dia siguiente, argumentando que Hermione estaba de regreso y queria estar con su hija el mas tiempo posible.

-Dale mis saludos a Katherine- Le decia Hermione refiriendose a la secretaria de su madre.