La niña y la muñeca

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Hermione regreso a la tienda donde se encontraban sus amigos, afortunadamente ninguno habia logrado despertar debido a que el sueño que tenian era mucho mas pesado que los porblemas que pudieran tener respecto a cualquier cosa. Camino a hurtadillas y se recostó un rato pensando en todo lo que habia visto de su pasado, acariciaba el broche de Cronos tratando de encontrarse con aquella Hermione que habia visto en aquellas imagenes. Se preguntaba si todo aquello era verdad por que aunque lo estaba mirando con sus propios ojos no lo podia creer, en primera tenia una relacion con McLaggen que desconocia, y por otro lado estaba super enamorada de Draco Malfoy, y aunque eso ultimo ya lo habia dejado demasiado claro no entendia la manera en la que siquiera se habian acercado en ese entonces. Pero algo que la dejaba totalmente perpleja era verse ella misma totalmente diferente, con un aspecto realmente de mujer fatal, aquel cabello, aquellos ojos color violeta definitivamente no eran los de ella, pero la incognita primordial era ¿Habia matado a Dumbledore?, no lo sabia, solo le restaba seguir intentando recordar al cien por ciento.

A la mañana siguiente la castaña se levanto temprano para preparar el desayuno para los chicos, olia tan bien que aquel aroma a huevos con tocino desperto sus etomagos ya que estaban demasiado hambrientos de tanto pensar en la forma de destruir el Horrcrux. Harry se adelantaba para ver que su amiga estaba cocinando, por lo que se dispuso a ayudarle a poner los platos y los cubiertos.

-Como pasaste la noche Hermione?- Preguntaba Harry con naturalidad pero notaba que la chica estaba demasiado pensativa, pues el tener demasiadas visiones definitivamente le robaban el sueño a cualquiera.

-Bien Harry, es solo que tuve insomnio, tal vez por todo lo que estamos pasando, pero nada que con la fresca mañana no pueda arreglar- Indicaba la chica sin mirar a su amigo a los ojos, en ese momento llegaba Ron quien estaba lo doble de hambriento, por lo que Hermione cocino mas de lo debido, casi para el.

-Buenos dias- Bostezaba el pelirrojo sentandose en la mesa mientras la castaña como era su costumbre reprendia al chico por no lavarse siquiera las manos para desayunar, asi que el chico a regañadientes accedió y fue a asearse un poco.

-Nunca cambiara, pobre de Lavender si llega a ser su esposa- Reia la castaña imaginandose aquel matrimonio tan irregular, mientras tanto Harry volvia a tomar el Horrcrux y se disponia a desayunar en lo que lo hacia. Hermione lo miró y concluyo que aquel objeto tenebroso solo era una parte de todo lo que tenian que buscar por lo que solto un suspiro y sirvio los tres platos. Cuando Ron volvio a la mesa lo primero que hizo fue engullir el tocino y el pan, mientras que la castaña esta vez no lo reprendio por comer como un cerdo, entre tanto Hermione picaba su plato sin apetito alguno.

-Hermione, desayuna - Ordenaba Harry y la chica parecia que habia despertado de un sueño pues era evidente que estaba en otro lugar sumergida en sus propios pensamientos.

-Ah si, perdon- La chica volvia a su plato con dificultad, pues aun recordaba lo que habia visto en el despacho del director. Ella estaba riendo a carcajadas mientas que el profesor estaba pidiendo clemencia, como una oveja indefensa esperando misericordia por parte de todos los chacales que estaban a su alrededor, y uno de esos chacales era ella, con aquel cabello lacio negro y esos ojos color violeta. Cuando comio lo suficiente sintio que el estomago se le revolvia de solo pensar que ella habia sido la causante de la muerte del director, pues eso lo encontraba demasiado asqueroso.

-Disculpen...- Hermione salio corriendo hacia afuera de la tienda donde vomito con ganas, haciendo con esto que sus amigos de un de repente se preocuparan por su salud, ya que tal vez podia estar demasiado mal por todo lo que habia pasado, asi que rapidamente Harry decidio ir con ella.

-Hermione que te sucede, ¿te sientes mal?- Mencionaba Harry preocupado mientras ella se encontraba con lagrimas en los ojos.

-No Harry, no es nada descuida, es solo que tengo un malestar estomacal- Hermione no se atrevia a mirarlo pero el chico de la cicatriz se acercaba para observarla mejor, tal vez ahora se encontraba en un estado critico por lo que decidio preguntarle algo demasiado importante.

Si me amas... No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora