Dulce venganza

P.O.V. Dominic

Cuando la vi entrar al restaurante mi respiración se detuvo. Se veía aun mas hermosa que a sus quince años. Tenia la misma inocencia en la mirada. Pero su belleza había madurado convirtiéndola en una mujer increíble. Vi el reconocimiento en sus ojos cuando me miro por primera vez. Y su padre, ese viejo avaricioso y en bancarrota que era capaz de vender a su hija al mejor postor seguía dándome el mismo asco que cuando trabajaba para el como un esclavo por miserias.

Disfrute humillarlo y lo deje creer que creía sus mentiras sobre su fortuna, una fortuna que el había dilapidado en lujos y zorras. Cuando vi el golpe en el labio de Eva quería matarlo con mis propias manos. Sabia que no la trataba bien, nunca lo había hecho, pero que la golpeara era el colmo para mi.

Cuando nos quedamos solos y ella me llamo Lorenzo todo el dolor del pasado volvió a mi de golpe y la trate cortante. El dolor en sus ojos me llego al corazón. Pero tenia una venganza que llevar a cabo. Todos estos años el odio fue mi motor. Vivía para el momento de ver a ese monstruo humillado cuando supiera quien era en realidad.

Cuando Eva se fue y leí la carta mi corazón se hizo pedazos. Quería darle el mundo y ella se dejo llevar por ese viejo inútil. No quiso creer en mi o eso creí en un principio. Yo no era el albañil sin dinero que todos creían que era.

Había sido enviado por mi padre desde Italia a Londres porque mi adolescencia solo estado plagada de lujos y mujeres sin preocuparme por nada mas. Gastaba fortunas en fiestas y zorras. No me importaba nada de la vida mas que disfrutar. Mi padre se canso y me lo quito todo. Me mando a trabajar y me dijo que cuando entendiera el valor del trabajo me dejaría volver a hacerme cargo del negocio familiar. Fue duro al principio y trabajar de albañil fue lo mas humillante que me había pasado. Vivía en una pensión de mala muerte equilibrado mis gastos para pagar la habitación y comer. Cuando vi a Eva por primera vez al lado de su padre supe que había conocido a la mujer de mi vida. No parecía tener 15 años, su cuerpo era una belleza, armonioso y voluptuoso pero sus ojos, sus hermosos ojos luminosos llenos de inocencia fueron los que me enamoraron. Y dios me bendijo cuando ella se enamoro de mi. Trate de resistirme pero no pude solo con el primer beso me tuvo por completo y cuando en mi cumpleaños numero 18 se entrego su virginidad fue el mejor regalo que tuve en mi vida. Ni si quiera el mas caro de los autos que tenia en Italia valían lo que esa entrega significo para mi.

Cuando la vi irse en el auto con su padre estaba destrozado y al leer la nota el odio comenzó a forjarse en mi... Justina su nana de toda la vida me miro a los ojos y me dijo con tristeza

_ lo hizo por ti Lorenzo, lo hizo porque te ama

_ si me hubiera amado no me hubiera abandonado_ dije con amargura

_ hijo, no debo decirte eso pero debes prometerme que al saberlo no iras a buscarla_ la mire confundido_ el la amenazo con mandarte matar si seguía viéndote, ella eligió tu vida a su felicidad_

_ voy a ir por ella_ dije firmemente

_ Lorenzo, vuelve a Italia, conviértete en un hombre de ley, endereza tu futuro y luego puedes ir por ella, recuerda hijo, la venganza es un plato que se come mejor frío..._ y entonces lo entendí.

Volví a Italia, mi padre me recibió con los brazos abiertos. Deje de ser simplemente Lorenzo Marchio para volver a ser Dominc Lorenzo Marchio Deifiori. Estudie, me prepare, y cuando llego el momento me puse a la cabeza de la empresa. Por un momento creí que había olvidado a Eva y estuve a punto de casarme con otra mujer pero cuando descubrí que ella solo era un mal reemplazo para el verdadero amor de mi vida rompí el compromiso y descubrir que Benedetta solo era una zorra interesada capaz de cualquier cosa por conseguir lo que quería, mi dinero.

Fue un placer humillar a Rafaello y tuve que contenerme para no tomar en mis brazos a Eva y besarla como quería hacerlo. Pero mañana todo se arreglaría. El contrato tenia clausulas arbitrariamente arregladas por mi abogado. La suma que recibiría el padre de Eva seria irrisoria, no le alcanzaría para levantar su bancarrota y yo seria dueño de su empresa en quiebra que levantaría y tendría a Eva en mis manos, en mi cama y en mi vida.