En la tumba de mi mejor amiga

Prologo

Nunca creí que estar muerta seria tan aburrido.

Ha pasado un mes y he ido a visitar visitar a mis familiares para observar como han seguido después de mi muerte. Pero después de que se me acabarán las casas, lo único que hacía era estar en el cementerio, viendo al cielo y nada más. Eso, y sólo eso, durante tres semanas.

Tres semanas, en las que me aburrí como nunca me había aburrido. Hasta ese día.

Mi mejor amiga había llegado.
Parecía triste y algo deprimida, aunque me sentía muy enojada con ella por no haberme visitado antes, la perdono y comprendo ya que si yo estuviera en su lugar no me atrevería a visitarla.

Ella estaba sentada al lado de mi tumba y tenia algo en la mano. Una rosa y junto a ella, una carta.