Rosa #11

7 1 0
                                    

Viernes 6 de febrero de 2015

Hola chu tu,

Creo que esto de ir cada tres días a dejarte algo se va a hacer costumbre, aunque no quiero que así sea. Lo siento. Trataré de ir de nuevo todos los días a dejarte cualquier cosa.

Esta semana fue una total tortura. Trabajos, tareas, y más trabajos. Apenas tuve tiempo para hacer otras cosas, aunque no es como si tuviera mucho más que hacer porque ya no puedo salir contigo. A veces vivir lejos de todos es malo. Antes no lo era porque tu también estabas aquí, pero ahora ya no. Así que me conformaré con hacer las tareas y leer cuando no tengo nada que hacer. A propósito, comencé a leer un nuevo libro. Ya se que antes no me gustaba mucho leer, pero últimamente el aburrimiento me gana y pues quise intentar esto para distraerme. Hasta ahora no estoy entendiendo nada de lo que hablan en el libro. Y no se si es porque eso quería lograr el autor o porque soy demasiado estúpida como para retener la información. Supongo que lo iré entendiendo poco a poco, o eso espero.

Ha estado haciendo mucho frío, aunque comparado con el frío de diciembre, no es tanto. De cualquier forma, al irme al colegio en la mañana parezco una bola de ropa andante. Pero no puedo evitarlo, no quiero morir de hipotermia o resfriarme. Ya se, exagero. Pero hoy eso fue una ventaja.

Te tengo que contar algo!

Hoy en la mañana estuvo haciendo más frío que los otros días, o por lo menos eso sentí yo. Y entonces como la exagerada que soy, llevaba: una camiseta, la blusa del colegio, el chaleco, un suéter, el suéter del colegio, una bufanda, guantes, y un gorro. Pero antes de salir de la casa, mi mamá vio todo lo que llevaba y me dijo que no fuera exagerada, que seguro después iba a salir el sol y que no necesitaba tantas cosas. Así que al final de la discusión, terminé solo con el uniforme del colegio y el gorro.

El autobús llegó y me subí sentándome en el lugar de siempre. Osea, junto a Rodrigo, que llevaba un suéter extra. El problema fue que la chica de enfrente llevaba la ventanilla abierta, y por ella entraba mucho aire súper frío que daba justo en mi asiento. Yo iba temblando. Era horrible. Pero Rodrigo se dio cuenta, y entonces me ofreció cambiar de lugar para que no sintiera frío, pero lo negué porque si hacía eso sería él el que iría sintiendo frío. Discutimos un rato pero no logró hacer que cambiara de opinión. Así que se le ocurrió otra brillante (más sarcasmo) idea para que no me diera tanto frío. Se quitó su otro suéter, quedando solo con el del colegio puesto y me dio a mí el otro. Casi me obligó a ponermelo, ya que yo no quería, porque eso significaba un interrogatorio por parte de todos al llegar a mi clase. Pero esta vez él no aceptó un "no" como respuesta y pues terminé con su suéter puesto.

Olía taaaaaaan bien!! Tuve que contenerme para no hundir mi rostro en el suéter para olerlo. Lo sé, suena estúpido. Pero si lo hubieras olido estarías de acuerdo conmigo.

Él día pasó y resultó que mi mamá se había equivocado. El sol no salió ni una sola vez en todo el día, es más, llovió. Así que no me quité nada de lo que llevaba puesto en la mañana. Y con eso me refiero al suéter de Rodrigo. Milagrosamente Charlotte, Cat y Silvana no insistieron mucho en saber de quién era después de que les dije que me lo habían prestado. Así que a la hora de salida todavía lo llevaba puesto. Y al bus ahora se le esta haciendo costumbre llegar tarde a recogernos, por lo que de nuevo nos quedamos últimos en el colegio. Mi hermana estaba con sus amigas, Rodrigo con un compañero al que también pasarían a recoger tarde, y yo sentada en el suelo, como siempre. Leyendo, ya que mi celular se había quedado sin carga hace un rato. Pero me quedé tan absorta en el libro, que a penas me di cuenta cuando alguien se sentó a mi lado.

Era Rodrigo.

Aunque no me enteré hasta que habló.

- Carol - pegué un pequeño salto al oírlo y voltee rápido a verlo. Él solo soltó una pequeña risa causando que me sonrojara y bajara la mirada.

- Eh... hola...

Cerré el libro colocando el separador para no perder la página que llevaba y lo dejé a un lado, sintiendo la mirada de Rodrigo sobre mí en cada movimiento que hacía.

- Como estas? Veo que el suéter te sirvió de algo - comentó con una sonrisa en su rostro que solo causaba que me sonrojara más apartando la mirada.

- Sí. Gracias -le contesté tratando de no confundirme al hablar- Me hubiera congelado si no me lo hubieras prestado.

Él rió e hizo otro comentario sobre que era una exagerada. Te sorprendería lo que un simple clima frío puede causar. La platica duro unos 20 minutos hasta que el bus se dignó a llegar y seguimos hablando durante el viaje.

Después de un rato ya no seguía poniéndome nerviosa al hablarle y hasta comenzamos a bromear molestándonos uno al otro.

Ahora creo que el frío me agrada mucho. Demasiado.

Adiós mujer
Oshiii!!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

En la tumba de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora