Ayúdame a olvidar; Niam

7.

Hey... Bien, no tengo mucho que decir, más allá de que esto tiene 18,8k y no lo sé. Lo logré de alguna forma.
La fic ha estado llena de fails a mi parecer, más porque quién la seguiría jamás lo hizo y siento mucho eso, pero aquí va. Tomé una decisión y le daré un fin a esto, tal vez sólo dos capítulos más o este sea el único, pero lo haré. De ante mano siento el cambio de narración, ya no escribo igual que antes.

Los dedos del rubio joven estaban envueltas en el cabello ajeno, manteniendo un apretado y excitante agarre desde el punto de vista de Liam, el cual disfrutaba del ambiente que les había envuelto en esos momentos, de los húmedos pero a la vez dulces besos de Niall y de la forma en que masajeaba su nuca, llevándole a otro nivel con un simple contacto.
Las manos del menor bajaron con suavidad por la espalda ajena, dejando un rastro hormugueante a su paso para el castaño y este último repitió la acción, llevando sus extremidades a través del cuerpo pegado al propio. Se sentía diferente, no como el tacto que previamente había tenido con su ex novia, este era más duro, más fibroso pero irresistible en un grado de locura.
Antes de notarlo el calor de había apoderado de ambos y ellos, necesitados de aliviar éste, comenzaron a desnudarse entre sí, dejando caricias juguetonas y a su vez serias, tiernas y cargadas de emoción.

La boca de Liam descendió hasta el pálido cuello que se ofrecía a sus labios, dejando en éste marcas de besos y mordidas, llenando de color aquel lienzo en blanco. Su acompañante dejaba escapar resoplidos y jadeos ante la acción pues aquel era su punto débil, su punto erógeno.

"L...Liam" Jadeó el menor su nombre, sintiendo como la excitación recorría cada fibra de sí. Le necesitaba, en ese momento le necesitaba más que a respirar, más que a nada que hubiese deseado previamente. "hazme el amor" continuó, tal vez sonó esperanzado o como una ingenua colegiala, pero aquel era su más grande deseo, no una follada rápida de despecho o algo por el estilo. Deseaba algo cargado de sentimiento, de emoción y excitación mezcladas al mismo tiempo y sin duda era lo que conseguiría. Las manos de Liam bajaron por su columna hasta sus muslos, de los cuales tiró suavemente hacia arriba, obligando al rubio a envolver sus piernas en torno al otro.
Sus labios volvieron a unirse mientras se movilizaban a la habitación, lugar en que se depósito al muchacho de ojos azules sobre el centro de la cama, pues así seria más fácil para el castaño abordarle.

Ya ambos desnudos y jadeantes procedieron a su fin. El mayor besó los párpados de Niall, dejando un simple recorrido hasta su oreja. "mereces más que esto, cariño" murmuró el castaño en el lugar, deleitándose con los finos gemidos que el último dejaba escapar al estar siendo penetrado por dos largos dedos, que le prepararían para su premio mayor y más grande. "mereces s alguien mejor, pero soy tan egoísta bebé. Sólo te quiero para mí" confesó, agregando un tercer dedo, las uñas de Niall clavadas en sus hombros y sus piernas ampliamente abiertas.
¿Cómo no lo había notado antes? ¿Por qué jamás se permitió ver el brillo en los iris azules de su amigo? Aquel brillo que sólo estaba dirigido a él. Se sentía un idiota, le dañaría, estaba seguro de eso, pero no podía alejarse, no ahora que le pertenecía y él mismo sentía pertenecer a alguien.

Tratando de dejar sus pensamientos de lado, penetró al menor, pues al haber estado juntos la noche anterior éste no necesitaba mayor preparación.
Eran una masa de gemidos, caricias y embestidas. Liam bombeaba fuertemente en el apretado agujero que le recibía y Niall se masturbaba casi con violencia, tratando de alcanzar su máximo éxtasis, el cual no tardó en llegar para ambos. "Oh, joder" Juró el rubio, manchando su abdomen de aquel blanquecino líquido, el cual el castaño derramó en su interior.
Ambos cayeron exhaustos, pero satisfechos. Niall envolvió sus brazos alrededor de su amante del momento, dejando suaves besos sobre su mejilla.

"Te amo" Susurró antes de caer dormido sobre el pecho de Liam. Éste le observó tras su confesión. Él no lo hacía, pero sin duda se daría el tiempo de aprender a hacerlo, mas cuando un pequeño y dulce muchachito irlandés logró hacerle olvidar todo su dolor.

"Sin duda podré amarte, más que a nada en el mundo" Reflexionó en voz alta, sintiéndose feliz entre su tormentosa vida.

End.