6.

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Mi corazón se encogió al ver a mi pequeño rubio llorar frente a mí, se veía tan frágil que me daba la impresión de que al tocarlo tan sólo con la punta de mis dedos se rompería en mil pedazos y un sentimiento de pesar se instaló en mi pecho al notar que lloraba por mi culpa, por lo que yo lo había obligado a hacer la noche anterior.

Se supone que yo soy el responsable y yo solo me aproveche de Niall en su estado de ebriedad.

—Niall—Susurré—. Perdóname bebé—Tomé su rostro entre mis manos limpiando las lágrimas con mis dedos—. Lo siento tanto mi pequeño duende.

Mi voz se rompió un poco cuando los ojos azules de Niall se clavaron en los míos, el brillo que emanaba mi pequeño amigo había desaparecido completamente y lo acompañaba un aura triste.

Deslice mis dedos por su rostro, acariciándolo lentamente y me detuve en el momento exacto en que su mano tomó la mía.

—Tú no debes pedir perdón—Dijo con la voz acuosa—. Fue mí culpa.

—Claro que no—Mi cabeza comenzó a maquinar ideas de cómo evadir el tema y retomar nuestra amistad como si nada hubiera pasado, pero sabía que eso no estaría bien, sabía que lo que había pasado jamás podría ser olvidado por ninguno de los dos así que solté las primeras palabras que vinieron a mi mente—. Fue culpa de ambos, pero aunque ahora me odies, yo debo agradecerte.

El llanto de Niall paro por unos segundos y retuvo la respiración, sin querer arqueó una ceja un tanto confundido y abrió la boca para liberas algunas palabras, pero no hubo resultado, quizás se quedaron atascadas en su garganta o quizás tuvo miedo de decirlo, en su lugar me miro interrogativamente pidiéndome una explicación, o al menos así lo intérprete yo.

—Veras, ayer—Mi voz tuvo un ligero titubeo—. Yo olvidé por completo a Danielle, ya sabes, mientras...—Tragué saliva ruidosamente.

—Mientras tú y yo teníamos sexo—Susurró Niall—. ¿La olvidaste mientras tuvimos sexo?

—Algo así.

De un momento a otro el ambiente de tensión desapareció por completo, las lágrimas de Niall dejaron de caer por sus coloradas mejillas y una pequeña sonrisa apareció en su rostro y un par de segundos después el sonido de su risa lleno toda mi cocina, lo mire extrañado pero después de un rato yo me reía de la misma forma que él, su risa era tan contagiosa.

—Liam—Dijo entrecortadamente debido a la risa, intenté parar de reír, sin éxito—. Espera un poco—Inhaló un poco de aire y sonrió.

—Dime—Pregunté una vez dejé de reír.

—Te tengo una propuesta—Dejé de reír y me puse a escuchar lo que quería decir—. ¿Qué tal si seguimos en esto?

Lo mire confundido, sin entender a qué se refería, Niall se levantó del asiento y camino hacia mí con decisión, arquee una ceja y mi rubio amigo me miro divertido, levantó una mano y revolvió mi poco cabello.

Su rostro comenzó a acercarse al mío y cuando pensé que me besaría se desvió a mi oreja, mi cara se puso caliente por el sonrojo y mis manos comenzaron a sudar, sin controlar mi cuerpo rodee su cintura con mis brazos y lo pegue a mí, mil imágenes de la noche anterior llegaron a mi cabeza.

La forma de besar de Niall, sus suaves y delicados labios, la forma en que disfrute cuando estuvieron alrededor de mi pene, lo deliciosamente apretado que era y la linda cara sudorosa que tenía cuando me encontraba embistiéndolo.

Sin darle crédito a mis actos comencé a besar su cuello al mismo tiempo que Niall daba besos húmedos a mi oreja, baje mis manos a su trasero y lo apreté. Los pequeños labios rosas junto a mi oreja soltaron el gemido más encantador del mundo y eso sólo me dio fuerza de convencimiento para lo que estaba a punto de decir.

—Hagamos esto Niall—Susurre—. Ayúdame a Olvidar.

Ayúdame a olvidar; NiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora