quarante-neuf

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abril 12, 2015

Freddy entró a casa después de un largo día de trabajo. Estaba cansado física y mentalmente y sólo quería llegar a dormir.

–Hijo.– saludó un hombre alto, con facciones similares a las de Freddy.
–¿Qué haces aquí?– preguntó el joven de cabello rizado con confusión nadando por todo su rostro.

–¿Esa es manera de darle la bienvenida a tu padre?– cuestionó el señor, –¿Sabes qué? Viajé horas para llegar aquí,– regresó a sentarse en el sofá donde previamente había estado.– así que apreciaría si hicieras tu deber al traerme algo para beber. Una cerveza fría me vendría perfecto.

–Pero pa, no bebo, no tengo,– antes de terminar fue interrumpido.

–¡Deber, Alfredo! ¡Deber! Ahora apresúrate que no estoy de humor para aguantar tus estupideces.

Mío (Breddy Meyva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora