Mío (Breddy Meyva)

seize

febrero 18, 2015

Bryan llegó a casa de Alan a la hora en que habían quedado. Karen, hermana menor de Alan, fue quien abrió la puerta y después de saludar a Bryan subió a su habitación. El podía escuchar voces viniendo de la sala y le inquietaba porque, 1) Alan no le dijo que había invitado más personas y 2) la voz parecía ser de Freddy.

«No seas tonto Bryan, a penas y lo conoces, es irracional que te pongas así.» Bryan se repetía en la cabeza pero era inevitable no sentir una extraña sensación en el estomago.

–¡Bryan! Estamos acá, ¿no piensas venir?– llamó Alan desde la sala.
Bryan camino lentamente hacia ellos, tratando de mantener el equilibro a pesar que su cabeza daba vueltas y sentía que en cualquier momento vomitaría.

–Hola Alan.– saludó, –Freddy.– sonrió tímidamente y los primos lo saludaron mientras sonreían.

Su tarde consistió de comida chatarra y películas, las cuales en realidad no vieron ya que estaban muy ocupados hablando y divirtiéndose por sí solos.

–Y bien Bry, ¿dónde te estás quedando? ¿por qué te haz mudado?– preguntó Alan cuando las 9 de la noche se acercaban.

–Después de que me despidieron hace meses no he podido conseguir otro empleo y se me ha dificultado pagar la renta.– trató de fingir una sonrisa.

–Hey, lo siento.– Freddy fue el primero en hablar, –El local en el que trabajo necesita a alguien, es un trabajo sencillo y son pocas horas pero si estás dispuesto yo te puedo recomendar.– terminó y sonrío. Bryan se sonrojó y asintió.

–Eso sería agradable. Así se podrían conocer mejor y convertirse en buenos amigos. Hacemos un buen tercio.– añadió Alan, sus palabras causaron que las mejillas de Bryan enrojecieran más por el pensamiento de pasar tiempo con Freddy. –Y bien, no nos haz dicho dónde te estás quedando.

–Con Alonso, un amigo.– contestó Bryan.

–¿Alonso Villalpando?– preguntó Freddy, –Escuché que el tipo es homosexual así que no le tendría mucha confianza.– fue el único que se rió de su comentario.

–Sabes que yo soy bi, Fred. A parte, lo está ayudando, y tú acabas de sonar como un completo idiota.– Alan negó con la cabeza.