Capítulo 11

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El ojimiel me ayudó a levantarme con cuidado y me llevó al baño poco a poco. 

-Mójate la cara. -Ordenó abriendo el grifo. Le hice caso y mojé mis manos dejando que el agua cayera entre mis dedos. Al tocar mi cara sentí un dolor horrible. 

-¿Cuanto hacía que estabas allí tumbado? -Preguntó con algo de preocupación en su voz y agarrando papel. 

-Mm.. -No sabía si hablar. ¿Por qué ahora se portaba bien conmigo? Mojó el papel y se acercó cuidadosamente. Yo no dudé en apartarme con miedo; como un animal indefenso. 

-Vamos, solo quiero ayudar. -Dijo dulce. Me hizo recordar a una madre y destensé mi espalda. 

-Así mejor. -Sonrió tocando con cuidado mis heridas y limpiando la sangre seca alrededor de estas. 

-¿Por qué haces esto? -El sonrió dolorosamente mientras unía sus labios fuertemente para no dejar escapar un suspiro mientras levantaba sus hombros susurrando un "no sé" poco convincente. 

-Mentiroso. -Dije en susurró mirando hacia la pared. 

-En todo caso, no es de tu incumbencia. -Dijo poniense a la defensiva. 

-Ey, lo siento, ¿Vale? Si no quieres decirmelo, no lo hagas. -Solté un gemido al notar como mi lado derecho ardía al moverme. 

-No te levantes solo. -Dijo sentandome de nuevo en la esquina del baño. -Iremos a enfermería. -Propuso. 

-No. -Me resistí negando con la cabeza. 

-¿Qué? Estás herido y.. 

-Me da igual. -Le corté. 

-Pero.. 

-¿Qué les iba a decir? ¿Que soy un cagado que no supo defenderse del matón de turno? -Dije al fin. Él me miró con pena. -No sientas lástima, Liam. Estoy acostumbrado. -Le sonreí lo más falso que pude  

-No es eso.. -Susurró apartando su mirada. -A mi me parece injusto que.. -Empecé a reír a carcajadas, por más que me doliese la cara. 

-¿De veras, Liam? -Dije mirandolo con asco. -Siento decirte que tu eres de los primeros en meterte conmigo. Por si no lo recordabas.. -Le miré con la ceja levantada y una mala cara. 

-Ellos.. Ah, olvidalo. -Dijo levantandome a la fuerza. 

-Eh, ¿Qué te crees que haces? -Dije revolviendome. 

-Vamos a enfermería. 

-Dije que no. -Repetí mi gesto de bajar la mirada. 

-Pues yo digo que sí. -Me miró amenzante y solté un bufido antes de dejarme arrastrar hasta ese maldito lugar con olor a medicamento caducado. 

-¿Qué pasó esta vez, Harry? -Dijo la enfermera, ya cansada de verme por allí. 

-Me caí y unos chicos cayeron accidentalente sobre mi. -Dije. Ni yo me lo creía pero la doctora no pareció buscarle vueltas e hizo que me sentase en la camilla. Tras revisarme, hacer que me quitase la camisa y oscultarme, me ofreció unas pastillas. 

-Son unos calmantes. Tómalos cada vez que te apriete el dolor. Solo puedes tomarlas cada 6 horas. No antes. -Me dijo recalcando las palabras. -Podría haber sido peor. -Arrastró su cabello rubio hacia atrás mientras hablaba entre suspiros. 

-Lo sé. -Susurré mirando los pósters con dietas saludables y buenas comidas sobre las paredes intentando no mantenerle la mirada. 

-Ya puedes irte Harry. No quiero volver a verte aquí hasta dentro de mucho. 

-Yo tampoco quiero volver a verla, señorita. -Dije resvalando las palabras por mi garganta divertido. Ella me guiñó el ojo y Liam me ayudó a salir de allí. 

-Me largó a mi casa. -Dije apretando con fuerza el pequeño bote de pastillas. 

-Te acompaño. 

-No. 

-¿Por qué? 

-No me caes bien. -Liam suspiró. 

-Necesitarás ayuda. -Se ofreció. 

-No lo creo. 

-Ya lo veremos. -Dijo soltandome. Mis piernas flojearon y casi caigo al suelo. 

-Quizás un poco.. -Susurré rendido. Pude ver una sonrisa de satisfacción en él. -¿Que te parece tan gracioso? -Dije frunciendo el ceño. 

-Tu cara. -Entrecerré mis ojos y lo miré mal. -Es.. Gracioso ver como cambias de actitud una vez y otra y otra más.. -Dijo riendo. Preferí quedarme en silencio. -Verás.. Puedes pensar que soy un capullo. -La conversación se tornó seria mientras los dos avanzabamos- Pero creo que terminaremos siendo buenos amigos. -Puse los ojos en blanco y bufé conteniendo una carcajada irónica. 

-¿Tu y yo? ¿Amigos? ...¿Tomaste cerveza mientras yo no miraba? -Bromeé. Liam se mantuvo callado todo el camino mientras yo le indicaba las calles que debía seguir. 

-¿Estará tu madre? -Preguntó golpeando la puerta. 

-No creo. -Saqué las llaves de la entrada de mi bolsillo y abrí lentamente la puerta haciendo que ésta soltase un molesto ruido agudo. 

-¿Y te quedarás solo? 

-Sí. ¿Pasa algo? 

-No.. Nada. -Dijo girando su cabeza al escuchar el leve sonido de la típica vecina cotilla que siempre vigíla sentada frente a su ventana. 

-Pues.. Adiós. -Dijo finalmente alejandose. 

-¡Liam! -Hice que parase en seco y girase para verme. -Gracias por la ayuda. -Dije entre dientes. A él se escapó una pequeña sonrisa y se marchó sin decir nada más. 

Entré a la casa y me moví dificultosamente agarrandome a cualquier cosa que veía. Fuí directo al baño y rebusqué entre los cajones. Juraría tener una pomada por aquí.. 

-Aquí estás.. -Susurré mirando el tubo escondido detrás de unas gasas al final del armario. Lo abrí, coloqué crema en mi mano y la esparcí con cuidado por mi pierna izquierda, brazo derecho y pómulos. Me miré al espejo y se me partió el corazón. ¿Cómo había terminado así? Al principio tan solo eran mofas pero ahora..  

Suspiré entre mis pensamientos y me estiré sobre las colchas en la cama relajando mis músculos. Sentí mis parpados pesados y como, al cerrar los ojos, una pequeña lágrima que había contenido desde que vi mi rostro en el baño, se escapaba velozmente sobre mi mejilla mojando la almohada.

........... 

¡Siento la tardanza! Mi amiga volvió a tener problemas con escribir el capítulo. u.u 

Os agradezco mucho por leer y comentar :') Sois geniales<3 Muchas gracias.

Mi Pequeño Secreto [Larry Stylinson] (Pausada.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora