Mi Pequeño Secreto [Larry Stylinson] (Pausada.)

Capítulo 15

*Narra Niall* 

Ese chico.. Me llevaba loco. Cada vez que me guiñaba el ojo simplemente sentía que flotaba. Aquella mirada caramelo era demasiado para mí. Su voz grave y profunda le hacía verse demasiado bien. Aquel cabello desmarañado y la manera de sonreirme.. Me mataba; Eso era lo que hacía.  

Verlo de lejo no se compraba con tenerlo a mi lado, hablando conmigo. ¡Habló conmigo! ¡Quedamos! ¿Era esto cierto? Bueno, aún que tan solo sea para hacer un trabajo. Podría pasar más tiempo con él mañana. No era capáz de alejarlo de mi mente. Era pira perfección. Algo me decía qur esta noche me sería difícil conciliar el sueño con el recuerdo del roce de nuestros brazo, sentir su pecho golpeando mi espalda al toparnos.. 

Definitivamente no creo que vaya a pegar ojo.

*Narra Harry* 

-¿Q..qué? -Dije moviendo mis dedos con nerviosismo ante la mirada persistente de mi madre. 

-Ayer al llegar como no te encontraba por ninguna parte subí a tu habitación y me pegué un buen susto, cariño. ¿Quién demonios es ese chico? -Dijo preocupada, dejando de lado el papel de madre comprensible que solía llevar siempre encima. 

-Una amigo, mamá. -Murmuré bajando la mirada. 

-No soy tonta, Harry. -De pronto pareció enfadarse y yo la miré asustado. -Nunca me cuentas nada y cuando te pregunto inventas escusas para escapar de mí. -Ahora su voz parecía de decepción. 

-No quiero contarte todo lo que hago o dejo de hacer. -Me quejé frunciendo el ceño mientras la miraba. Ella no apartaba la mirada de mí. 

-¡Pero soy tu madre! -Me reclamó. 

-Y yo tu hijo, y tengo derecho a algo de intimidad, ¿No? A demás, tu tampoco me cuentas nunca nada. -Dije saliendo de mis casillas y levantandome de la cama. 

-Pero.. 

-No mamá. -La callé, por primera vez en la vida. Esto era realmente raro en mí- No puedes reclamarme algo que ni tú haces. -Dije revolviendo mis rulos con impaciencia. 

-Yo no.. -Ella parecía más calmada ahora pero prefirió callar y bajar la mirada. Tan solo solté un suspiro y bajé rápidamente las escaleras para ir a dar un paseo. 

-¿A dónde vas? 

-No te interesa. -Le dije a mi padre cerrando los ojos con fuerza para desaparecer por la puerta seguidamente. Aguanté un gemido que trataba de salir por mi gargante al notar el aire frío de la noche rozar mis mejillas. Llevaba una camiseta holgada que usaba para dormir, los mismos pantalones que había usado el resto del día para andar por casa y unas zapatillas gastadas. Realmente parecía un vagabundo recorriendo las calles cercanas a mi casa. No sabía en qué pensar. Tan solo se me ocurrió ir a un sitio en ese instante. No sabía si iba a ser bienvenido pero por probar, no perdía nada..

*Narra Niall* 

Estaba tumbado en el sofá de mi casa, ya era algo tarde e iría a dormir dentro de poco. Mi madre ya se había despedido diciendo que estaba muy cansada, hoy mi padre trabajaba y Greg no había salido de su habitación ni para cenar. Estaba aburrido pasando de canal sin siquiera pararme a ver que estaban echando. Solté un largo botezó y apagué el televisór com cansancio. Estaba a punto de subir las escaleras para ir a mi habitación, ya estaba todos oscuro, cuando escuché unos golpes suaves en la puerta. Fruncí el ceño después de haberme asustado por el ruido. Bajé mi pie del primer escalón aún con cara de sorpresa y me acerqué a la puerta. Puse un ojo en la mirilla y me sorprendí aún más al ver a Harry vestido con una camiseta vieja y unos pantalones de chandal grises anchos, su cara no estaba mucho mejor que su ropa. Me asusté y sin dudarlo dos veces abrí la puerta quedando frente a frente con él. Su labio inferior empezó a temblar al verme y pude notar que sus ojos verdes estaban más brillantes que de costumbre. 

-¿Harry? -Pregunté mirandole. Él se lanzó a darme un abrazo sin siquiera decir hola. Aferró sus brazos a mi cintura y escondió su cabeza en mi cuello mientras notaba como pequeñas gotitas caían sobre mi hombro. A los segundos reaccioné y le devolví el abrazo con fuerza. Al separarnos cerré con cuidado la puerta de entrada y mandé a Harry sentarse sobre el sillón. Él obedeció sin pensarlo y me esperó mientras preparaba dos tés. 

-Aquí tienes. -Dije pasandole una taza humeante. Harry me sonrió triste y sopló para que el humo se disipara. -¿Ahora me contarás que ha pasado? -Pregunté colocando una mano en su rodilla. Él hizo puchero intentando no llorar. 

-Me he peleado con mi madre. -Soltó triste en un susurró. -Ya sé que te parecerá una tontería pero nunca me había peleado así con ella. Es que.. Creo que nos hemos distanciado mucho y ahora.. Argh. -Se mordió el labio inferior con fuerza antes de seguir hablando- Me pegaron una paliza en el intituto. -Dijo y mi corazón se oprimió- Liam me ayudó a volver a casa y después pasé el día con Louis. -Yo asentí demostrando que lo escuchaba. ¿Con Louis?- Mi madre le vió en mi cama y vino pidiendome una explicación. -Yo abrí mis ojos como platos. ¿Louis y él..? -No es lo que crees, Niall. -Dijo soltando una corta risita acompañada de un sonrojo- Tan solo dormiamos. -Aclaró y volví a coger aire, aún que seguía pareciebdome raro eso de que Harry andase tan acaramelado con Louis como para dormir a su lado.- El caso es que ella hace mucho que no habla conmigo, se pasa los días fuera y casi ni la veo. Eso pasa desde que le dije que era gay. -Se le cortó la voz por un pequeño rato- No creo que termine de aceptarme, Ni. -Dijo sollozando de nuevo. Sus mejillas estaban coloradas igual que su nariz y ojos. No sabía como reaccionar, no se me daba bien consolar a la gente. Tan solo me senté a su lado y le abracé fuertemente. 

-No creo que eso sea así, Haz. -Dije susurrandole en el oído mientras acariciaba su espalda tiernamente. 

-¿Entonces por qué se escandaliza por verme con un chico? Nisiquiera hicimos nada. Tan solo dormiamos, por dios. -Dijo agitado. 

-Tan solo se preocupa por tí. -Nos separamos y me miró por un largo rato. 

-Si se preocupase por mí no me dejaría solo cada día esperando su llegada, Niall. Si se preocupase por mí no permitiría que me siguien pegando en el instituto. Si se preocupase por mí no haría más de dos años que me dijo que me quería. -Fue elevando su tono de voz. Le dije con un gesto tranquilo que se relajase. 

-A veces las personas no saben demostrar cuanto aprecio te tienen. -Dije agarrandole de los cachetes. Él seguía soltando lagrimones que rodaban por sus mejillas hasta estallar entre mis dedos. Nos quedamos en silencio por unos minutos sin apartar la mirada el uno del otro. 

-Te he echado de menos. -Dijo. Le sonreí de lado. 

-Fuiste tu quien dejó de hablarme. -Le recordé sonriendo de lado. 

-No quería meterte en mis problemas. Lo siento rubio. -Agarró mis manos y las separó de sus cachetes para colocarlas sobre sus piernas mientras las sugetaba con fuerza- ¿Podrías perdonarme? Nunca quise perderte. -Ahora yo estaba conmovido. 

-Claro que te perdono, rulos. -Murmuré sin alejar la mirada de sus orbes grandes y verdes. Nos sentamos uno más cerca del otro, rozando nuestras piernas y nos dimos otro tierno abrazo. 

-Gracias, gracias.. -Susurraba cerca de mi oído. Su respiración entrecortada le hacia difícil la tarea de hablar. Nos alejamos unos centímetros. Él volvía a mantenía mis manos escondidas bajo las suyas haciendo pequeños circulos con su pulgar en mi blanquecina piel. Ambos nos sonreímos y, por un segundo, bajé la mirada a sus labios sin saber por qué. Aquellos rojos y carnosos diablillos me llamaban a gritos pidiendo que los mordiese hasta sangrar.  

¿Pero qué demonios..?