Tris se despertó confundida y atontada en un cuarto gris, a excepción de las camas, completamente blancas. En la otra cama, pudo ver un bulto moviéndose. Asustada, se incorporó y se percató de que le dolían los brazos, tapados por un saco de fuerza blanco con manchas carmesí, que era sangre y no estaba seca, era reciente. Trató de sacársela, pero era imposible; nunca había visto una y no entendía el funcionamiento de esta. Pateó el bulto de la cama y resultó ser su hermana Ellen. Ella estaba aparentemente triste, y se notó más cuando preguntó:
— ¿Estoy loca?
Tris improvisó una respuesta, y sin darse cuenta dijo exactamente lo que pensaba:
—Sí, lo estas. Y yo también. Pero por eso, no somos como los demás— sonrió, y se desvaneció la tristeza de su hermana.
Ellen, al parecer satisfecha por la respuesta, se sentó en la cama y balanceó sus piernas, que no llegaban al suelo gris. Tris la observaba, ella habría evitado que se la lleven; era su hermanita y la protegería de todo mal que se presente, pero esta vez no había sido posible.
Tris pensaba que era su culpa, ella era quien le recomendó ese juego y por ella estaban allí. Para no quedarse en ese incomodo silencio, empezó a saltar en su cama, subiendo con dificultad debido al saco de fuerza. Su hermana le entendió e hizo lo mismo. Se estaban divirtiendo y dejaron atrás todos sus problemas e incluso olvidaron que estaban en ese horrendo lugar, el manicomio. Se escuchaba el sonido de los resortes cuando las chicas saltaban. Ellen elevó los brazos al cielo, como si quisiera alcanzarlo a pesar de que estaba el techo en su camino.
Luego de un rato, se escuchó un ruido que les advirtió que algo pasaba, pero las risas lo camuflaron. Después de unos segundos, la cama no resistió más y cayó, haciendo un estrepitoso ruido que asustó a las hermanas, quienes a su vez vieron los órganos y tripas que salieron de debajo de la cama y el globo ocular que chocó con el pie de Tris, quien se había caído del susto. La sangre se perdió con la de los años anteriores, de quien sabe quién. Las chicas dejaron escapar un grito ahogado; Ellen se llevó las manos a la cabeza, pues estaba manchada de la misma tonalidad del rojo del pastel. Tris se había quedado pasmada todavía en el suelo, no pestañeaba y parecía que tampoco respiraba. Ambas estaban rígidas, observando las tripas esparcida por el suelo. Tris, sin levantarse, vio lo poco que se podía ver debajo de la cama y se encontró con el cuerpo semi-aplastado de un chico de menos de 14 años.
La cabeza estaba aplastada apuntando donde estaba Tris; su único ojo tenía un poco de sangre, impidiendo ver su color celeste que parecía poder ver dentro de ti a pesar de su vivo color. Tenía una sonrisa macabra en su cara, aunque ya estaba muerto. Su piel era muy pálida, tal como un vampiro, sospecha que aumentaba por la sangre que tenía en sus dientes. El resto de su cuerpo parecía estar completamente aplastado e incluso todavía tenía puesto un saco de fuerza, pero ya no era blanco, sino completamente rojo. Este en algunas partes estaba roto, y permitía ver las vísceras del chico.
Los enfermeros pasaban por el frente de la habitación de las hermanas, pero se detuvieron al escuchar risas y gritos de alegría. No estaban acostumbrados a la felicidad y además ellos no estaban a cargo de ellas, así que llamaron a Caroline Martin. Era una chica joven, tenía el cabello dorado con rizos, era delgada y sus ojos eran de un color celeste, se notaba que no había tomado sol hacía mucho tiempo y que apenas se alimentaba. Atendió al llamado de los enfermeros que habían escuchado las risas.
—Estúpidos novatos— musitó enfadada. Ella era una de las primeras enfermeras que había tenido Brookline y una de las pocas que había resistido tantas atrocidades.
Puso la mano en el picaporte de hierro, sintió el frío de este y se detuvo antes de abrir. No llevaba ningún tranquilizante encima, solamente una pequeña dosis de opio en un frasco. El opio era un poco fuerte, además de que provocaba alucinaciones; Daniel iba a estar enfadado con ella ya que se utilizaba especialmente para experimentos.
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Brookline [Fanfic: Asylum]
FanfictionEl manicomio Brookline era un lugar tenebroso, donde pacientes con enfermedades mentales eran llevados para tratarlos… o para experimentar con ellos. El director, Daniel Crawford era un hombre malo, sin corazón a quien no le importaba si alguien sal...