Capítulo 6

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—Doctor Crawford— lo llamó Nadia—. Hemos identificado a la víctima.

Daniel alzó la vista de unos papeles que estaba leyendo y cruzó los dedos de ambas manos, esperando a que la enfermera prosiga.

—Su nombre es Lori Shonw, ha ingresado hace cinco años y sus enfermedades mentales estaban en un proceso de curación muy avanzado— El director al escuchar eso se fastidió.

Gruñó, frunciendo el ceño.

—Entonces debemos seguir con el segundo más avanzado— Nadia se preparó para lo que seguía—, y ese es tu hermano, Nadia— Ella se tensó, a pesar de saber lo que iba a decir—. Es algo muy peligroso pero vale la pena arriesgarse.

—Eso dices tú, porque no es un familiar tuyo— contradijo ella—. A ti te preocupa tener éxito, no...— fue interrumpida por el director.

— ¿A caso tú te pondrías en su lugar? — preguntó él, enojado pero pretendiendo estar calmado. Le daba igual a quien tenga que operar, pues tal y como dijo Nadia, solo le importaba tener éxito.

—Si pudiese, sí— contestó cruzándose de brazos y, al ver que Crawford asintió, se tensó al saber que sí podía. Todo sea por mi hermano, pensó al saber que no podía echarse atrás. La decisión ya estaba tomada.

El director se levantó de su asiento y movió al cabeza hacia un fichero para que Nadia lo siga. Corrió ese fichero y, al hacerlo, se formó una abertura lo suficientemente grande para que entren las personas. Los dos, Nadia detrás del director, ingresaron por allí. Bajaron por unas escaleras de metal, las cuales con cada paso que ellas daban el sonido rebotaba golpeando con las cuatro paredes de su alrededor. Cuando bajaron de la escalera llegaron al pasillo donde, a diferencia de antes, este y sus celdas estaban casi llenas por personas de, aproximadamente, treinta o cuarenta años. Ninguno estaba en buenas condiciones, sino en lo contrario, pésimas.

Los miraron a los dos de una forma la cual, a pesar de que Nadia estaba acostumbrada, le provocaba un poco de miedo por lo que trató de ignorarlas pero no pudo. El final del pasillo parecía no llegar y cuando lo hizo, giraron a la derecha y entraron por una puerta doble.

Lo primero que vieron fue una camilla de metal que disparó los nervios de la joven enfermera. A su lado, en una mesa del mismo material tenía sobre ella elementos quirúrgicos en abundancia. Lo poco que había le daba un aspecto desolado a la sala, y los guantes con sangre además de la ropa carmesí que se encontraba en un bote de basura le daban un toque tétrico.

Crawford se acercó a uno de los percheros que tenía batas y barbijos sin usar, y agarró uno de cada uno. Nadia no los había visto debido a que, al ser blancos como la pared, se camuflaban.

—Espérame aquí— dijo el director, yéndose de la sala para buscar a más enfermeros.

Cuando llegaron, detrás de ellos estaba el hermano de la chica, cabizbajo. Ella fue obligada a acostarse en la camilla y la sujetaron con dos cinturones que antes colgaban por los costados. SU hermano se sentó en el suelo y, finalmente, vio a su hermana pero ella no se dio cuenta. Tenía miedo, y los demás se dieron cuenta porque estaba temblando.

Uno de los enfermeros agarró un instrumento quirúrgico que se parecía a un pica hielo y lentamente lo colocó en el hueco del ojo, entre el párpado superior y el ojo. Cuando pensó que ya estaba en lugar correcto, lo golpeó con un martillo de metal con el que siempre se realizaban estas operaciones. Ella gritó del dolor, ya que la lobotomía era un procedimiento quirúrgico que básicamente quitaba o destruía parte de la corteza frontal del cerebro para desconectar el tálamo del frente del cerebro.

Brookline [Fanfic: Asylum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora