Capítulo 4

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—Vaya —habló el director, mirando a los tres chicos— ingresan el mismo día, se pasan por... ahí las reglas, también el mismo día. Y adivinen —sonrió, al parecer entusiasmado—... Tendrán castigo el mismo día —apuntó al pasillo—. Síganme.

El director corrió un fichero de los tantos que había en la habitación, y entraron por una abertura. Bajaron por unas interminables escaleras y caminaron por el pasillo; los tres jóvenes nerviosos, el director feliz. Las celdas estaban, casi todas, vacías. En una, un señor estaba forcejeando para evitar que lo llevasen a la camilla que estaba frente a él, la cual Niko chocó. No se disculpó ni nada, simplemente siguió al director hasta el final del pasillo. Este parecía no tener fin, e inclusive, infinito. Pareció llegar el final cuando giraron a la derecha, pero desgraciadamente había una puerta doble.

Entraron y se encontraron con una camilla de metal que tenía dos pares de grilletes, pero estos estaban desprendidos. Los chicos se estremecieron al ver unos elementos quirúrgicos sobre una pequeña mesa del mismo material que estaba a unos centímetros de la camilla. El resto de la sala estaba un poco desierta, exceptuando algunos percheros de pared que sostenían batas y guantes, además de barbijos sin usar; también había un bote de basura y en él había guantes con sangre y pedazos de tela teñida de un color carmesí. En la mente de Niko se acumulaban bastantes suposiciones sobre como se produjo la sangre e incluso de quien era. Ellen y Tris se sujetaban de la mano, pues estaban muy asustadas pero para la sorpresa de los tres jóvenes, no se detuvieron en esa sala; sino que siguieron de largo y entraron en otra sala, que era continua a la "sala de operaciones" como pensaba Tris.

La nueva sala estaba más ocupada que la anterior; extrañas máquinas y objetos decoraban la habitación. A lo lejos, Ellen divisó una especie de cabina de metal o de hierro que se veía muy sólida. No sabía muy bien lo que era, así que decidió inspeccionar las otras máquinas. Una silla con grilletes para amarrar piernas y brazos estaba en una esquina no muy alejada, y de ella colgaba un pesado casco. Niko ya sabía para que servía y de tan solo pensarlo se imaginaba su castigo, y quizás su fin.

—Muy bien. Ellen, tú ve a esa ducha. Niko, quédate aquí y espera. Tris —se detuvo un momento para pensar—...ve a la silla.

Tris se rascó un brazo y, cabizbaja, fue hacia donde Crawford le ordenó. Se quedó mirando la silla desde arriba, observándola con temor y pensando quién había estado allí antes. Daniel tomó al chico del brazo, y empujándolo lo arrojó a una de las tres celdas que había allí. Niko gritaba y sacudía la reja, esperando que se derrumbara como si tuviese un superpoder, pero era muy sólida. Finalmente se dejó caer, deslizándose aún con la mano en la reja. Las lágrimas brotaban de sus grises ojos, y aullidos lastimeros salían de su boca. Nadie había mencionado que le harían daño, pero suponía que lo iba a dejar encerrado allí por un gran tiempo. "Todo sea por curarme" pensó para animarse, pero solo logró deprimirse más.

Mientras, Tris estaba siendo amarrada por un enfermero que estaba vagando por allí. La chica vio que Crawford se acercaba, y cerró los ojos esperando lo peor, pero nada paso; en cambio, él solo pasó de ella, acercándose a Ellen. Su hermana trató de moverse y lograr pararse, pero los grilletes se apretaron, causando que grite unos segundos. Ellen se giró para verla, y logró observar que su hermana estaba temblando, por lo que se enojó y trató de correr hacia ella; pero Daniel la detuvo, agarrándola violentamente del brazo. Debido a esa acción, Tris también se enojó y nuevamente trató de ponerse de pie, y los grilletes se apretaron aún más, tanto que logró que las muñecas empiecen a sangrar. Debido al dolor, Tris gritó más fuerte que la otra vez, e incluso Niko la escuchó.

Ahora era el turno de Ellen.

La chica gritaba, aunque sabía que era inútil. El director la sujetaba para que no se escapara, pero ella trataba de sacar esas manos que no la dejarían irse, esas manos que activarían algo que a haría sufrir. Fue empujada a la cabina que vio anteriormente, que al parecer era mucho más grande de lo que pensaba, pero era un desinfectante. Gritó aún más cuando los chorros de agua salieron; casi estaba por ahogarse, si no hubiese sido porque ambas puertas se abrieron. Crawford la tiró al suelo de la nueva sala, había duchas y con una sola canilla. Ella cayó justo debajo de una de las duchas y fue obligada a sacarse la ropa, pero se negó.

Brookline [Fanfic: Asylum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora