Las líneas del costado desdibujaban el sueño, pero podía distinguir el contexto: una calle desierta de un barrio tranquilo, iluminada por la luz clara y grisácea del amanecer, en uno de esos días frescos por la lluvia reciente. Seis y media de la mañana, para ser exactos; lo sabía, pero no tenía idea de cómo, aunque mucho no importaba. Se escuchaba el trino de los pájaros en los distintos árboles pero, aparte de eso, nada más pues no pasaba ni un solo auto.
Un gato marrón atigrado lamía en medio de la calle, concienzudamente, una de sus patas delanteras, con un celo y un perfeccionismo casi artísticos. Pero parecía no darse cuenta del pequeño gorrión que se le acercaba a saltitos entretenidos, sin ver el peligro que corría. Quería moverse, y espantar al estúpido pájaro que avanzaba tan neciamente hacia gato, pero el sueño no se lo permitía. Era una simple espectadora. Odiaba especialmente esa clase de sueños, en los que no podía hacer nada para cambiar la situación, pero tenía que observarla por mucho que no quisiera.
Antes de que pudiera seguir viendo la escena, ésta cambió. Lo supo porque los bordes lo engulleron todo, dejando a la vista una mancha grisácea. Pero después de unos instantes -que bien podrían haber sido eternos, pues sus sueños casi nunca tenían un tiempo lógico- la misma escena de antes se repitió, excepto porque esta vez había dos jóvenes sentados en el cordón de la calle. Discutían por lo bajo, pero no pudo acercarse para oír mejor, hasta que distinguió las palabras, justamente porque habían comenzado a alzar la voz.
Una de ellos, la chica, se puso en pie de un salto.
—No puedes decirlo en serio ¡Es peligroso!
Su acompañante levantó tan sólo la cabeza, frunciendo las cejas de un modo extraño, con una expresión de profunda obstinación.
—Ya he tomado mi decisión. Así que no te metas en mis asuntos. Además, es mi vida, y hago lo que quiera con ella.
—¡Vas a dejarme sola! ¿Qué se supone que deba hacer? Yo no puedo con todo esto.
—En cualquier caso, está ella. Y también me necesitan por allá; no es bueno que andemos solos.
—¿Y qué voy a hacer si aparece alguien? —preguntó en un susurro que apenas le llegó.
Silencio.
—Creo... —comenzó el chico sentado todavía en el cordón, aunque parecía estar pensando bien su respuesta—. Es muy poco probable que eso suceda. Pero, si se diera el caso, es posible que tú pidieras lograrlo sola. Y, si no, vendremos en cuanto podamos.
La chica refunfuñó, pero no agregó nada; parecía estar meditando esas palabras. Hasta se paseó por el cordón un poco más relajada, utilizando la punta de los pies casi como si no pesara.
—¿Cuándo piensas irte?
—En una semana.
Un resoplido, y nuevo silencio.
—Sigue pareciéndome una locura —negó lentamente con la cabeza, sentándose de nuevo al lado del chico—. ¿Cómo piensas ir?
—En autobús.
—¡¿Qué?!
—Shh, baja la voz. La gente duerme a estas horas. Además, ¿cómo más iba a ir si no? ¿Corriendo?
—Podría ser...
—No con tanto equipaje encima.
Un suspiro, seguido de una risita suave.
—Supongo que tiene lógica.
—Sí, lo sé. Pero si algo sucediera, sólo estaríamos a pocas horas de distancia. No tienes de qué preocuparte.
—Espero que no suceda nada que...
—En cualquier momento me voy, tengo que resolver unos asuntos en el centro — dijo interrumpiéndola mientras se ponía en pie y se sacudía los pantalones de jean—. Ya es hora de que te vayas. Intenta dormir un poco más; todavía es temprano.
—¿Me estás echando? Porque, para que lo sepas, "es mi vida y hago lo que quiero con ella".
—Déjate de melodramas, pues sabes perfectamente que no es tan así la cosa. Además debo ir y volver lo más rápido posible, y me estás estorbando —se quejó él, frotándose el ceño fruncido.
—Bien —dijo, comenzando a alejarse, pero se volvió después de unos pasos—. Pero cuídate, ¿sí?
—Tú también. Vuelve derechito, sin entretenerte.
—No soy Caperucita, ¿sabes? Eso déjaselo a...
—Vete ya.
Nuevo borrón. Y otra vez, sólo un gato atigrado lamiéndose la pata.
***
¡Hola! Acá Nen, con un nuevo proyecto entre manos :)
Bueno, les explico cómo va a ser. Cada capítulo va a estar dividido en dos o más partes, y publicado de a porciones, por una cuestión de tiempo. Así es que, espero que lo disfruten y les guste la idea tanto como a mí.
Cuéntenme qué les parece, y avísenme sobre cualquier error o incoherencia.
Los quiero ♥
Nen.-
ESTÁS LEYENDO
Somalhia
Fantasia¿Quién diría que en el día de la explosión en el colegio la vida de Álida Voinea comenzaría a cambiar para siempre? Quizás ella nunca hubiera pensado en que el extraño día que la llevó a un simple corte de cabello sería el que marcaría los inesperad...