Empecé a enamorarme.

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~<3~

Es hoy, es hoy, había una vocecita en mi cabeza que me lo repetía, hoy tendría que hablarle, escuchar su voz por primera vez, hoy tenía que lograrlo si no algo en mi posiblemente se rompería... Llegue a la parada del camión más temprano de lo normal y él ya estaba ahí, me senté en la banquita donde estaba el, cada uno en una esquina, y él se movió hacia donde yo estaba e inconscientemente yo también me acerque, cuando estábamos tan cerca que sentía topar su mano con la mía, me ruborice de nuevo y creo que esta vez lo noto o al menos eso pareció, porque agacho la mirada y sonrió. Sin preguntarlo puso unos de sus audífonos y reprodujo una canción, la verdad es que no tenía la mejor idea de que canción era, pero el hecho de escucharla a su lado y de sus audífonos ya la hacia la canción más bonita del mundo.

Cuando llego el autobús ambos nos levantamos y me dio el paso para subir primero y me senté en el asiento de la ventana; el miro el lugar donde siempre se sentaba y negó con la cabeza, y se sentó a mi lado, mis manos temblaban cuando él se sentó, pasaría 10 minutos a mi lado y sabía que no sería capaz de hablar, que no sería capaz de decirle algo. Saqué mi libro de la mochila y comencé a leer sin más, sentía su mirada clavada en mí, y no podía pedir nada más en ese momento. Apartó la mirada y note una sonrisa pícara y dijo:

-Te ves tan bonita ignorando al mundo mientras lees.

Interrumpí mi lectura y le sonreí, fue de la forma más sincera.

-Pues Gracias, ignoro a todo el mundo, pero puedo dejar la parte más interesante del libro solo para escucharte-Contesté.

Sonrió. Sus dientes se asomaron por entre sus labios y sus ojos brillaban, ese brillo que tanto me encanta, podría asegurar que parecían un par de estrellas, las más lindas de todas, no supe que hacer, mi respiración estaba detenida por un momento, todo se detuvo en ese pequeño infinito. Y todo se quedó en ese pequeño infinito.

Bajamos en la escuela y durante todo el camino se mantuvo a mi lado, todo el mundo tenía la mirada en nosotros, varias veces me mire en el reflejo de mi celular para ver si había algo raro en mí, pero no todo estaba como siempre excepto algo él estaba a mi lado aun. Cuando llegamos a la entrada me dijo:

-¿Te puedo ver más tarde?

Mis ojos se abrieron como platos, si estaba soñando que alguien me pellizcase, quería verme en el receso, enserio estaba pasando, Asentí, sin poder decir algo, solo asentí, acepte la idea de que lo vería mas tarde y de nuevo estaría a mi lado.

Me fue imposible concentrarme en las primeras horas, solo miraba a la nada y escuchaba su voz en mi cabeza diciéndome bonita, cree que soy bonita puede venir cualquier persona y no lograría quitarme la sonrisa. Pasó el primer timbre cada vez faltaba menos, así fue el segundo y el tercero, la cuarta me pareció eterna, solo miraba el reloj con unas ansias enormes de que fuera hora para verlo. Aunque pensándolo bien ni siquiera sabía dónde lo vería, tal vez tendría que buscarlo y la idea no me molestaba. Pero todo era demasiado bueno para ser verdad justo cuando falta poco para salir, la maestra cambio drásticamente de opinión y no nos dejó salir, estaba tan ansiosa por salir que la banca empezó a incomodarme, el tiempo pasaba tan rápido, y mire a la ventana de reojo y ahí estaba el, mirándome. A la luz del sol su piel se miraba perfecta, sin duda era perfecto y estaba esperándome a mí. Al final la maestra tomo compasión de nosotros y nos dejó salir; todos salieron corriendo y por primera vez a mí también me urgía salir. Cuando estuve frente a él no fui capaz de decir nada de nuevo, tenía mil pensamientos, mis palabras por decir pero no sé qué pasaba que no decía absolutamente nada. Mis manos estaban sudorosas, enserio estaba nerviosa, estaba increíblemente nerviosa y al parecer él también estaba nervioso porque tampoco decía nada, después de un par de segundos, comenzamos a caminar por el corredor y de nuevo las miradas estaban en nosotros y esta vez no me preocupo, me sentía bien porque sabía que seguía a mi lado, aun sentía su aroma en mi aire.

Llegamos a la mesa donde se sienta siempre y ahí estaban sus amigos, se quedaron callados a nuestra llegada, me invito a sentarme, lo dudé un poco pero al final termine sentándome, no dijo nada por un largo rato, nunca me pareció tan eterno el tiempo. Ese día no dijimos nada, solo nos mirábamos; estábamos sentados en silencio, hablándonos a gritos. Es de costumbre que den dos toques para entrar a clases de nuevo, al primero ninguno se movió, poco después llego el segundo y se levantó, yo me quede inmóvil, me miro y se acercó:
-¿Nos vamos?-Preguntó.

Negué con la cabeza, quería quedarme un poco más. Antes de irse me dio un beso en la mejilla no me mire pero pude sentir como toda la sangre subía a mi cabeza y me ruborizaba. Fue el primero de sus detalles y por mucho tiempo también el último.


Miradas.Where stories live. Discover now