5 •Terquedad•

293 59 3
                                    

PDV:Cristiano:
Esperaba alguna respuesta de su parte pero nada, estaba completamente nula esa chica, solo miraba hacia la nada, abrazada de sus piernas, encuentro que esta escena es realmente patética. Suspiro pesadamente y la miro con resignación, sin duda no hay solución con ella.

—Baja de ahí Jaiden.

—Déjame tranquila ¿quieres? .—Me mira.

—Te estoy dando una orden Jaiden, y espero que por favor puedas cumplir al menos algo que te digo una puta vez.

—Deberías dejarme ir a casa, yo no te sirvo aquí, y lo sabes .—Camina cuidadosamente hasta llegar a la ventana. La agarro de la cintura y la ayudo a entrar—. ¿Acaso no te das cuenta que tú también eres un tremendo dolor de cabeza?.

—¿Estás así porque terminaste con tu estúpido novio? .—La agarro de sus hombros y ella le mira con su ceño fruncido—. ¡Responde!.

—¿Quién mierda te crees que eres? .—Me empuja con fuerza y se va. Mi respiración está agitada y no sé porque, pero esta mujer me vuelve loco con sus cosas. Terminaré en el manicomio.

•••

Siento que tocan la puerta tres veces. Entonces es cuando me dirijo para abrirla y sorpresa, es ella, fruncí mi ceño. La agarré del brazo y de un sólo jalón la sacudí hasta mi cama, cerré la puerta brutalmente y me acerque peligrosamente a ella. La ira me consumió, al principio no entendía mi expresión pero la reacción le dio a entender que estaba bastante molesto. Sus brazos temblaban y su rostro comenzaba a palidecer. Una sonrisa de lado se forma en mis labios. Tiene miedo.

—¿Quién te dejó salir del sótano? .—Pregunté. No responde. Si, después de la pequeña discusión que tuvimos no me quedó más alternativa que encerrarla en el sótano, mi paciencia la había colmado ya—. Te lo volveré a repetir por última vez, ¿quién te dejó salir? .—Cierra sus ojos y luego los abre enfrentándose con los míos.

—Yo misma .—Responde—. Venía para pedirte que...necesito respirar un poco de aire fresco .—Murmura.

—¿Y tú piensas que yo te dejaré ir así como si nada? .—La miré aun con ironía—. No tienes mi permiso .—Manifesté. Ella arrugó su nariz ante mi respuesta. Me gire caminando hacia la puerta para que se fuera.

—Pues aunque no lo tenga saldré de todas formas .—Me detuve en seco. Me gire para mirarla y mantenía seriedad en sus palabras—. Adiós .—Se levantó de la cama y se orientó a la salida.

—¡Hey! .—Agarré bruscamente su mano llevándola a la fuerza hacía mi lecho nuevamente. La dejé encerrada por fuera y fui en busca del localizador. Al entrar a mi despacho tomo el aparato y me voy nuevamente a mi cuarto. Abro la puerta y la encuentro escapándose por la ventana—. ¡Oye! .—Corro rápidamente para impedir que salte agarrándola por detrás y dejándola nuevamente en mi cama—. ¡No tienes mi permiso y ya está! .—Exclamé de un solo grito.

—Necesito tomar aire fresco .—Señala entre dientes. Se levanta para enfrentarme. Esta niña ¿por qué no me deja pensar con claridad?.

—No es una buena excusa ¿no crees? .—Se cruzó de brazos—. Eres una chica muy testaruda .—Mencioné.

—Puedo ser mucho peor que tú .—Advierte. Elevo una ceja manteniendo mi rostro serio. ¿Ella ser mucho peor que yo?. Que divertido.

—¿Con qué con esas tienes? .—Comencé a acercarme. Ella retrocede.

—Hey detente .—Me dice en un hilo de voz—. ¿Qué piensas hacer? .—Pregunta nerviosa. No respondí a sus preguntas y seguí caminando. Cae sobre la cama, apoyo mi rodilla en ésta provocando que se altere—. ¡Ah! .—Cubre su rostro con sus manos, me acerco a ella quedando sobre ella. Podía sentir su respiración cerca, quite sus manos lentamente hasta llegar a la mitad de su rostro y la observé fijo. De pronto la puerta se abre, miro sobre el hombro y era Marcelo.

—¡Hey Cristiano! ¿has visto a Jaiden?, creo que se ha escapado... .—Se detiene. Me mira divertido—. Oh, creo que estoy interrumpiendo algo .—Sentí la puerta cerrarse otra vez. Tomé su mano apartándola completamente de su rostro.

—¡Hey! .—Me reclama. Coloco el aparato en su mano—. ¿Qué es esto? .—Pregunta.

—Un localizador así podré saber a qué sitios vas, si te lo quitas estás muerta .—Advierto con amenaza. Me quito de encima de ella para dirigirme a mi closet. Me quito la camisa dejando al descubierto mi torso—. Cierra la puerta cuando salgas .—Miro a través del pequeño espejo, aún se encuentra ahí sentada mirando a la nada como una tonta—. A menos que te haga el amor en estos momentos y quieras que esta vez te demuestre lo que soy capaz de hacerte en esa cama .—Al tan solo escuchar aquello se paró rápidamente y salió corriendo como Speedy Gonzales. Cerró la puerta dejándome otra vez solo. Tonta.

¿Qué es lo que la hace especial?. ¿Por qué me hace decir estupideces?, esta chica...siento que ya la he visto antes pero no logro recordar en donde, omitiendo cuando fui en busca del dinero y cuando chocamos en la calle. Si tan solo pudiera recordar con claridad. Cierro mis ojos notando como todo se oscurece. Pienso y pienso pero no logro buscar una solución.

Me siento en la orilla de mi cama posando mi mano en mi frente. Dejo salir un suspiro tratando de pensar con claridad exacta. Buscando esa respuesta. ¿Por qué en estos momentos me siento como si no estuviera vivo?.

Sólo sé que ahora debo saber el paradero de ese imbécil y que me pague de una buena vez. Me pongo mi camisa y sobre esta mi chaqueta negra. De mi mesa de noche abro el cajón y saco mi arma escondiéndola entre mi pantalón y camisa sin antes cargarla por completo. Salgo de mi habitación y me resigno a bajar los escalones con rapidez. Voy a subirme a mi coche cuando de pronto veo a Marcelo venir detrás de mí.

—¿A dónde vas? .—Pregunta.

—Iré con Griezmann .—Respondí.

—Te acompaño, no pienso dejarte solo .—Me sonríe. Sonreí de lado y este se monta al coche. Arrancó el auto en dirección a su casa—. ¿Qué ocurrió en tu habitación con Jaiden?.

—No me hables de ella, me saca de mis casillas, ya no la soporto .—Respondo-. Es muy testaruda no respeta mis reglas. Siento que en cualquier día voy a terminar en el psiquiátrico por ella.

—Vamos, ten un poco de paciencia es natural que reaccione de esa forma .—Bromea.

—Le gusta buscar mi lado peor .—Detengo el coche una vez que nos encontrábamos frente a su casa. Me bajé cauteloso del coche y me encaminé con Marcelo hasta la puerta, toco esta tres veces y me abre Griezmann.

—Cristiano, ¿qué haces aquí?.

—Necesito tu ayuda, se que tú manejas todas las cuentas de la capital .—Me mira haciéndose el desentendido—. ¿Crees que no sé, de que eres un hacker?.

—Sí, dime, ¿qué necesitas buscar?.

—Necesito dar con el paradero del idiota de Iker.

—No tengo problema en ayudarte, pero tomará unos días, tú sabes que todos los días la gente viaja, revisar las cuentas bancarias y todo eso.

—Solo encuentra el lugar al que se dirigió, y una vez que sepas, me envías todo.

—Esta bien .—Me doy media vuelta y me dirijo al auto de vuelta.

—¿Crees que puedas encontrarlo? .—Pregunta Marcelo.

—Claro que sí...tarde o temprano tendrá que salir de su escondite, ese día tuvo suerte gracias a la debilidad de Jaiden, pero esta vez lo atraparé.

Way Down We Go - Cristiano RonaldoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora