Lo que me gusta de ti (TaeNy - Adaptación)

Capítulo 52: ¿Porque siempre llueve sobre mí?

El último acorde de guitarra se escuchó y Tiffany, quien había estado todo el tiempo atenta a cada palabra suya en la letra de la canción y cada rasgueo de las cuerdas, se secó una lágrima y Taeyeon hizo un puchero, alzando la mano para secarle la otra que comenzaba a bajar por su mejilla.

-¿Tan mal quedó que ahora estás llorando?-preguntó la morena, buscando la mirada de la pelirroja.

Tiffany rió suavemente y negó con vehemencia, se levantó un poco de la cama, poniéndose de rodillas encima de la colcha y acercándose a su novia, la tomó por el mentón y la besó dulcemente. Taeyeon colocó su mano en el cuello de Tiffany y la atrajo más cerca, sin separarse ni un centímetro de sus labios y besándola cada vez con más pasión.

Tiffany estaba en una posición bastante incómoda, por lo que intentó recostar a Taeyeon para quedar encima de ella.

-Ahhmm ugh! Uff! Tae...

-¿Qué?-preguntó Taeyeon, apartándose al no entenderla.

-La guitarra...se me estaban clavando en el vientre las...cositas estas...-dijo Tiffany, tomando el instrumento para quitarlo.

-¿Cositas?-preguntó Taeyeon, alzando una ceja y haciéndose la ofendida-Esas "cositas" se llaman Clavijas, Fany.

-Bueno...esas cositas, clavijas...lo que sea, me estaban puyando y...

-¿Quieres que te enseñe a tocar?-interrumpió la morena, mordiéndose el labio inferior.

Tiffany la miró seriamente y luego sonrió.

-Tocar... ¿Tocar qué?-preguntó, nerviosamente.

-¡Pues la guitarra, Fany! ¿Qué estabas pensando?

Tiffany enrojeció y apartó la mirada, avergonzada. Taeyeon comprendió y le estampó un beso en la mejilla.

-Recuérdame hacerte sonrojar más a menudo, te ves genialmente adorable-susurró en su oído, dándole un pequeño beso ahí. Tiffany volteó y le sonrió.

-Está bien...enséñame a tocarla-murmuró, ladeando la cabeza.

-¿La guitarra?-preguntó Taeyeon, haciendo que Tiffany le sacara la lengua y se cruzara de brazos, provocando la risa de la morena-Vale, vale, sólo bromeaba.

-Ya lo sé-dijo Tiffany, tomando la guitarra-Enséñame, pues.

Taeyeon alzó una ceja y vio la posición en la que Tiffany había puesto el instrumento, agarrando el mango con la mano derecha.

-Tiffany... ¿Desde cuándo eres zurda?-preguntó, confundida.

-Zurda...yo no soy zurda-respondió la pelirroja, riéndose.

Taeyeon se levantó un poco y colocándose detrás de ella, tomó la guitarra y se la colocó con la mano izquierda agarrando el mango. Tiffany alzó la mirada y bufó.

-No me parece cómodo así, Tae-dijo Tiffany, agarrando de nuevo el instrumento con la derecha.

-Pero...no eres zurda, Tiffany... ¿Cómo puedes agarrarlo? Así no tienes que...

-¡Tae!-chilló Tiffany, desesperada-¿Qué importa si lo agarro con la derecha o la izquierda? ¡Al final es el mismo resultado y me enseñarás a tocarla!

-Pero...es que tendría que afinar las cuerdas para que suenen bien de forma zurda-dijo Taeyeon, contrariada.

-¿Forma zurda? Simplemente afínalo y ya-dijo Tiffany, entregándole el instrumento.

-Vale, también tienes que aprender a afinarlo tú sola. Así que...

Taeyeon se colocó de nuevo detrás de la pelirroja y abrazándola levemente por detrás, colocó su mano derecha en el mango junto con la de Tiffany y luego la otra en las cuerdas.

Taeyeon le murmuraba las indicaciones de cómo afinarla, mientras pellizcaba las cuerdas suavemente. Tiffany sentía muy sutilmente la respiración de su novia en su oído y en su cuello, sobre todo cuando le hablaba muy despacio, indicándole lo que debía hacer. Eso le provocaba un montón de sensaciones en su estómago, como si miles de pequeños monos saltaran de un lado a otro ahí, y también hacía que le latiera el corazón a toda prisa.

-Eso es... ¡Listo!-dijo Taeyeon, sonriendo-Ha sido fácil ¿Ves?

Tiffany volteó y descubrió su rostro a pocos centímetros del de la morena. Taeyeon la observó detenidamente y sonrió.

-No sé cómo...lo haces-susurró, quedamente.

-¿El qué?-preguntó Tiffany

-Dejarme sin aire. Cortarme la respiración...derretirme internamente, cada vez que me miras así.

-¿Así como?

Taeyeon sonrió aún más. Sabía que Tiffany la estaba provocando y eso le gustaba demasiado.

-Como si...como si tú...

-¿Yo qué? Dilo-preguntó la pelirroja, acercándose y comenzando a rozar con sus labios su garganta y luego subiendo hasta el espacio entre su mentón y su labio inferior-Tae...dilo

Taeyeon buscó consumar el beso, pero Tiffany movió el rostro y agarró la guitarra de nuevo, la cual había soltado y no recordaba haberlo hecho, se puso en posición y miró a Taeyeon con una sonrisa.

-¿Vas a enseñarme o no?-preguntó, con un falso tono de inocencia en su voz.

-Eres malvada ¿Sabías?-dijo Taeyeon, sonriendo.

-Lo que sea, sólo enséñame a tocar este instrumento de 6 cuerdas-dijo Tiffany.

Taeyeon suspiró y se colocó de nuevo en la misma posición. Detrás de Tiffany y como si la estuviera abrazando, mientras la enseñaba a colocar los dedos en su lugar y le decía como agarrar la púa correctamente.

-Y esto...no así no, así... mírame a mí...

Tiffany aprovechó ese momento para voltear el rostro y encontrándose de nuevo con el de Taeyeon, la besó, esa vez sin esperar, sin provocar. Sólo simple y directo. La morena le respondió y justo cuando notó que estaba comenzando a encenderse y que la temperatura de la habitación parecía estar subiendo, Tiffany se apartó y la miró.

-Ehhh... te has distraído-murmuró Taeyeon, completamente roja.

Tiffany soltó una carcajada.

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-¿Por qué las mujeres siempre tardarán tanto en el baño?-preguntó Alex, fastidiado.

-Creo que los lavamanos o los espejos las abducen a algún lugar tipo Narnia y luego regresan-dijo Evan, sonriendo con sarcasmo.

-Vale, pero en Narnia pueden pasar horas, cuando regresan sólo han sido segundos o quizá minutos-dijo Jongwook, metiendo las manos en el bolsillo

-No se nota que has leído los libros-comentó Alex, alzando una ceja.

-Mmm...sólo las películas, las he visto...por Leah, ella me obligó y...

-Ya, entendimos-cortó Alex, burlón.

-Chicos, las mujeres tardan en el baño, porque se quedan hablando de hombres y retocándose-dijo Sam, sentándose en la silla de espera.

-¿Cómo sabes tú eso?-preguntó Alex, ceñudo-¿Eres mujer y no nos habíamos enterado?

-¡Serás tonto, Alex!-protestó Samuel, molestándose y pegándole en la cabeza.

-¿Se retocan?-preguntó Evan, divertido

-¡El maquillaje, idiota!-soltó Sam, entendiendo lo que estaba pensando.

Evan rió y Jong soltó el aire de un solo golpe, cansado de esperar.

-Ya vengo, voy a buscarla-dijo Jong.

-¡Hey! ¡Ahora no te tardes tú también! ¿Eh? Te iré a sacar de ese baño por las orejas-amenazó Alex.

Jongwook le hizo una seña cariñosa con el dedo y Samuel y Evan rieron. Alex se quedó observando por donde se había ido Jong con gesto de aprensión.

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Ya iba a pasar al baño de mujeres, pero enseguida se detuvo y pensó que lo mejor sería llamarla desde afuera para que saliera.

-¡Leah! ¡Leah! ¿Me escuchas?

Esperó escuchar algo, pero nada sucedió. Probablemente estaría haciendo sus necesidades y no escuchaba nada, así que decidió esperarla unos minutos para ver si salía.
Pasaron 3 minutos y no había señal de la chica, comenzando a preocuparse aún más de lo que ya estaba, se acercó de nuevo a la puerta y puso atención a algún ruido. Nada.

-¡Leah! ¿Te sientes bien? ¿Tienes indigestión?-preguntó, preocupado.

Ahora sí que era demasiado, miró a su alrededor, fijándose que nadie lo viera o pasara por ahí en ese momento y al ver que no había moros en la costa, pasó al baño muy silenciosamente.
Cuando no vio rastro de Leah, se cruzó de brazos, confundido.

-¿Y ésta ahora a dónde se fue?

Regresó a la sala de espera donde aún estaban los chicos esperando, estaban riéndose de algo y al verlo llegar, se levantaron.

-¿Y Leah?-preguntó Sam, confuso.

-Pensé que habría regresado aquí con ustedes-respondió Jong, nervioso-Entré al baño y la busqué ahí, luego fui a la cafetería por si habría vuelto a buscar algo y nada.

-Pero... ¿A dónde puede haber ido?-preguntó Alex, frunciendo el ceño.

-Quizá ha ido a la habitación de Minho-dijo Evan, encogiéndose de hombros.

-Iré a ver-dijo Sam.

Jong y Alex se miraron, sintiéndose de pronto muy nerviosos, preocupados y confundidos.
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Ya estaba muy oscuro y era muy tarde. No habían hablado desde que salieron de la clínica, no había sido muy difícil salir de ahí, aunque lo pesado había sido llevar cargada a la chica y luego intentar salir sin ser vistos.

-¿A dónde la llevaremos?

Daewon siguió pendiente del camino, sonrió levemente y señalando la guantera, le indicó al hombre a su lado que la abriera.

Su cómplice obedeció y sacó un sobre, lo abrió y vio su contenido.

-Estás loco. Te van a atrapar-dijo, nervioso.

-¿Me van a atrapar? Sí ya hasta he mandado unas fotos y no me atraparon. Te recuerdo que estás conmigo en esto, tú te hundes conmigo en el hipotético caso de que me descubran-le espetó Daewon, divertido.

-Me amenazaste con dañar a mi familia...

Sonrió malévolamente y no respondió. Unos minutos después, escuchó un quejido y un gruñido en la parte de atrás donde iba Leah. Con un movimiento rápido, sacó de su chaqueta una inyectadora y un frasco pequeño y se lo lanzó al hombre.

-Inyéctale eso. Pero ojo con lo que haces. No vayas a matarla por error.

-Pensé que eso querías-murmuró el otro, arreglándose para pasar hacia el asiento trasero-Hacer sufrir a Stephanie Hwang. Que muera su hermanita le traería muchísimo dolor.

-Por supuesto, pero las cosas se hacen con cuidado, premeditación y alevosía. Si no...no salen bien.

El silencio cayó de nuevo. El hombre preparó la inyección y estiró el brazo de Leah, quien estaba acostada en el mueble, entre dormida y despierta. No lograba salir del aturdimiento, cuando de pronto sintió un leve pinchazo. No gritó, porque apenas fue perceptible y poco a poco sintió como todo se volvía más oscuro, cayendo de nuevo en la inconsciencia.

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-Pero... ¡Esto es imposible!-gritó Alex, perdiendo el control-¡¿Dónde se ha metido mi hermana?!

-Alex...vamos a calmarnos, porque así no solucionaremos esto y no va a aparecer porque gritemos...

-¡Maldita sea, Sam! ¡¿En qué piensas?! ¡Es nuestra hermana!-exclamó Alex, respirando con dificultad.

-Lo sé muy bien, ¿Vale? Yo también estoy preocupado por ella y quiero saber dónde está.

-Pues no parece-le espetó Alex, furioso.

Samuel lo miró, seriamente y frunciendo el ceño.

-¿Qué quieres decir con eso?-preguntó, intentando mantener la calma.

-Que no pareces muy preocupado.

-¡El hecho de que no me comporte como un loco igual que tú, no implica que no me importe mi hermana!-gritó Samuel, empujándolo furioso.

Alex le devolvió el golpe y enseguida apareció Evan para separarlos.

-¡Tranquilícense los dos! ¿Vale? Estamos en una clínica-dijo él. Alex se soltó de Evan y salió furioso a seguir buscando a Leah. Jong llegó y miró a Sam, que se había sentado para intentar calmarse.

-¿Aún no encuentran a Leah?-preguntó Rob, llegando en ese momento.

-No, aún no. Y no sé qué está pasando. Esto es muy extraño-dijo Jongwook-Hablé con Myungsoo y él me dijo que llamaría a seguridad para que buscaran en todas las instalaciones.

Samuel gimió levemente y se agarró la cabeza, muy nervioso. Jong se sentó a su lado y Sam lo miró.

-Esto no está bien. Algo le ha pasado.

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-¿No aparece?-preguntó Minho, viendo a Rob entrar por la puerta

-No, nada. Es como si se la hubiera tragado la tierra-contestó el chico, mirando a Minho con preocupación.

Minho pensó en Tiffany y en lo que pensaría si estuviera ahí. Conociéndola, habría enloquecido y ya tendrían al FBI rodeando las instalaciones de la clínica. Se sentó e intentó levantarse, pero Rob, al verlo, lo detuvo de inmediato.

-¡¿Qué demonios crees que haces?!-preguntó, agarrándolo con fuerza por el brazo.

-Yo también quiero ayudar a buscar a Leah-dijo él, testarudamente.

-Ayudarás más quedándote en dónde estás. Ya se están encargando la seguridad y los chicos de encontrarla-dijo Rob, rápidamente.

-¿Ya avisaron a Tiffany?-preguntó Minho

-No, aún no. Jong no quiere avisarle hasta tanto no se revise todo los rincones del lugar, por si aparece. No quiere preocuparla innecesariamente si resulta que la encuentran-explicó Rob-Ahora recuéstate, por favor.

-Pero...

-No seas idiota. Acuéstate. No te dejaré levantarte de ninguna manera.

Minho se cruzó de brazos y gruñó fastidiado.

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El dolor era espantoso, era como si le quemara todo dentro, le ardiera cada parte, cada célula. Miró hacia el frente y vio a Nichkhun, sonriéndole, acercándose lentamente y susurrándole en el oído que la amaba. Miró hacia abajo y descubrió sus manos llenas de sangre, la vista se le nubló repentinamente, por las náuseas que sintió.
Cuando abrió los ojos de nuevo, se descubrió en otro plano distinto, miró de nuevo sus manos y las vio limpias, luego miró hacia el frente y vio una figura recostada en una cama. El miedo se le metió por toda la piel, casi instantáneamente, se acercó y cuando intentó mirar quien era, volteándola, el dolor se hizo más intenso. Más insoportable.

-¡NOOOOO, LEAAAAAAH!

Taeyeon despertó sobresaltada y encendiendo la lámpara que había en la mesita de noche, escuchó los jadeos de Tiffany a su lado.

La pelirroja estaba respirando entrecortadamente y se veía nerviosa y con miedo, sin pensarlo, la abrazó con fuerza.

-¡Estás empapada, Tiffany!-exclamó, intentando calmar sus temblores. Tocó su frente y notó que ardía-¡Y tienes fiebre!

-Tae...necesito ver a Leah, quiero ver a Leah...-murmuró Tiffany, sintiendo un nudo en la garganta que no la dejaba respirar.

-Pero...Tiffany...estamos en Londres, ¿Recuerdas?-dijo Taeyeon, apartándose para mirarla bien.

-Sí, lo sé...pero...Tae, tuve este sueño y...estaba Nichkhun...es lo mismo cuando me secuestró...pero...

No pudo continuar, las lágrimas cayeron por sus mejillas y Taeyeon, preocupada. La tomó entre sus brazos. Sin saber qué hacer.

-Siento que algo...n-no está b-bien, Tae...lo s-siento...

-¿Te parece si la llamo a su celular?-preguntó Taeyeon, tomando el teléfono del hotel.

Tiffany asintió levemente y Taeyeon marcó rápidamente. Esperó el tono y que la chica atendiera. Nada sucedía, volvió a marcar y esa vez cayó el buzón de mensajes. Colgó y miró a Tiffany.

-Debe estar durmiendo, Tiffany...

-Ella nunca apaga su celular-susurró Tiffany, comenzando a hiperventilar-Tengo que llamar a Jong.

-Deja que lo haga yo. Como estás, no podrás decir ni una sola palabra coherente-dijo Taeyeon, agarrando el celular esta vez y marcó.

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-¡Estamos en una clínica! ¡Una maldita clínica que tiene cámaras de seguridad y me dices que ninguna muestra nada fuera de lo normal!

-Alex...por favor...

-¡Quiero a mi hermana y la quiero AHORA! ¡Quiero saber dónde está! ¡No puede ser que haya desaparecido así como así!

-¿Ya llegó la policía?-preguntó Samuel.

-Sí, ya llegó y están rastreando todo con unos perros entrenados-contestó Jong, desolado.

-¡Eso no funciona así! ¡No está aquí y la han secuestrado!-gritó Alex, fuera de sí-¡¿Dónde está el jodido FBI?!

-Ya los he llamado-dijo Evan-Dijeron que vienen en camino.

-Mientras tanto ya he dado la orden para que no dejen salir a nadie de las instalaciones hasta tanto no haya alguien que diga si vieron algo extraño-dijo Myungsoo-Alguien tiene que haber visto algo.

Alex bufó y lo miró con rabia.

-Si tus camaritas de seguridad no sirvieron, ¿Qué te hace pensar que una persona sí?-replicó, señalándolo con el dedo.

-No me apuntes, Alex. No hay cámaras instaladas en los baños, para que lo vayas sabiendo, por lo que una persona que haya estado en el momento en el que entró Leah, puede decirnos si vio algo extraño-explicó el médico.

-¿Y qué hay si nunca entró al baño?-soltó Alex.

Todos se miraron y se quedaron callados. El celular de Jongwook repicó en ese momento y al sacarlo rápidamente, vio con desánimo que no era Leah.

-Taeyeon... ¿Cómo estás?

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La voz de Jongwook sonó extraña, hubo una pausa que la desconcertó y la hizo desconfiar. Tiffany la miraba atentamente.

-Hola, Jong. No tan bien, llamo porque Tiffany hace unos minutos se ha levantado gritando, al parecer por una pesadilla y me ha dicho que quiere saber si Leah está bien.

Del otro lado, Jongwook miró a los otros chicos y pensó en sí sería lo mejor decirle lo que ocurría. No quería preocupar a Tiffany, pero creyó que lo mejor sería decirlo y pedirle a Taeyeon que la intentara calmar.

Sin poder esperarse más, Tiffany le arrancó el celular a la morena y se lo puso en el oído, escuchando enseguida las palabras que le desgarrarían la razón.

-Leah desapareció...