Warrior - Chapter I

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Empezar de Nuevo.

Narrador Anonimo.

Era tiempo de empezar de nuevo, hace una semana que ya había salido del hospital y justo ahora se encontraba en su nueva habitación, su padre la trajo a Londres a vivir con él pues quedo claro que no la dejaría sola, no después de como la encontró y todo lo que supo, la chica había evitado el tema del suicidio y sus cortes no quería hablar de eso con su padre, no se sentía lista todavía y le agradecía de todo corazón que el la entendiera y hasta ahora no la había presionado para que le hablara pues el hecho es que desde que despertó en aquella camilla  de hospital no ha mencionado ni una sola palabra, pero por su cabeza solo pasaba la pregunta "¿qué haré ahora?" seguía viva y era todo lo contrario a lo que ella quería, no se explicaba cómo es que su padre había recibido la carta antes de tiempo ella , había hecho las cuentas pero todo decía que las había errado  ahora estaba con vida y ni siquiera tenía el valor de mirar a su padre a la cara.

Cuando al fin se armó de valor y salió de la habitación en busca de su padre lo que encontró no le hacía gracia pues su padre estaba con una mujer y dos niñas, eran gemelas y debían tener unos 5 años, esto era demasiado para ella claro que antes se había plantado la idea de que su padre quizás ya tenía una familia pero nunca quiso aceptarlo y tener esa imagen frente a ella no ayudaba mucho y solo pensaba que quizás ella nunca fue suficientemente buena para ser su hija, sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de su padre, preguntándole que si necesitaba ayuda en algo pero no sabía cómo reaccionar y solo atino a darse media vuelta y volver a la habitación de donde había salido.

Unos minutos después su padre toco a su puerta preguntando si podían hablar pues es claro que tienen mucho de qué hablar por un lado ella y sus problemas y por el otro lado el y su familia, ella accedió a hablar con él, se dijo a si misma que era hora de hablar con él y arreglar todo, se estaba dando a sí misma la oportunidad de arreglar las cosas con su padre y empezar a enfrentar cada uno de sus problemas.

—Creo que hay mucho que debo explicarte— menciono su padre sentándose frente a ella.

— Yo primero —pauso. — ¿porque nunca volviste? ¿Acaso nunca fui lo suficientemente buena para ser tu hija? —lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. — ¿sabes cuantas noches llore pensando que nunca fui suficiente para merecer ser tu hija? durante los últimos 8 años tuve que soportar día tras día de golpes eh insultos por parte de la mujer que me dio a luz, durante 8 años llore hasta quedarme dormida todas las noches, y ¿sabes porque? Porque recibía golpes e insultos en el colegio solo para llegar a casa y volver a recibirlos, esto era día tras día sin parar — sus lágrimas no paraban, se levantó y quito el gran suéter que cubría su cuerpo quedando en pantaloncillos y camiseta dejando a la vista sus cicatrices. — ¡mírame! ¡Mírame bien! ¡En esto es lo que me eh convertido! ¿Y quien me ayudó? ¡Nadie! Todos se alejaron uno tras otro dejando me sola y sin siquiera darme una mano para ayudarme a salir del pozo donde caí, ¿sabes? En 8 años la única vez que me sentí feliz fue cuando sentía la sangre salir de mi cuerpo y mi alma junto a ella, cuando todo el dolor se apagó y solo me quedo paz, pero lo bueno dura poco y ahora estoy aquí, no pienso dañar tu nueva familia con mi presencia creo que lo mejor será que en cuanto pueda me valla papa, lo siento pero no puedo quedarme aquí cuando nunca fui, ni seré lo suficientemente buena para ser tu hija — sus lágrimas seguían cayendo y su padre solo la miraba con arrepentimiento y culpabilidad.

— no es así, sabes desde que partí de casa y te deje con tu madre, ella se encargó de que no me contactara contigo y no me excuso con ello porque sé que debí ir por ti y no tienes idea de lo arrepentido que estoy por no haberlo hecho, eres mi hija y siempre serás mi princesa como cuando eras niña, no dejare que te alejes ahora que puedo tenerte en mi vida de nuevo —cada una de sus palabras salían de su corazón y eran ciertas, el de verdad la quería y quería ayudarla no pensaba de dejar a su princesa sola, no de nuevo. — ¿puedo abrazarte? — pregunto.

Haley no tardo y se abalanzo hacia su padre fe verdad lo había extrañado y no le guardaba rencor además que de verdad necesitaba ese abrazo hace mucho que no recibía uno.

*Mientras tanto con Harry*

Había pasado una semana desde que había recibido esas cartas y se sentía devastado, durante todo esta semana el castaño no había salido de su habitación , se sentía mal muy mal y necesitaba saber que ella estaba bien pero no tenía idea de cómo hacerlo ni siquiera sabía dónde vivía la chica y eso lo estaba matando.

Su hermana Gemma y su madre de encontraban muy preocupadas pues ni sabían que le pasaba al chico y sabían que debía ser grave para pasar una semana en su habitación encerrado pues nunca lo había hecho, Gemma se decidió en ir y hablar con el chico a ver si lograba saber que era lo que estaba mal.

—No quiero hablar Gemma — hablo el castaño al ver que su hermana entro a la habitación.

— Harry tienes que decirme que es lo que te está pasando, no puedes seguir aquí encerrado y con la guitarra esa encima — hablo la chica pues no estaba dispuesta a irse sin saber que ocurría con su hermano le dolía verlo así.

—De verdad no quiero hablar Gemma — hablo el castaño de nuevo y volvió a escribir y seguir tocando la guitarra.

—Oye sea lo que esté ocurriendo puedes contar conmigo — se sentó a su lado frente al escritorio donde su hermano se encontraba concentrado en lo que sea que estuviera haciendo con la guitarra y un montón de papeles.

—Solo lee las cartas que están en mi cama, lee las desde la del 1 hasta el 30 de septiembre —le dijo el castaño, las palabras de su hermana lo habían hecho pensar y quizás ella podía ayudarlo.

Gemma leyó cada una de las cartas en el orden que el rizado le dijo y no pudo evitar sentirse mal por la chica, pero luego para su mayor sorpresa fue saber que se trataba de Haley y ver lo que su hermano le había dicho a la pobre chica, unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos pues ahora entendía un poco lo que sentía su hermano.

—La conocí hace 8 años y desde ese día siempre la notaba como una chica más, ella siempre sonreía y hace unos años dejo de hacerlo luego me sorprendí a mí mismo extrañando su sonrisa y preguntándome porque ya no lo hacía, la veía todos los días en la universidad y siempre estaba leyendo un libro la observaba sin que nadie se diera cuenta, hace unos meces empecé a sentir algo por ella y no sabes lo feliz que me sentí cuando pase tiempo con ella y contigo, al siguiente día de eso la observe y nuestras miradas se cruzaron pero no le dije nada  y pude ver la tristeza en sus ojos al ver lo que hice, luego paso lo que leíste en las últimas cartas y todo por culpa de Madison, me enamore de esa chica y por mi estupidez la he perdido para siempre Gemma, todo esto es mi culpa he sido un completo imbécil con ella — las lágrimas rodaron por su rostro. —  Y ahora ella está muerta por mi culpa —sus sollozos se hicieron más fuertes y su hermana solo lo abrazo, la historia que él le acababa de contar la había dejado sin palabras. — Todo es mi culpa — susurro.

Warrior | H.S | ·Sin Editar·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora