Ahora Franco?

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-Quien es?... Escuché a Carlos preguntar.  -Karina... Respondí cortante.

Abrió la puerta y me invitó a entrar.

-Porqué duraste tanto para venir?.  Preguntó mientras me señalaba el sofá para que me sentara.  -Debía pensar Carlos.         -Siento mucho lo que pasó, realmente me dejé llevar, no te lo pienso negar, tu sabías que antes de que llegaras había una vida con Franco, lo que nunca creí es que me destrozaría de tal forma. Callé y Carlos empezó a hablar.  -Yo también lo siento Karina, y pido perdón por lo ocurrido con Frida. -Descuida, no sabías nada, no tienes culpa. Interumpí a Carlos quien pesé a mi comentario prosiguió...   -No debí hacerlo. Dijo finalizando sin poder decir algo más.      Me quedé sentada mirando el techo, ambos hacíamos silencio y sentí como Carlos se empezaba a aproximar a mi.                                  -Espera, dije en un hilo de voz entre cortado.                    -Te necesito Karina. Dijo mientras levantaba mi cara y aproximaba la de él para así dejar nuestros labios a solo minimilimetros.   -Detente Carlos... Volví a gesticular casi en un sollozo.     No se detuvo, siguió el juego hasta llegar a rozar sus labios contra los míos y haciendome temblar por el escalofrío que corrió por cada parte de mi cuerpo.   Me agarró de la cintura y me contrajo contra sí, no supe en que momento me paré y en que momento llegué hasta la pared en la que ahora  me encontraba recostada, lo que si sabía era que tener a Carlos de esta manera ya no me causaba nada, e incluso me empezaba a causar algo de asco?, o no sé que cosa, lo que sea que estaba empezando a sentir no era bonito y daba a demostrar que ya no sentía ni mierda por Calos; o acaso, será?, será que nunca sentí nada y solo ocultaba lo que sentía por Franco en mi relación con Carlos?, si eso era, no era el momento para ponerme a pensarlo.

-Quita!... Grité mientras lo empujaba de ensima de mi.   -Que te pasa?, acaso ya no me quieres?.        -No, digo si, es solo que no es lo mismo Carlos, te quiero, pero ya nada como antes, no para seguir como antes.   -Entiendo joder... -Entiendo. Dijo mientras con sus manos derrumbó todo a su paso.  No sabía que se pondría así, nunca lo vi así, parecía una fiera fuera de sus cavales.  -Sabía que nunca me amaste, me usaste, ya veo, pura puta la que me dí de novia, Largate Karina, VETE!    Salí de ahí sin decir nada, sus palabrras fueron las mas dolientes en mi desgraciada vida, cerré la puerta de un portazo y bajé al piso de Frida, llorando acomodé mi maleta y no dejé nota ni nada, salí como alma que lleva el viento y me dirigí a mi hogar de donde nunca debí salir, ya era tiempo de hacerme adulta y enfrentar mis problemas.

2:36Am y por fin llegué a casa, el vuelo tardó 8 horas pero aquí estoy, me dije en voz alta.    Analicé cada esquina de la casa y todo estaba como lo dejé, quité las sábanas de mi cama y me dispuse a dormir, mañana tendría que limpiar, así que hoy descansaría un poco.

A las 9:00am ya estaba de pie, corrí al baño, me bañé y luego de cepillarme tomé lo mas cómodo que tenía a mi alcance, unos shorts livianos y una playera, tomé mis sandalias y empecé mi labor.  Miré la hora y daban las 1:00pm, cuanto había durado en la limpieza, me dí cuenta que mi estómago empezaba a rugir por la falta de alimentos y decidí ir al super mercado enseguida.               

Verduras, vegetales, carnes, queso, jamón, pan,  yogurt, jugo y frut... -Frutas!  Me cortó una voz conocida pero que tenía tiempo sin escuchar, decidí ignorarla y seguí mi camino esquivandome por el lado de los cereales y las leches, tomé todo lo que pude y salí para no toparme otra vez con él; sí, sé que se lo imaginan, con Franco.  Terminé mi compra y decidí pagar rápidamente, me escabullí por una fila y entre a otra como infiltrada, en cuanto pude salí al estacionamiento e hice señal con mis manos y enseguida tenía un taxi a disposición.

Llegué a casa y dí las merecidas gracias al taxista quien respondió levantando su mano y dandóme un buenas tardes.   Entré a mi apartamento y aseguré las puertas, oraganicé y luego empecé a prepararme una buena comida.

Toc -Toc...    Quien podría ser?... Me dije en mis adentros.     Abrí la puerta y se trataba de la vecina del lado.  -Hola, como estas?    -Bien y tú, te apetece algo?              -No, solo quería darte la bienvenida a tu hogar nuevamente. Dijo mientras me sonreía amablemente.  -Y te traje estás galletas que acabé de preparar.  -Gracias!!... Dije sonriente mientras observaba a la chica irse y con el paso desaparecer por las escaleras.   Empecé a deborar las galletas, estaban riquísimas y al terminar de comerlas decidí ver un poco de tv en mi habitación.

Estaba entre sueños y algo despierta cuando escuché nuevamente la puerta y me paré a abrir.

-Que haces aquí?   Dije mientras trataba de cerrar de nuevo la puerta sin nada de resultado.     -Vine a verte!     -Pero si no tienes nada que venir a buscar, suelta la puerta y vete Franco!           -Déjame entrar! Dijo mientras empujó la puerta y con ella a mi haciéndome caer y darme un golpe contra una pared.   Caí y no supe más de mi existencia hasta que me encuentro en mi habitación recostada en mi cama con Franco colocando en mi cabeza un paño frío con hielo y sosteniendo una vasija con mas hielo.

-Suéltame!  Grité y tiré del paño que tenía sostenido en sus manos causando así que la vasija con hielo se volcara en él y eso, justo eso fue suficiente para que se me saliera una risita de niña mala.      -Eso era lo que querías?, se miró y luego se paró para ir a secarse.   Me quedé un buen rato sentada en mi cama, cuando lo ví entrar en boxer.   -Que haces así en mi casa Franco?       -Era lo que querías, no?, aquí me tienes...   No podía negar que Franco si me seguía gustando, y mucho, pero no podía dejar que pase nada, así que me paré y me dirigí a la cocina en busca de agua, tome un solvo y luego me quedé estática al verlo detrás de mi, sin ropa, en boxer, se nublaron mis pensamientos al sentir su respiración tan cerca de mi, me escapé de el y corrí al baño donde me tranqué, o eso pensé hacer cuando recordé que el seguro lo había roto en un apuro un poco vergonzoso que tuve;  y ahora?, que hago?...

¿Se acabó o lo acabé?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora