♥ ♡CHESS, The Game of Love♡ ♥

A7

El chico ha comenzado a revolverse sobre los almohadones del sofá, parece que está por despertar. Inmediatamente dejas todo en su lugar y huyes de la estancia. Al atravesar la puerta colisionas contra un ropero humano. El extraño te sujeta por los hombros apartándote de él. Elevando la mirada tus pupilas captan un rostro risueño de rasgos indudablemente masculinos. Por detrás de unos desordenados mechones carmesí unos fogosos irises te examinan con curiosidad.

- Belleza, sea más cuidadosa...- su voz es rasposa pero agradable.

- ...- ¿Belleza?- P...perdón...

- No se preocupe, no es nada... Ojala siempre corriera con la misma suerte...

- ¿...?- A que se habrá referido...

- Nunca la he visto por estos lares... Es una casa grande, es difícil conocer a todos sus residentes.—Interpeló.

- Me acabo de mudar...

- ¡Fantastico! Eso quiero decir que la veré pasar todos los días... Me presento, Marcos Bishop... Su nombre...

- Elizabeth, Elizabeth Queen.

- ¡¿Queen?! Entonces usted es la hija de mi amigo Patrick...

- Así es.

- Su buen padre me comento de que llegaría antes del día su boda... Jamás hubiera creído que se trataría de una muchacha tan hermosa...

- ...- te has sonrrojado.

- ¿Ya has tenido ocasión de descansar?

- Lamentablemente no...

- Entonces te conduciré hasta tu cuarto; Laurence, tu hermanastro, me ha comentado que dormirás enfrente del suyo... Esa ubicación me parece bastante sospechosa. De seguro que ese infeliz ya está al tanto de tus lindas facciones...- resopló con desprecio.

Él sujetando tu esquelética mano con la suya, maciza y tosca, te indicado que lo sigas. El lujo de tu nuevo hogar es inminente. Cada rincón está equipado con costosos objetos, pinturas barrocas, armas persas, jarrones chinos y demás. Temes dar un movimiento en falso y derribar algo que cueste millones. Marcos anda con grandes e impetuosas zancadas; te cuesta acompañar el ritmo de su caminata. Ahora puedes observarlo con más detenimiento, lo fornido de sus hombros va en proporción con el ancho de sus piernas; una contextura física imponente. Trae puesto en un traje-chaleco bordo combinado con una camisa negra arremangada hasta los codos. Luego de subir un par escaleras y atravesar varios pasillos han arribado frente a la puerta de tu habitación.

- Bueno, señorita Elizabeth, me retiró. Cuando usted guste pásese por mi estudio ubicado en el tercer piso...

- ¡Por supuesto!- has interpelado

- Me encantaría que se pruebe algunos de mis diseños...

- ¿Qué acaso usted es diseñador?- ¿Puede dibujar y coser con esos robustos dedos?

El ha comenzado a carcajear de manera estrepitosa:

- ¡Claro que lo soy! Y de los mejores...- ha dicho entre risas- En fin, hasta pronto, ansió volver a verla...

Colando su pesada palma sobre tu cabeza ha revuelto tus cabellos y se ha marchado.

Has abierto la puerta de tu cuarto, detrás de ella has llegado a vislumbrar un cómodo colchón constituido de resortes. Las sábanas son de seda y lino. La cabecera de la cama es de ébano y se encuentra suavizada con innumerables almohadones con flores bordadas. A la izquierda de tu lecho hay un extenso placar (en lo que a ti respecta tu guardarropas ya se encuentra allí). A la derecha puedes notar el ventanal que conduce al balcón, las cortinas están plegadas, en aquel llegas a distinguir una mesa echa de hierro torneado y unas cuantas masetas rellenas con gladiolos y narcisos. Justo frente a la cama permanece la puerta que lleva al baño. Desplomándote sobre las tersas sabanas has cerrado tus parpados para caer presa de tus sueños. Ojos adentros se proyectaban los dulces días de tu infancia en los que jugabas con Pouch, tu perro. Entre la nieve saltaban y corrían, siempre acabando empapados, muertos de frio y cansancio. Has sentido una peluda caricia en unas de tus mejillas: "¿Pouch?" has musitado, despegando tus pestañas te has topado con unos felinos irises amarillos:

-¿Un gato negro?- has dicho

Otra voz desde el otro extremo del colchón te ha respondido:

- No es gato, es gata, se llama Milena...

Junto a ti se hallaba recostado un joven cuya mirada era de un intenso color verde. Sus satinados mechones negros caían sobre su pálido rostro, aquel muchacho era contenido por un entallado saco de tonalidad purpurea, una camisa negra surcada por rayas blancas y un pantalón a juego. El acariciando tu rostro ha apartado tus desordenados cabellos:

- Hermanita, por fin nos conocemos

- ¿Hermanita? ¿Tú eres Laurence, mi hermanastro?

- Si hermanita Liza, lo soy... pero... preferiría que no me llamaras hermanastro... es un tanto...

Has quedado atónita unos segundos, te acababan de dar un apodo:

-¿Liza?- lo has interrogado

- Si ¿No te gusta? Elizabeth es un lindo nombre... aunque de cierta forma suena... un poco... frio...

- Si, si me gusta- has dicho entre carcajadas- es la primera vez que me dan un seudónimo...

- Liza...- ha apresado una de tus manos y la puesto sobre su pecho- he venido a invitarte a merendar hoy a las 5 de la tarde... quiero conocerte mejor

Soltando tu mano ha quedado mirando al techo. Tú has podido contemplar su proporcionado perfil. Colocando una media sonrisa te ha permitido entrever sus dientes perfectos, inhalando fuertemente, aumentando aún más la anchura de su espalda, se ha dirigido a ti entre un suspiro

- Estoy realmente feliz de que estés aquí...

Incorporándose en el lecho ha aproximado su rostro al tuyo y dándote un beso en la mejilla ha acortado la distancia hasta tu oreja en la que ha susurrado: "Mi cuarto es el de enfrente, te espero más tarde en mi balcón" poniéndose en pie se ha marchado cerrando la puerta detrás de sí.

Aquí es en donde tú intervienes, escoge una opción:

Si deseas darte un baño para encontrarte presentable para la merienda ve a F2(II)

Si prefieres salir a dar una vuelta por tu nueva casa ve a H2(II)

F2(II) Y H2(II) SON COORDENADAS DISTINTAS A F2 Y H2. LO QUE OCURRE ES QUE YA HE TERMINADO DE COMPLETAR TODO UN TABLERO DE AJEDREZ Y AHORA ESTOY COMENZANDO OTRO, ENTONCES ESE 2 EN NUMEROS ROMANOS CORRESPONDE A UN SEGUNDO TABLERO.