Primer año

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Era un día como cualquier otro en Baker Street el joven Sherlock Holmes acababa de cumplir los 11 años el 6 de enero, ya era agosto, cuando una carta llego volando por la ventana, su niñera y cuidadora, la señora Hudson, leyó el sobre; ella ya sabía de lo que se trataba, porque ella al igual que Sherlock eran magos.

La señora Hudson muy contenta por saber que Sherlock fue aceptado le dio la carta al joven y este la vio con una gran sonrisa en el rostro, La señora Hudson le había contado todo sobre ser un mago, como se deben de comportar ante la presencia de muggles y de todas las cosas que un mago podía hacer con la varita correcta.

Sherlock paso casi toda su infancia aprendiendo sobre la magia, como hay que usarla, la historia del colegio de magia más importante para los magos de Londres, las cosas maravillosas y también las terribles que han pasado a lo largo de los años; como todo mago del mundo sabe perfecto quien es Harry Potter y como venció a Lord Voldemort hace 20 años en la batalla de Hogwarts.

Llevaba toda su vida soñando con por fin ir a ese preciado colegio, donde la señora Hudson también había estudiado muchos años atrás, donde su hermano mayor Mycroft era prefecto y pertenecía a la casa de Ravenclaw.

Abrió la carta a toda prisa y la leyó:

"Querido señor Holmes: tenemos el placer de informarle que ha sido aceptado en el Colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería, por favor revise la lista de libros necesarios para su primer curso en el Colegio. Las clases empiezan el 1º de septiembre."

Salto de emoción del sillón y corrió a escribir su respuesta de aceptación.

Las semanas que le quedaban a agosto pasaron muy lento para Sherlock, contaba las horas para estar aprendiendo magia y por fin tener su varita mágica.

El 25 de agosto la señora Hudson lo llevo al callejón Diagon para que pudiera comprar todo lo necesario para su primer curso. Entraron primero a comprar el uniforme, 3 capas negras, una capa de invierno, los pantalones y las camisas, le explicaron a Sherlock que cuando lo coloquen en alguna casa en el Colegio le darían la corbata del uniforme del color de su casa.

Luego fueron a la tienda de varitas del señor Ollivander, donde su hijo era el nuevo dueño; Sherlock y la señora Hudson entraron haciendo sonar la campana de la puerta, el hijo del señor Ollivander, Gregory, saludo a ambos y midió el brazo de Sherlock para darle una varita correcta; probaron varias, hasta que por fin, una de 25 centímetros de acebo y nervios de corazón de dragón, fue la elegida para él.

Salieron de Ollivanders y fueron a comprar la lista de libros. Regresaron a Baker Street con las bolsas llenas de cosas de magos y Sherlock metió todo el baúl que tenía en su recamara.

Los días pasaron y cuando llegó el 1º de septiembre Sherlock se levanto muy temprano para preparar todo y poder llegar a tiempo a la estación de King's Cross y entrar al anden 9 y ¾ para abordar el tren a Hogwarts a las 11 de la mañana. Sherlock y la señora Hudson llegaron a la estación y cruzaron el muro entre el anden 9 y el 10 para aparecer en el anden 9 y ¾ por arte de magia, Sherlock ya sabía como hacerlo ya que acompaño una vez a su hermano Mycroft.

Se despidió de la señora Hudson y subió al tren, Sherlock estaba muy emocionado y también nervioso, él era muy inteligente y sabía que estaría en Ravenclaw, pero lo que lo ponía nervioso era  hacer amigos, ya que nunca fue bueno en eso; se sentó solo en un vagón que encontró vacío, puso su baúl debajo de su asiento y observo por la ventana como se alejaban de la estación. Un poco más tarde apareció Mycroft con su búho al hombro y se sentó a platicar con Sherlock sobre la ceremonia de elección, luego llegaron más amigos de Mycroft y Sherlock se empezó a sentir incomodo así que se levanto y fue a explorar el tren; encontró todos los vagones llenos, pero hasta atrás del tren encontró uno con un niño rubio que miraba por la ventana.

SH: Hola, ¿puedo sentarme?

JW: Hola, sí claro, soy John, ¿y tú?.

SH: yo soy Sherlock.

Pasaron un buen rato sin hablarse hasta que a los dos les dio hambre y sacaron sus sándwiches, John empezó la plática pero Sherlock estaba nervioso y no sabía que decir, John le caía bien, aunque solo llevaban pocas horas de encontrarse le caía bien y al parecer a John también le caía bien Sherlock.

Sherlock decidió empezar a hablar y trato de impresionar a John con sus deducciones con solo observarlo ya sabía varias cosas de él.

SH: tienes un gato, anaranjado, fuerte y grande, tu hermano se graduó el año pasado de Hogwarts y tus padres no viven juntos.

JW: ¿cómo sabes todo eso si yo no te he dicho nada?

SH: te observe, con eso es suficiente para mi. Tienes pelo de gato en tu pantalón, y unos rasguños en la muñeca, llevas puesta la túnica pasada de tu hermano, lo se porque te queda grande.

JW: sorprendente. Acertaste en casi todo. Dijo John quitándose los pelos de gato del pantalón. Mi gato se llama Scott, lo tengo desde el año pasado, mi hermana se llama Harriet y pero esta no es su túnica, mi madre me la compro grande para que me siga quedando el siguiente año.

SH: ¿hermana?

JW: si.

Ambos guardaron silencio un rato y luego John habló de nuevo.

JW: ¿tu tienes hermanos?

SH: si, Mycroft, es prefecto esta en Ravenclaw, seguro yo también estaré ahí porque soy muy inteligente. ¿tu sabes en que casa estarás?

JW: no lo se, mi hermana fue de Hufflepuff, pero no se si yo encaje en ese tipo. Creo que lo sabremos hoy en la noche.

Llegaron al Colegio cuando ya estaba de noche, ambos se cambiaron al uniforme antes de bajar y siguieron a los demás de primero, entraron en el gran comedor acompañados por el profesor Hagrid, al final del pasillo los esperaba la directora, la profesora McGonagall; les explico todo y los fue llamando uno por uno para que se pusieran el sombrero seleccionador y que esté los coloque en sus nuevas casas. Pasaron a varios y llego el turno de Sherlock, como era de esperarse Sherlock fue elegido para la casa de Ravenclaw, luego de varios alumnos más fue el turno de John, cuando esté paso a sentarse Sherlock le guiño el ojo, el sombrero grito Gryffindor y John corrió a tomar su lugar en la mesa de su casa.

El banquete termino y todos se fueron a dormir, al día siguiente a Sherlock le tocaba clase de Historia de la magia y cuando llego al salón se alegro de encontrar a John en la misma clase que él, se saludaron y se sentaron juntos, vieron sus horarios y estaban en casi todo juntos. Eso alegro mucho a ambos ya que pasarían tiempo juntos y serían amigos muy pronto.

A Sherlock no le gustaban las clases que no estaba con John, como herbología, él era muy bueno y la profesora lo felicitaba siempre por su gran trabajo, le gustaba la materia pero sin John no era lo mismo.

Cada descanso se iban juntos a sentarse en el césped y platicar de lo que fuera, a los dos les gustaba estar con la compañía del otro, pasaron todo el trimestre lo más juntos que pudieron, hacían la tarea en la biblioteca ya que ahí podían estar juntos, porque en la sala de estar de sus casas no podía entrar el que no fuera parte de esa casa.

Cuando llegaron las vacaciones de navidad ni John ni Sherlock regresaron a sus casas, así que pidieron permiso para dormir en una habitación de visitas juntos ya que estaban solos en sus dormitorios y por fortuna si los dejaron. Pasaron todas las noches hablando de miles de cosas, jugando juegos de mesa mágicos y leyendo cuentos de detectives, a Sherlock le encantaba y era muy bueno con las deducciones, siempre sabía quien era el culpable y como lo había hecho, exploraban el castillo y de vez en cuando se metían en problemas con Peeves el fantasma y con el señor Filch el conserje, por andar corriendo como locos por todos los pasillos.

Cuando los demás volvieron a clases para recomenzar el trimestre, John y Sherlock tuvieron  que volver a sus dormitorios de sus casas, pero seguían pasando todo su tiempo libre juntos.

El año termino muy rápido y ambos lamentaron eso, ya que debían de volver con sus familias y no sabían si se verían esos dos meses, ambos quedaron en escribirse y visitarse cada que pudieran, se subieron al tren juntos y volvieron a Londres, en el anden la señora Hudson esperaba muy contenta a Sherlock y a Mycroft, cuando bajaron del tren John se despidió de Sherlock con un abrazo y Sherlock le entrego una carta a John, con la dirección de su casa para que vaya a visitarlo muy pronto.

PotterlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora