Capítulo XII. ¿Psicología?

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  -  Hoy les vengo con una sorpresa que a nadie le gusta -dijo el profesor Tino.

  -  ¡¿Examen sorpresa?! -gritaron todos.

  -  Eh... No.

Todos nos quedamos expectantes, esperando que dijiera la sorpresa, y esperando que no fuera tan grave como lo imaginamos.

  -  Hay chequeos... Médicos -dijo- los iré llamando por lista e irán a la enfermería número uno, luego volverán y... Eso, bueno comencemos.

Apoye la cabeza sobre la mesa, los chequeos médicos nunca fueron mi problema, tengo una vida saludable -claro sin contar mis problemas cardíacos- y nunca he atentado contra mi cuerpo, solo tengo un bajo autoestima pero no me complico la vida con ello.

Miré a mis compañeros, todos estaban hablando de lo mejor, cuando pude divisar a Emil, con la mirada baja, y las manos sobre sus rodillas se le notaba algo nervioso. Observé a mi alrededor vigilando que nadie me viera, y lo más rápido posible me levante y corrí a sentarme a su lado.

  -  ¿Que sucede? ¿Le tienes miedo a los chequeos? -le pregunté.

Emil levantó la vista la clavó en la mía, luego la volvió a bajar y asintió levemente con la cabeza.

  -  ¿Por qué? No te va a pasar nada malo.

  -  No quiero que lo sepan -susurró, supongo que con la esperanza de que no lo escuchará.

  -  ¿Saber que bastardo? -le pregunté.

  -  Mi secreto...

  -  ¿Secreto...? ¿Cuál?

  -  Steilsson -le llamó el profesor.

Emil se levantó con las manos temblorosas, y caminó hasta la salida.

  -  Osea ¿Que le sucede? -preguntó Felicja- Como que estaba totalmente asustado.

  -  Ni idea -le susurré.

Esperé hasta que me llamara, justo en el momento en que entró Emil yo iba saliendo, de reojo le observé el rostro demacrado, debo admitir que me preocupé, pero luego le hablaré ahora debo ir a enfrentar la maldita realidad.

Caminé por los pasillos con extrema calma hasta llegar a la enfermería designada, toque la puerta tres veces y esperé hasta escuchar un "adelante", abrí la puerta y entré, y me encontré frente a frente con una enfermera de baja estatura, la cual sonreía amablemente.

  -  Lovino Vargas ¿No? -dijo con voz suave, asentí- Bien, puede quitarse los zapatos y la camisa, y subase a la pesa, tomaré su peso y estatura.

Hice lo que dije, me subí a la pesa, esperando que la enfermera hiciera lo suyo, sentí algo sobre mi cabeza por unos segundos, y luego lo quitó.

  -  Puedes bajarte -dijo- veamos mides... 1.72 y pesas... 64... Estas en tu peso normal, eso es bueno -comentó anotando algo en una agenda- dime, ¿sufres de alguna enfermedad o algo parecido?

  -  Tengo problemas cardíacos desde los 5 años aproximadamente, aunque dijieron que era algo pasajero... No creo que sea cierto

  -  Vaya~ ¿Antecedentes de algún familiar, con otro tipo de enfermedad?

  -  No.

  -  Bien, ahora voy a medirte la glicemia -dijo con una extraño aparato en su mano- dame tu dedo indice por favor.

Le estire el dedo y con un extraño objeto me dio un pinchazo, mi dedo comenzó a sangrar levemente, una gota de sangre lo colocó en una pequeña cinta que luego introdujo ennel extraño aparato.

Los pensamientos de LovinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora