- ¡Lovino! -el grito aterrado de Isabel me sacó del trance.
La sangre caía del cuerpo inerte. ¿Como llegamos a esto? Hace un par de meses todo parecía ser la vida de cualquier adolescente, una historia de amor típica de libros. Y ahora estamos en esto.
Vi como dos de los hombres que recién habían llegado apuntaban sus armas hacía mi.
Y no los culpo.
Acabo de matar a uno de ellos, Isabel está carente de expresión y probablemente creerán que yo fui quién mató a -quién supongo que era su jefe- Andrés.
- Si disparan -dije tomando a Isabel del cuello y colocarle la pistola en su cabeza- disparo.
Hubo un silencio en el cual aproveché para susurrarle un "lo siento" a Isabel.
- Suelta a la chica -dijieron al unísono.
- Bajen las armas -les ordené jugando con el gatillo.
Los dos dejaron las pispolas en el suelo.
- Ahora la chica -dijieron.
- Lástima, no pienso dejarla viva -dije, disparándole a uno de ellos para luego salir corriendo llevándome a Isabel.
- ¡Maldito! -escuché al hombre gritar.
El edificio estaba abandonado, se notaba en lo descuidado que estaba.
- ¿En que piso estamos? -le pregunto bajando escaleras.
- décimo -contestó.
- Nos saldrá más fácil saltar que bajar escaleras -dije mirando el vacío.
- ¿sabes que sufro de vertigo?
- Tampoco iba a saltar.
Una bala rozó mi mejilla provocandome una leve herida, ambos quedamos en shock.
- Baja el arma -gritó el hombre.
No reaccioné hasta que sentí a Isabel correr subiendo las escaleras.
Claramente para escapar.
Y hacer reaccionar.
La tomé de la muñeca y la jale -por poco y casi cae al suelo- para comenzar a correr nuevamente escaleras abajo. Cuando llegamos al otro piso -con el dolor de mi alma- tiré a Isabel al suelo.
- Oye! Eso duele -se quejó.
Justo en ese momento bajó el hombre y me buscó con la mirada.
No me alcanzó a encontrar.
Le disparé sin piedad, ni yo mismo estaba en mis capacidades, no me daba cuenta de lo que realmente estaba haciendo. Me quedé -esperando- a que alguien saliera de entre las sombras, pero nada, sentí una mano en mi hombro.
- Solo eran ellos Lovino -dijo Isabel.
Relajé los músculos y bajé el arma, Isabel se colocó frente a mi, con una mirada entre aterrada, feliz, y maternal.
No estaba en mis capacidades, y ciertamente no tenía ni idea que estaba haciendo, pero la abracé y no evité el vergonzoso llanto. Ella sólo me abrazó de vuelta, no preguntó y tampoco me digne a decir algo.
- Lovi... ¿Nos vamos? -me preguntó.
- Ya extrañaba que me llamaras Lovi -dije sin pensar separándome de ella.
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Los pensamientos de Lovino
Hayran Kurgu(ADVERTENCIA: esta es la 2da temporada de "Querida Louise"que podrán encontrar en mis obras) (~°w°)~~(°w°~) No bastaba con sus problemas personales, si no también debía aparecer esto lo que llaman "Amor", lo que muy a su pesar comienza a aceptar. Pe...