cAPiTUlo 1

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A veces creo que la vida se ensañó conmigo. Supongo que pensar cada dia en eso me hace aun mas patetico pero asi es. La vida es asi de patetica. Un dia estamos felices, relucientes de alegria, hasta mas no poder y al otro, vistes de negro y ves como entierran la caja en la que yace el cuerpo de tu madre. Sí, así de patetica es la vida. Así de patetico soy yo.
...

- Oleeee.- Grite al esquivar una palmada que venia directo hacia mi mejilla.- Tranquilo viejo.- Sonrei.
- Muy bien. Ahora sube al auto.- Dijo serio.- Tu padre quiere verte.
- Pues yo no a el.
- No me mando a preguntarte.- Giró la cara para ver el trafico, al regresarla ni siquiera me imagino su cara de asombro. Cogi mi patineta y sali rapidamente del auto. A mi nadie me impone reglas. Y eso, por supuesto incluye a mi padre.

Perder al estúpido de Mark ya no era nada sencillo. Había que hacerlo interesante.

En la siguiente cuadra gire a la derecha y regrese por la calle en la que veníamos en un principio. Seguro ha dejado el auto y ha salido a buscarme a pie. Llegue al auto y, como predije, estaba allí y con las llaves puestas. Entre en el auto y arranque. Por el retrovisor llegue a distinguir al pobre del perro guardian de mi padre corriendo y corriendo por alcanzarme hasta que no pudo mas y coloco sus manos en las rodillas para recuperar el aliento.

Por la ventanilla saque el dedo anular y en serio espero que lo haya visto. Lo siguiente era predecible. Llamaria a mi padre a decirle que su porqueria de hijo se llevo el auto y que no pudo hacer nada, mi padre me llamara al tele...

Idiota llamando...
Como lo dije, predecible.

Ignorar llamada.

Este carro de mierda no conduce como me gustaria. Cerca de la estacion del metro salgo y lo dejo alli no sin antes dejar los seguros puestos no me gustaria que le robaran a mi pobre papito. Oh rayos, las llaves se me han quedado dentro. Lastima.

Me subi al primer metro que llegó, no importa a donde carajos se dirigía solo queria desaparecer. Me coloque los audifonos y espere llegar a la ultima estacion. Habia hecho esto antes pero, al final, ningun lugar me sorprendia.

La gente iba disminuyendo. Solo quedaba una chica, que iba con un vestido azul marino acampanado hasta antes de las rodillas, sutil, cabello negro hasta mas abajo de sus hombros, audifonos y observaba la ventana con la mirada perdida. Seguro es otra que desea desaparecer. No le tome mucha importancia.

Habiamos llegado hasta la estación y el sol se ocultaba. Al parecer nunca me había subido a esta metro, no reconocía para nada el lugar pero me alegra haberlo hecho. Era un lugar muy cercano al mar, la puesta del sol era una combinacion de colores entre naranja y rosa. Sali de la estación y recorde a la chica. Ella tambien se dirigía aqui. Sabia a donde llevaba la metro? Había venido aqui antes? No parecía un lugar muy concurrido.

Cuando voltee para ver donde se había dirigido solo desaparecio. La busque con la mirada y la vi a lo lejos mientras caminaba y caminaba en la arena viendo sus pies. Es como terminamos. Seguro su padre, a quien adoraba, murio y su madre consiguio alguien quien reemplazara aquella figura paterna con la estupida creencia de que aquella niña sin padre creceria mal. Su padrastro la violaba y su madre nunca le creeria. Viene aqui a pensar cual es su proposito en la vida. Son realidades distintas. Pero siguen siendo eso, realidades.

Habia un faro, un enorme cigarrillo gigante. El viento golpeaba fuerte y me sacaba el buzo con fuerza. Subí al faro esperando se convirtiera en un lugar de estar y verdaderamente era lo mejor que habia visto en mucho tiempo. El sol ya casi no se divisaba y la luna hacia acto de presencia por el otro lado. Me sente contemplando la paz y tranquilidad de aquel escondido y solitario lugar.

Ese lugar era de aquellos que te inspiraba a pensar, no en tu aburrida y cruel realidad, sino sonar con un mundo distinto. Uno en el que las personas si llegaban a ser felices, junto a sus familias, y que encuentran sentido a la existencia. De aquellos pensamientos estaba repleto aquel faro. De las aventuras imaginadas de un don nadie.

Pensar en la vida y en el mundo, en las personas y en la maldad, en la soledad y en la felicidad, y darte cuenta que todo estaba indirectamente relacionado. Cuando vives, no importa como lo haces, sientas o no que estas vivo tu corazon sigue latiendo, sin considerar en lo mas minimo cuan doloroso se te hace levantarte por las mañanas y mirarte al espejo.

En el momento en que pierdes tu razon de existir no hay marcha atras. No hay remedio ni solución. Caes en un hoyo negro, profundo y sin fin, mas sin embargo a tu corazon no le importa continuar.

Una vez alguien me dijo que lo que sentimos realmente no proviene del corazon sino del cerebro, pero nadie suele explicar por que cuando pierdes a alguien te duele el pecho y no la cabeza. Existen metaforas acerca de eso. Famosos escritores romanticos hablan y hablan de aquello. Ellos plasman lo que sienten en la cabeza, no es así?

A veces la gente intenta imponer su realidad ante la de los demas y acaba destruyendose y destruyendo a las personas de a su alrededor. Ese es mi caso. No importaba tal y cual sonrisa que le dedicara mi madre a mi padre que no era suficiente para el. Su realidad era el trago y llegaba a casa tan borracho que olvidaba que su dedicada y amorosa esposa lo esperaba con la cena lista. Supongo que a mi madre no le importaba que el reloj dieran media noche y se desvelaba hasta que el llegara para soportar sus gritos y golpes. Esa era su realidad.

Pero no importaba nada. Al dia siguiente dicha bestia se iba con saco y corbata a trabajar, se despedía de su hijo diciéndole cuan macho debía ser y seguia la rutina. Mi madre secaba sus lagrimas en el fregadero y volteaba con el plato de huevos y tostadas a la mesa y sonreía. La veía sonreir con el labio partido y el ojo morado.

Sin duda, esa era mi realidad.

SIN LIMITESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora