CAPítulO 8

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Han pasado dos meses desde que aquel accidente ocurrió y durante todo este tiempo lo único que he hecho es pensar en esa chica demente. Ni siquiera sabía el por qué, pero se había quedado incrustado en mi subconsciente como una mancha que no podía quitar. Intenté ir varias veces al hospital, saber siquiera si había despertado o si algún familiar había ido por ella pero algo dentro de mí no me lo permitía. Así pasé el resto del mes y luego el siguiente, todos los recuerdos se amolinaban en mi cabeza, lo que pudo haber pasado si no la sacaba rápidamente del coche, si solo huía de la escena y la dejaba allí practicamente muerta o si me quedaba en el hospital hasta que la policía llegara y explicarle lo sucedido.
- A la mierda!- Grité. Matt me dio un codazo en las costillas que hizo que regresara a la realidad.
- Qué diablos sucede contigo, amigo?!- Preguntó exasperado.- Querías que viniéramos aquí, no es así?- Dijo señalando la columna de personas frente a nosotros.
- Sí sí... Solo pensaba en voz alta.
- Gritaste!
- Ya! Maldita sea!- Grité por segunda vez. Me encontraba harto de todo. De las malditas pesadillas que no me dejaban en paz y ahora esta chica que se cola en mis pensamientos cada que puede.
- Qué carajos sucede contigo?! Sabes qué, ni siquiera sé qué estoy haciendo aquí. Has estado malditamente extraño estos dos últimos meses y como tu mejor amigo he tratado de sacarte del hueco oscuro en el que te encuentras y ahora.- Empezaba a alzar la voz.- me llamas a decirme que te acompañara aquí a hacerte un maldito tatuaje, que ni siquiera sé qué sentido tiene y menos por qué querrías que te acompañara, maldición. No me digas que ahora te dan miedo las agujas?!! Me largo!- Terminó diciendo. No lo detuve. Tenía razón. Estos dos meses he estado sumamente desenfocado y el tatuaje solo era otra señal de aquello. Ni siquiera sabía de dónde venía la imagen o qué representaba, solo sentía la extraña necesidad de tenerlo en mi cuerpo, por siempre.

Terminado el tatuaje me incorporé de la silla con un solo propósito: encontrar a la chica. Era como si el dibujo en mi piel me hubiera dado una determinación y solo así lograría al fin liberarme de ello. Salí rápidamente del lugar inmundo en busca de mi moto pero no estaba, no se encontraba en el lugar donde la había dejado y empezaba a fastidiarme.

- Pero qué carajos?!- Mi teléfono vibró.

De: Idiota
Si solo así logro tener tu atención no me dejas otra alternativa. Si decides hablarme sabes donde encontrarme.

- Genial! Lo que me faltaba!

Llamando a Matt... Si no se me hubiera ocurrido la genial idea de que los tatuajes a las afueras de la ciudad son los mejores, no haría esto.

El número que ha marcado no está disponible.

- Maaaldiiiciiión! Qué más quieres de mí, vida?!

Llamando a Matt por segunda vez...

- Qué?!- Contestó de muy mala gana al 5to pitido.
- Mira amigo, lo lamento sí? No se qué carajos es lo que me pasa pero creo poder solucionarlo. Pero necesito que vengas por mí.
- Y aquí voy otra vez creyendo en tus estupideces. Sigues en los tatuajes?

Después de contarle la ridiculez que hizo el muy querido de mi padre y que se riera hasta no poder respirar, al fin, 15 minutos después vino por mí en mi Harley.

- Sí, no digas ni una sola palabra. Yo no lo elegí como donante de esperma.- Le dije mientras me daba el otro casco. Él solo asintió, aguantándose la carcajada que sé se le quería salir, se acomodó el casco y salió a toda velocidad.

Nos dirigimos al taller, debía ir por mi auto y luego al hospital para preguntar a cerca del paradero de esta chica que me estaba volviendo loco. Si no fue nada grave seguro ya no estará allí pero lograría saber si la fueron a buscar o algún dato adicional.

- Oye, no quiero sonar cursi pero, quieres solucionarlo?! No aguanto a este Carter, es más, voy a golpearlo si vuelve a aparecer.- No pude evitar sonreír. Quizá por eso lo considero como mi mejor amigo y hermano, no me preguntó que sucedía o qué tenía pensado hacer, no intenta saber lo que me sucede pero aún así sé que si llego a necesitarlo él va a estar allí.

- Basta que me sonrojas!- Me burlé y él rió. Lo ví marcharse.- Eh, bastardo! Mi moto!- Saco el dedo medio, subí a mi auto y sin más me dirigí hacia el hospital. Al llegar, a la primera enfermera que vi fue a la que me cirnió en preguntas aquel día, estoy casi seguro que ella no se tragó nada de la historia. Lo mejor que podía hacer en ese momento era escabullirme de ella así que eso hice. Al encontrar a otra mujer de bata blanca me acerqué a preguntar.
- Accidente automovilístico dices?!- Me preguntó por quintuagésima vez aquella anciana. Estuve a punto de responderle una grosería pero otra mujer habló.
- Una muchacha de al menos 20 años, cabello negro?- Asentí victorioso al sentir que por fin alguien sabría de quien hablaba.-  Sí, me parece que vino aquí muy herida hace como dos meses, pero ella ya no está aquí muchacho.
- Sus padre vinieron por ella?
- Su hermano.
- Cuál era su apellido?- Pregunté esperanzado de que le dijera ese dato a un total extraño.
- Me parece que Steel... Pero, tú qué parentezco tienes con ella?- Se puso seria dándose cuenta de la información que estaba proporcionando.

En ese momento supe que tenía que marcharme. Caminé por los pasillos del hospital analizando todo. Si ya no estaba allí me lo complicaba todo, debía averiguar más sobre ella.

SIN LIMITESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora