Capítulo 8.

476 40 14
                                    

La brisa hace que mi cabello se vuele, y huele delicioso. Huele a flores. Observo el parque al que me trajo Louis sin siquiera decir alguna palabra. No lo conocía, jamás lo había visto. Y debe ser porque es como un parque secreto.

Tiene una entrada ingeniosa, nadie la notaría jamás. ¿Por qué Louis sí?

Sigo caminando, y a lo lejos diviso que el parque se expande.

Ya no sé si llamarle parque. Creo que es, más bien, un jardín.

Louis observa todo mientras lleva las manos en sus bolsillos. Lleva una chaqueta de blue jean y una ropa bastante particular. Su cabello está desordenado, y va tarareando una canción.

Me adelanto e intento alcanzar su ritmo para ir a su lado.
El jardín es tan bonito que ya casi he olvidado por qué estaba llorando.

Cuando llegamos al final, donde solamente hay árboles y pasto, Louis deja de caminar. Lo imito, y noto como cierra sus ojos para inspirar profundamente.

Una sonrisa se dibuja en sus labios. Es pequeña, pero causa algo en mí. Algo como... Ternura.

-Respira profundo.- Ordena. Lo quedo mirando, intentando saber el por qué. -Relájate y olvídate del mundo un momento.

Era increíble el silencio de aquel lugar. Los árboles eran como una barrera natural la cual no dejaba que el ruido del exterior entrara. Solo se sentían las hojas chocar mutuamente en los momentos en que había una pequeña brisa.

Entonces cierro los ojos y respiro profundamente, sintiendo como mi pecho se expande. Me siento más limpia. No estoy respirando smog, y no siento el aroma a ciudad.

-¿Escuchas eso?- Pregunta derrepente Louis. Su voz ha salido serena, muy suave. Casi como si apenas usara sus cuerdas vocales.

Frunzo el entrecejo y abro los ojos para mirarle.

-¿Qué cosa?

-El silencio...- Murmura.

¿Ah?

-P-pero...- Me enredo con mis palabras e intento entenderlo. Pero no puedo. -El silencio no se escucha.

-El silencio es el ruido mas fuerte. Quizás el más fuerte de los ruidos.- Dice en respuesta, y yo me quedo pensativa. Intento asimilar lo que acaba de decirme. -Miles Davis era muy sabio.- Agrega.

-No entiendo.- Admito avergonzada. Miro el césped, es verde fuerte. Me siento en el suelo, pues odio estar de pié por tanto rato.

Me impresiona ver como Louis se sienta al frente mío. Sus manos se frotan mutuamente, para luego apoyarlas en sus rodillas.

-Escucha.- Dice.

Me voy a volver loca si este chico sigue siendo así.

-Este lugar es precioso.- Intento evitar el tema.

-Y aún no has visto la mejor parte.- Dice con una sonrisa grande. Debería de sonreír más seguido. Su sonrisa es preciosa.

-¿Cual?- Pregunto emocionada.

-Es una parte que solo los ojos de la gente creativa puede ver.- Frunzo el ceño.

-¿Y si no soy creativa?

Louis no contesta. Simplemente se acuesta de espalda y mira el cielo. Es un círculo azul formado por un marco de hojas. Él apoya sus manos sobre su estómago y suspira.

Todo comenzó con un piano (Louis y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora