Ayer conocí a una chica, a una niña.
Tenia el pelo brillante, su ropa limpia y ojos celestes.
Balanceaba sus pies inocentes y lucia una sonrisa tan magnífica,
que te obligaba a responderle.Le mostré mis manos, sucias, grandes,
frías, gruesas, grotescas y torpes
señalandole específicamente, mis mas relucientes moretones."Tené cuidado cuando juegues,
no te caigas, que te duele" le digo.
"Yo también juego..."
Su madre con ojeras y espalda doblada,
Se gira para saber a quien carajo su hija le habla.
Cuando creo que me va a golpear por acosar o molestar a su pequeña,
me dirige una sonrisa, se da vuelta y hace como si nada ocurriera."Yo también juego, pero no me lastimo así"
"Cuando sos grande, es diferente"Se encoje de hombros y levantas sus manos extendidas
limpas, lindas, pequeñas y sonrosadas.
Comparamos las nuestras y comprendo,
que esto me suena a un viejo cuento.Alma era el nombre de esa niña si mal no recuerdo,
me hizo pensar en cómo te desgasta el tiempo,
en cómo nos olvidamos con los años de tomar riesgos,
y cómo alguien tan pequeño,
con tu mismo nombre,
con tus mismos viejos sueños,
te hace retroceder en el tiempo.
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Incompetentes Retazos de Nada
PoesíaLo que aquí publique serán solo simples pensamientos que atraviesen de forma distraída mi mente y, que sin un lugar fijo para volcarlos se desvanecerían en un agujero negro donde mis complejos los clasificarían como basura sin sentido.