Era un día lluvioso, aquí, en West Forest. Así que tuve que correr para lograr llegar a la entrada del colegio donde se encontraban todos empapados.
Logré localizar a Mayron a lo lejos así que camine hasta donde el se encontraba, mi mirada estaba fija hacia mi destino, hasta que de pronto alguien choca conmigo.
Era un chica de cabello castaño no logré reconocerla pero nunca la había visto por aquí, no había visto esa silueta nunca. Ni siquiera se inmuto en mirar atrás, a ver con quién había chocado.
Ignorando lo que pasó, seguí mi camino hacia donde estaba Mayron.
—Hermano, ¿cómo estas?— dije chocando hombros en forma de saludo.
—Bien, pero creo que tu debes de darte una buena ducha.—Y tenia razón estaba totalmente empapado y lleno de lodo en mis zapatos.
Como era inicios de clases en el colegio, todos nos reunimos en el patio techado para escuchar lo que tenía que decir la directora del colegio sobre cuales serían nuestras habitaciones, donde y cuando podríamos almorzar y las actividades a realizar.
Me tocó compartir habitación con un tal Brad Lancaster. Las clases iniciarían el día de mañana ya que muchos de los profesores se ausentaron debido al diluvio. Así que todos los alumnos nos fuimos a nuestras habitaciones asignadas.
Llegué a mi habitación, luego de recorrer todo el colegio, es tremendamente inmenso, y eso me gusta. Situé mis maletas y mis cosas en mi cama, luego las acomodaría, ahora, lo que necesitaba era una buena ducha.
Me dirigí al baño y cerré la puerta. Me mire al espejo y de verdad que estaba hecho un desastre, tenia todo el cabello empapado y colgaba de mi frente, cosa que odiaba, y tenía manchas de lodo en las mejillas. Me metí a la regadera para bañarme como es debido. Luego que termine de asearme, me seque y me puse la toalla en la cintura, dispuesto a lavar mis dientes. Abrí la puerta del baño y fui a vestirme.
Ya listo y aseado, me dispuse a acomodar todas mis pertenencias. Luego de haber terminado de arreglar todo, me acosté en mi cama para ver algo de televisión.
De pronto, la puerta de abre y me incorporo. Un chico rubio con unas maletas entró y las dejó en la cama que estaba junto a la mía.
—Hola, soy Brad Lancaster—dijo levantando su mano.
—Hola, Ashton Delaware, mucho gusto.—dije y estreche su mano.
Luego nos pusimos a hablar sobre la escuela, los alumnos, de nosotros, nuestra familia y cosas así.
—Y ¿tienes novia?— dijo después de un largo silencio.
Esa pregunta me tomo desprevenido, en realidad, a mis diecisiete años de edad, no he tenido novia, nunca.
—Hmm, no ¿y tú?—dije.
—Sí, se llama Loraine, luego te la presento.—dijo alegre.
—Oh, bien.—dije sorprendido.
Mi estomago rugía pidiendo alimento. Así que fui por un poco de comida a la cafetería del colegio.
—Voy por un poco de comida ¿Vienes?—dije dirigiendome a Brad.
—Ah si, claro—dijo y se levantó de la cama.
Seguimos nuestro camino hacia la cafetería. Luego de llegar, fuimos por la comida. Localicé a Mayron, y fui hacia la mesa en donde estaba.
—¡Hermano! Pareces otro.—dijo sorprendido al verme ya aseado y sin las manchas de lodo.
—Muy gracioso— dije entre dientes.
Estaba disfrutando realmente mi comida, desde hace rato que no digería algo, además de agua.
—Hey, ¿ves a la chica que está allá?— dijo señalando hacia una mesa.
Luego de ver hacia donde apuntaba respondí.—Si ¿por?— dije aún con las papas en mi boca.
—Es un poco extraña, se la pasa diciendo cosas en otro idioma y tiene ese cuaderno lleno de dibujos raros.— dijo.
Ya había visto ese cabello castaño. Era ella, con quién me choque hace unas horas. Estaba sentada en una mesa alejada del bullicio del comedor, dibujando quién sabe que.
—Si, pienso lo mismo, hace un rato choque con ella y ni me dirigió la mirada.—
Él solo asintió y siguió comiendo, pero aún pensativo sobre el tema. Ashton estaba absorto en sus pensamientos, esa chica tenía algo raro, pero él estaba dispuesto a averiguarlo.
