Capítulo V

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Corrí por el pasillo, y no había rastro de ella. No lograba verla y me estaba frustrando. Hasta que divise algo que se estaba moviendo. Era ella. Estaba tratando de subir por la cerca del colegio. Así que acelere el paso para alcanzarla.

Tenía que averiguar que es lo que tramaba Skylar y del porque actuaba tan extraño.

(...)

Luego de varios intentos y maldiciones de mi parte, logré bajar la cerca del colegio, muy difícil por cierto, creo que me torcí la muñeca, pero eso no es problema en este momento. No se puede perder de mi vista.

Tengo que saber que esconde Skylar.

Luego de extensos minutos detrás de ella, sin saber por donde ir o que hacer. Sin rumbo alguno.

Me encuentro en el bosque, está oscuro y hace frío.

La luna resplandece entre toda la oscuridad, permitiéndome ver con más claridad.

Ramas de árboles golpean mi rostro y enseguida el dolor estalla en mi sistema, pero trato de ignorarlo y logro conseguirlo

Mis pies logran adaptarse a la textura del terreno y puedo correr con más agilidad.

Cuando estoy a punto de alcanzarla, ella gira sobre sus talones y recorre todo el lugar con su mirada esperando encontrar el dueño del ruido que captó su atención.

Santísima madre. ¡ESCONDETE! ¿ACASO QUIERES TE VEA?

Y ese pensamiento me hizo entrar en razón y me escondí detrás de un árbol por impulso.

Que no me haya visto, por el amor a Dios, que no me haya visto.

—¿Quien anda ahí?—escuche su voz.—Te aconsejo que des la cara—dijo, su voz, no era la misma. Era más grave, como si fuera sacada de un película de terror.

Mi corazón estaba a mil por hora. No me podía mover, estaba petrificado y asustado, enserio, estaba muy asustado.

Luego de unos minutos de silencio y de pasos que evidenciaron que se alejaba del lugar, en un arranque de valentía, empecé a correr, lo mas rápido posible.

Tenía que salir de esta. Tenía que llegar al colegio, con vida.

De pronto, se hace audible un aleteo, cada vez se escuchaba más cerca. Me estaban persiguiendo y estaba a muy pocos segundos de atraparme y llevarme consigo.

Y en una fracción de segundo, tropecé con un tronco, y caí; muchas ramas cayeron sobre mi que ya hacia en el suelo del bosque. Y entonces...

Escuché su voz.

—No debiste seguirme hasta aquí muchachito. ¿Que no oíste que la curiosidad mató al gato?—

Me estaba agarrando por el cuello, pero no sabía si era ella en realidad, no tuve el valor de mirar, estaba muy asustado para poder abrir los ojos. Su voz solo lograba que los apretara más.

—Ahora pagaras las consecuencias.—dijo con una voz malévola.

Y caí en un profundo sueño. Estaba inconsciente.

Mi pesadilla... Se estaba haciendo realidad. Y ella era la protagonista.

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