Despierto sobresaltado y todo sudoroso.
Pensé que al menos esas pesadillas acabarían pronto. Y ahora esta es peor, mucho peor.
Cada día esas pesadillas atormentan mis sueños. Esa voz tan tenebrosa, me quiere a mi, solo a mí.
Brad solicito que fuera a un psicólogo.
-No estoy loco hermano, no te pases-dije fatigado.
El solo alzo los hombros dándose por vencido.
Se que no es normal que eso me ocurra tan persistentemente, pero tampoco era para llevarme a un psicólogo, no debemos exagerar tanto.
(...)
-Deberías comer un poco más, ¿no crees?-dijo Brad preocupado.
-No, Brad, estoy comiendo como siempre.-dije.
Es cierto que mis hábitos alimenticios en este momento no son los mejores. Pero tampoco es para tanto. No hay de que preocuparse. Es solo que no tengo hambre, eso es todo.
La campana de inicio de clases sonó y me dirigía hacia el aula de música.
Vi a Skylar caminar hacia donde yo me encontraba.
-Hola Ashton-dijo dándome un beso en la mejilla. Me sorprendí ante su afecto repentino.
-H-hola-dije aún confundido.
Caminamos juntos hasta el aula de música, había olvidado que me tocaba junto a ella. Hablo de muchas cosas, que ninguna preste atención, porque estaba sorprendido al ver que fija toda su atención a mi, y aún más, que se comporta de esa manera.
La clase de música fue muy como decirlo...
Aburrida.
Si ese es el término correcto.
A la profesora Berta se le ocurrió la excelente idea de hablar sobre la historia de la música y de sus diferentes orígenes.
Skylar y yo solo nos mirábamos y reíamos. Los dos estábamos completamente desinteresados sobre el tema.
Su sonrisa, es encantadora.
