Narra Natsu.
Estaba sentado en el tronco de un árbol, bajo la sobra de este tapando me del sol ya que estábamos en pleno verano, veía el cielo tal azul con algunas de sus esponjosas nubes moviéndose por el viento. De repente alguien apareció frente a mi, era una niña cuyo rostro no podía ver.
"¿Estas solo?" preguntó.
"Mis padres están con unos amigos suyos pero yo me vine aqui" contesté.
"Oh..." solo dijo eso y después de un rato se sentó junto a mi.
"Oye ¿porque no te vas con tu familia?" pregunté para que se fuera.
"Mi casa esta cerca y mis padres me dijeron que viniera a pasearme al jardín" dijo.
"Oh, así que tu eres la hija de los amigos de mis papás"
"Creo que si"
"Ah" fue lo único que conteste y volví a recostar me en el tronco.
"Oye... "me hablo.
"¿Que? " le pregunté.
"¿Quieres ser mi amigo?" pregunto.
"Claro"
"¿Enserio?" pregunto con emoción.
"Si, ¿porque no" lo único que pude observar fue como sonreía, más su rostro seguía siendo un misterio para mi.
Desperté con un poco de dolor en mi cabeza, el ruido que hacía la alarma me taladraba de dolor, la apague de un golpe y volví a taparme con las sábanas.
—Natsu levántate ya, llegarás tarde a la universidad —entró mi hermano a mi habitación.
—Uhm—dije aun acostado, Zeref abrió las persianas de mi habitación haciendo que la luz entrará, me dolieron los ojos a pesar de tenerlos cerrados—¡¿Que diablos estas haciendo?!
—Silencio—me quito las sábanas de un tirón.
—¡Basta Zeref! —protesté.
—Eso te pasa por llegar tarde ayer, calla y levántate de una buena vez.
—Diablos Zeref—me senté en la cama, pensé un poco en ese sueño que tuve, fue demasiado extraño, al parecer era un recuerdo, pero decidí no darle importancia.
—Apresúrate —dijo Zeref saliendo de mi habitación.
Me levante y fui directo al baño, me duché con agua muy fría para que todo lo que traía se fuera, cuando salí de bañar me puse un pantalón negro, una playera roja, y mi típica bufanda. Tomé mi mochila y me encamine al primer piso.
—¿Vas a desayunar? —pregunto Zeref.
—Nah, compraré algo en la universidad.
—De acuerdo, entonces me voy—salió por la gran puerta que estaba enfrente de el, me quedé ahí un rato hasta que sentí que mi celular vibraba en mi bolsillo, lo saque y vi un mensaje.
La infiel.
"¡¿Porque me dejaste tirada ayer?!"
Puse los ojos en blanco y conteste.
"Lo siento, andaba muy desubicado para acordarme de ti"
Como si del demonio se tratase llego rápidamente otro mensaje.
"¡¿Que dices?! Natsu, soy tu novia tienes que acordarte de mi, estoy realmente ofendida por abandonarme de esa manera"
Suspiré.