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Universidad Washington
6:10 am

Aún no entendía por que los pasillos de una universidad eran tan largos, ¿Para castigar a los alumnos llegando tarde? ¿o solo para que la escuela se viera educada y decente? La más lógica era la primera.
Llevaba mi mochila colgando en mi hombro derecho, libretas en la mano y no estaba peinada.
Estaba prácticamente corriendo a mi clase en la cuál tenía un retraso de 10 minutos.
Al llegar a la puerta, la abrí de golpe y la maestra se me quedo mirando con cara de pocos amigos.
Era el tipo de viejas rucas mayores de 50 años, con nietos y sin vida social, al menos eso se hacía notar.

–¿Primer día y llegando tarde Srita. Wiliams?–Grazno.

Se quito sus lentes y cruzó sus dedos esperando una respuesta, que posiblemente no llegaría. ¿Como mierda sabía mi apellido?
Aparte mis ojos de ella y mire a todas las personas.
Sus ojos estaban fijos en mi, menos los de un chico que miraba la ventana melancólicamente.
Fruncí el ceño y fije mi vista de nuevo en la señora gruñona que tenía ahora una ceja levantada y su boca fruncida.

–Yo.. eh, me perdí. No encontraba el Aula, y nadie quiso ayudarme, perdón–Me mordí el labio.

Quería solamente sentarme, mis pies dolían después de haber recorrido toda escuela encontrando el Aula 23.

–Bien srita, puede pasar–Hablo seria.

Pase y cerré la puerta con cuidado para después tomar una silla.
Las únicas que quedaban disponibles eran junto a la del chico melancólico, que parecía ser antisocial o algo y la que quedaba casi junto a la puerta; pero opte por el chico melancólico, la banca estaba mas lejos de la maestra.

Cuándo iba a sentarme su voz me detuvo.

–No te sientes ahí, nunca ¿Entiendes chica nueva?–Su voz fue totalmente fría.

Rodee los ojos y me fui al otro extremo del salón junto a la puerta.
Toda la clase intente no mantener contacto visual con él, había sido mal educado y un patán.
Odiaba a los chicos que creen que siendo fríos, solos, difíciles de domar y antisociales, serían misteriosos; a mi solo me parecían unos completos imbéciles que no tienen derecho a respirar.

Al acabar la clase, tome mis cosas y me monte la mochila.
Salí prácticamente corriendo y choque con la persona más estúpida del mundo, haciendo que mis cosas se cayeran.
¿Y ahora piensan que me va ayudar? Error, no me volteo ni a ver.

Me agache para recoger mis cosas e irme a mi casillero.
Al hacerlo, camine más despacio y suspiré yendo a mi casillero.
Después de mil horas encontrándolo otra vez, lo abrí y guarde mis cosas.
Fui a la cafetería arrastrando mis pies y con sueño, este día lo había empezado mal y lo acabaría mal seguramente. Tome una bandeja, me serví una hamburguesa y un Sprite.
Todas las mesas estaban llenas así que me fui al campus. Me senté bajo un árbol y comí como si no hubiera comido en años.
Al acabar, levante mi mirada y vi al chico antisocial mirándome.
Fruncí el ceño y baje mi mirada, ¿Por que lo hacía?¿Por qué me ponía nerviosa?

–Hey chica–Escuche la voz chillona de alguien hablarme.

Una sombra hizo levantar de nuevo mi rostro.

–¿Cuál es tu nombre?–Me sonrió.

Vaya al menos alguien amistoso.

–Michelle Wiliams–Le devolví la sonrisa.

–¿Eres nueva?–Frunció sus labios.

Asentí.
El se sentó junto a mi y paso un brazo por mi hombro haciéndome exaltar.

–Pues bienvenida, no te metas en problemas y trata de no meterte con Justin Bieber–Río.

Fruncí el ceño.

–¿Justin Bieber?

–Si el chico que está allá mirándote como si fueras un bocadillo–Dijo mostrándome disimuladamente.

¡Oh vaya! El chico estúpido, mal educado y antisocial ya tiene nombre.
Qué maravilla.

Sorry | os → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora